jueves, 30 de diciembre de 2010

So long, sucker (Balance, listas y buenos propósitos 2010 - 2011)

El año pasado por estas fechas escribía: "Llegará 2010, la vida tomará (espero) giros insospechados, las aventuras se irán sucediendo y lo que ahora es gris mañana puede ser azul claro casi blanco". Eran otros tiempos, entonces solo estaba cabreado con el mundo. Un año después, casi echo de menos el 2009.

Balance

Siempre es arriesgado decir que el año que acabamos de pasar es "el peor" con diferencia. La falta de perspectiva a veces lleva a generalizar de forma injusta una sucesión de meses, días, horas y minutos de diversa índole e intensidad. Hace unos días un buen amigo me mandaba un christmas donde me decía: "Creo que 2010 ha sido un buen año para ti, en el que has aprovechado el tiempo para cursos, conocer gente...". Es una forma de verlo, una percepción sacada de tres o cuatro encuentros amistosos y conversaciones esporádicas por teléfono. Si a eso le unimos el marcado carácter optimista del amigo en cuestión, sale tal lectura. En realidad es todo más complejo, pero, en general, la percepción que me queda es que, a pesar de los grandes momentos, experiencias y gente que he conocido, he pasado un año en blanco. En 2009 por estas fechas escribía desde el cabreo de que todo fuera como era. Este año escribo desde la lacra del convencimiento de que poco más se puede hacer. 2010 ha sido, tras una crisis de ansiedad inicial allá por Enero, un continuo sube y baja por la desilusión, los ataques de ansiedad y la depresión. En definitiva, un "buen" año, como decía aquel.

Listas

Me quedo con la que ya reproduje en este blog el año pasado: El repaso al año en fotografías de The Boston Globe. También está interesante este repaso dejado por Ramón Lobo en su blog Aguas Internacionales, última incorporación de la selección de blogs que propongo: Noticias (casi) invisibles de 2010. Supongo que también podría citar los "éxitos deportivos", pero ya se encargan otros de recordarlo y no me gusta ser redundante (por no hablar de que me parece bastante cínico y superficial sacar pecho de los éxitos deportivos cuando la situación político, económico y social del país está hecha unos zorros, no hablemos a nivel global).

Buenos propósitos

Antes de que las almas caritativas que leen el blog se presten a dar ánimos desde la gratuidad de la palabrería, intentaré poner freno a su percepción de lo que significa este post. No soy pesimista, soy realista (algo que a muchos optimistas parece que les repatea: el que alguien les diga que por muy positiva que puedas intentar ver la vida, hay veces en que te topas con el muro de la realidad; no olvidemos que una persona pesimista no es más que un optimista con más información). Soy realista porque entiendo que esto son circunstancias producidas por la situación, personal y también del entorno. Por eso no voy a renunciar a marcar propósitos, metas y a seguir luchando por cumplirlas. En ese sentido, en verano, cuando creí tocar el fondo de la desesperación, leí un libro de esos de autoayuda que algún día tendrá su propio post en el blog porque creo que lo merece, El monje que vendió su ferrari. En este manualito de técnicas tendentes a encontrar la felicidad se describe la disciplina y el trabajo como algo crucial para lograrla (una verdad de perogrullo, ¿verdad?).

El primero de esos propósitos es acabar el postgrado que estoy haciendo. Me ha costado conseguirlo, el azar ha tenido bastante qué ver, hay aspectos menos buenos en el tema que ocupa que a veces echa un poco para atrás, pero he de reconocer que ha sido una de las mejores cosas que ha traído el 2010: el Curso de Experto en Cooperación para el Desarrollo.

El segundo es encontrar trabajo, un hecho que parece simple. Tan simple que lleva en ocasiones a percibir sensibilidades en los demás tendentes a pensar que el que no tiene trabajo es que no hace lo suficiente. Os sorprendería comprobar como la mayoría de gente que conozco y se interesa por mi situación, pregunta si he echado en tal o cual sitio. Me recuerdan a los partidos de la oposición y sus recetas mágicas e infalibles contra los males de la economía... Me recuerdan a ese dicho de "los toros desde la barrera se ven de puta madre" (o que nadie falla un gol desde el salón de su casa). Me dan ganas de decirle: "Pues mira, no, no echo CVs, no llamo, escribo, busco, pregunto... En realidad mi último año y medio se ha limitado a esperar pacientemente tocándome los huevos a que alguien llame a la puerta de mi casa con un trabajo para mí". En fin.

El tercero es seguir conociendo gente que me aporte cosas. 2010 también ha tenido momentos donde esto se ha producido. Grandes "fichajes" que han hecho la vida más llevadera. Eso solo valdría para salvar el año, aunque a veces echas la vista atrás y recuerdas a tantos otros grandes fichajes que ya no están en tu equipo y a los que echas de menos (aunque de vez en cuando llamen, te manden un email, te dejen unas líneas en el facebook). Ese tipo de cosas a veces llevan a cerrarse un poco en sí mismo, como un crío, y negarte a socializar para conocer gente a la que cogerás cariño y que, con el tiempo, o te decepcionará o acabará por seguir su vida alejada de la tuya.

El cuarto es algo más materialista. Tengo una amiga, una muy buena amiga trabajando en Moscú desde diciembre de 2009. Me gustaría ir a verla. Primero porque sé lo que es vivir fuera y querer que tus amigos más cercanos conozcan de primera mano esa realidad. Cuando estuve fuera, valoré muy mucho ciertas visitas porque, al contrario de lo que pueda parecer viendo esos programas que infectan la televisión, vivir fuera ni es tan idílico ni tan sencillo siempre. A veces tienes todo lo que no tienes aquí (trabajo, experiencias vitales, sorpresas diarias por convivir en otra cultura) menos a tus seres queridos. Las visitas sirven, un poco, para acercar esos dos aspectos y hacer la vida más perfecta.

El quinto es seguir creciendo como persona, desde un punto de vista mental, físico y espiritual. Cultivar relaciones con los más allegados, otra cosa que parece fácil pero que no lo es. Cuando uno tiene un carácter difícil, a veces cuesta mucho esfuerzo no perder amigos (sobretodo si esos amigos llevan caminos diferentes)

El sexto y último es el más difícil de todos por su grado de abstracción. Tratar de ser feliz, todo un reto al que las anteriores metas contribuirán consecuentemente. Como ven, no es pesimismo todo lo que reluce.

Solo queda, pues, desearos un feliz año 2011 y que no os atragantéis con las uvas. Os dejo con la recopilación de todos los temas que he puesto los meses que me he acordado: 2010... ¿Y ahora qué?

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Relecturas

Aunque hace tiempo que no "disecciono" un libro en este espacio, no quiere ello decir que no siga leyendo, con un ritmo endiablado, siguiendo la estela de ese gran lector que encabeza el pelotón. De hecho, tras sacar del sótano la última caja donde tenía almacenadas mis vidas anteriores, hice acopio de libros que leí allá en mis años mozos en la facultad, apremiado por plazos e incapaz de degustar con auténtica delectación las auténticas joyas que obligados teníamos ante nuestros ojos. Voy a destacar tres:

La República española y la Guerra Civil (1931 - 1939), Gabriel Jackson.- Un libro sobre la historia de uno de los más turbios periodos de nuestro país. Turbio, no solo por las circunstancias y los hechos, sino por los intereses de uno y otro bando por tapar para la posteridad su barbarie para subrayar la del otro. Gabriel Jackson, quizá por su condición de extranjero (y, por tanto, con una visión desde fuera de los acontecimientos) intenta realizar un ejercicio de revisión objetiva de los hechos. Por supuesto que el acabado no satisface a un bando - Jackson está lejos de comulgar con las ideas fascistoides del bando de los ganadores - y posiblemente tampoco al otro - porque desmitifica, de un plumazo, el caracter heroico de los republicanos y contextualiza las causas del estallido de la Guerra Civil - pero me parece una obra bastante ilustrativa de lo que pudo acontecer, una exhaustiva melodía con vocación histórica que sobresale entre esa cacofonía subjetiva y ultra que distorsiona lo que pasó y las paladas vergonzantes que cierto sector político se empeña en echar por mor a una reconciliación a expensa de las víctimas (de uno y otro bando). El estilo narrativo ágil y ameno bien merece una recomendación a esta obra.

Ébano de Ryszard Kapuscinski.- El considerado de forma unánime como "maestro de periodistas", proveniente de una época donde los "plumillas" tenían otras formas de trabajar menos cómodas pero más reivindicativas, plasmó en un libro muy interesante sus vivencias como corresponsal en África. Lo atractivo del libro es, precisamente, su anarquía narrativa. Compuesto a base de retales de sus vivencias, Kapuscinski elabora un puzzle aproximativo de lo que se esconde tras un continente que fue desconocido primero, expoliado después y dejado a su suerte por último.

Cuadernos Africanos, Alfonso Armada.- Me hallo en pleno proceso de relectura de este libro. Aunque la temática es similar al anterior ejemplo (corresponsal, en este caso de El País durante los hechos, que narra sucesivos viajes a África para cubrir guerras y epidemias), la forma de afrontarlo es bien diferente. Armada hace uso de sus notas vitales a lo largo de los viajes, añadiendo las crónicas y artículos que preparó para el rotativo. Si Kapuscinski es conciso y ligero, Armada es tenaz y denso. Sus análisis poéticos de la realidad que vivió son como un licor reserva, hay que degustarlo con tranquilidad para apreciar todos sus matices.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Conozco a un hombre...

Así comienza una de mis canciones preferidas de Pearl Jam, Off he goes. Me gustaba antes de saber lo que decía la letra. Eddie Vedder cuando canta tiene un no se qué que produce que no entienda ni jota de lo que dice. Hasta me he llegado a plantear que cante en inglés de verdad. El caso es que la escucho bastante de un tiempo a esta parte:



Ayer mismo, antes de ir a visitar a uno de los muchos primos que tengo a su casa, estuve escuchándola varias veces seguida. Es como una canción refugio-antinuclear. Que no sé muy bien qué puede hacer una canción en esas circunstancias, pero bueno. Tengo el convencimiento de que describe, a la perfección, como en estos tiempos de resaca orgiástica, de apretarse el cinturón y debatirse entre el egoísmo auténtico que define la supervivencia o la empatía, las Navidades suponen una especie de paréntesis, un gesto de vaciado mental, como en la canción cuando el hombre abandona momentáneamente sus preocupaciones para echarse unas risas con su amigo de toda la vida.

No me gusta la navidad, nunca me ha gustado. Desde que la despojé de todo sentido religioso, no tiene más sentido que desde un punto de vista social. Pero este año nos hemos dado una tregua, este año he entendido que, tras mucho tiempo, es necesario (o, mejor, ME es necesario) compartir rituales, tradiciones, sentirme parte de algo... Cambiar el gesto adusto por una sonrisa y compartir con amigos y familia un rato de alegría. Lo sé, eso habría que hacerlo cada día, pero solo unos pocos son capaces. Si estas fechas hinchadas de poses, de consumismo, de frágiles ideales y marcado "ombligocentrismo"; quizá este año un poco descafeinadas por acción y efecto de la codicia de unos pocos y la incapacidad manifiesta de otros para desempeñar el rol de "líderes mundiales", lo que se ha traducido en una crisis global de la que no sabe uno si se ha salido ya o si se saldrá alguna vez... Como decía, si estas fechas sirven como excusa para alegrar un poco a todos esos que han estado apoyándome el último año y pico, que así sea.

Por eso, esta canción va para todos vosotros.

Felices fiestas!!

martes, 14 de diciembre de 2010

Spud, speed y un tribunal improvisado

No puedo evitarlo. Es estar delante de varias personas para cualquier tipo de entrevista de selección y acordarme de Spud, ese personaje que podría ser real de Trainspotting, haciendo la entrevista hasta las cejas:



Y ahí estaba, delante de dos personas, acordándome de Spud y Trainspotting, pensando en cómo narrarlo aquí, para vosotros, en mi blog, mientras contestaba con la mayor sinceridad posible a cada pregunta que me iban haciendo sobre un posible puesto de trabajo en un "consorcio" real ubicado en Cáceres capital. Dos entrevistas en un año de paro, todo un récord.

Antes, las conversaciones forzadas para llenar los silencios con otros candidatos, mostrando una cordialidad que, objetivamente, no debería existir. Al fin y al cabo estás compitiendo con esos tíos por un puesto. Tíos y tías, tíos con trajes y tías maquilladísimas. ¿Qué efecto producirá un tío con traje en una entrevista donde los entrevistadores no van con traje? ¿Pero eso de ir en traje no significa ponerse una camisa limpia? Dudas y más dudas. Entre los temas tocados, la formación. Quien más, quien menos va con sus licenciaturas, diplomaturas, idiomas, postgrados, remanente de ilusión... Si los títulos fueran condecoraciones, la cola del paro sería como el día de las fuerzas armadas. Desfile de poderío cañí. "No, yo estudié periodismo, así que no os preocupéis, que saldré prontito de la entrevista".

Así que, si todo va al revés de como espero, el 2 de enero tendré trabajo; o, lo que es lo mismo, espero más bien poco de la entrevista. Me da igual pero también me jode. Me da igual porque no creo que tenga formación específica en comparación con otros candidatos para ejercer el puesto - lo que no significa que no pudiera hacer la labor igual o mejor que el resto de candidatos. Me jode porque he hecho 80 km de iga y 80 de vueltas y me he perdido mi clase semanas de LSE (Lenguaje de Signos en Español) para hacer una entrevista, amena, sí, pero ni la mitad de divertida que la que protagoniza Spud en la película. Y esto es lo que hay, bonita manera de pasar un martes por la tarde.

Seguiremos informando.

Acuarela con tintes violáceos

Como un cuadro contemplo
el paisaje diluido en derredor:
dehesas y campos descompuestos
en lágrimas de infinita lluvia
se esparcen, por el cristal, en desbandada.

Toque a la calma: "Próxima estación..."
Tonos pastel para un ronquido.
El tren para. Para el ruido.
El lienzo se congela.
Viajeros de fondo. Hoy.

Esparcidos por el cristal en desbandada,
campos y dehesas descomponen
lluvia en infinitas lágrimas.
El paisaje se diluye alrededor
como un cuadro contemplado desde dentro.

(José A. Huertas)

jueves, 9 de diciembre de 2010

La revolución será televisada

Lo dije y lo repito. De un tiempo a esta parte me he abonado a todas las teorías conspiranoicas habidas y por haber. Si algo no me cuadra y no hay teoría a la que abonarse, me invento una. El hecho de empezar a ver Fringe, otra creación televisiva del último rey Midas J.J. Abrams más conocido como "el creador de Perdidos", no ayuda. El eje central de la serie se sitúa (ALERTA, DESTRIPE) en una invisible amenaza de guerra entre este universo y los moradores de un universo paralelo. También tengo conocimiento de teorías sobre la Mafia X, la presencia y dominio de los extraterrestres (más concretamente reptilianos, como esos que te invitan a orujo de hierbas) de las altas esferas de este mundo, y alguna otra conspiranoia mundial. Casi nada.

El caso es que llevaba unos días, entre concierto y concierto, dándole vueltas a los últimos acontecimientos con la idea de escribir algo aquí. Ayer, antes de meterme en la cama, leí dos artículos: el post de Asane Y si... y un excelente texto sobre cómo wikileaks ha activado el periodismo. Al amigo Asane le dejaba un comentario apuntando que la crisis económica y las filtraciones de wikileaks están aportando un germen ideológico importante para legitimar cualquier acción contra nuestros legítimos soberanos (nótese el retintín). También hablaba de cómo los tímidos conatos de reacción a estas descargas en la conciencia los vemos por la tele o los seguimos por internet en lugar de sumarnos a cualquier iniciativa cualquiera para intentar cambiar algo.


Curiosamente en las últimas semanas se ha producido otro hecho que habría que sumar a los dos anteriores. La entrevista a El País del señor ex-presidente del gobierno, Felipe González Márquez, que no ha generado ni un solo comentario ulterior. En dicha entrevista, lo único que queda claro es la confesión velada del ex-presidente sobre su conocimiento de las actividades del GAL. González dejó entrever que en pleno despertar democrático, estando al frente de un partido que estuvo rodeado durante todo su mandato de casos de corrupción como Filesa y que contó (o cuenta) en sus filas con gente nada sospechosa de haberse lucrado exponencialmente una vez llegó al poder, tras hacer y deshacer lo que le dió la gana en sus "condados" (Bono o Chaves son dos ejemplos significativos de "barones" enriquecidos durante su llegada al poder) confesó de forma críptica que mientras fue presidente tuvo conocimiento de acciones terroristas estatales (porque, aunque a la prensa le guste minimizar ciertas acciones en esa labor de "altavoz" de las posturas oficiales de la corriente político-económica que representan, el terrorismo sigue siendo terrorismo lo practique un grupo armado con pretensiones independentistas o el estado). González más o menos confirmó lo que todos sabíamos: que él era Míster X - aunque esto, como todo, es susceptible de interpretaciones.


Asane apuntaba en su post que ante tal panorama, lo que menos le apetecía era votar las siguientes elecciones. Bajo mi punto de vista, eso es lo que desean fervientemente los dos grandes partidos de este país: jugársela a la baja participación sabedores de que "los suyos", acérrimos defensores de intereses personales (porque a la postre todo en política a partir de determinados peldaños se basa en "a quién de los míos coloco dónde"), irán a votar. Asane, los millones de españoles que están hasta los cojones y yo mismo deberíamos ir y votar, pero votar en blanco. Porque es cierto que los votos en blanco van a la mayoría, pero si y solo si no son mayoría en sí misma. Me explico, si hay mayoría de votos en blanco, las elecciones tienen que repetirse obligando a los partidos a presentar nuevas listas. Eso provocaría una paralización momentánea en las instituciones. Se trata de una tipo de protesta factible, aunque la vemos como utópica solo porque hace tiempo que el sistema logró arrancar el poquito alma que nos quedaba como "ciudadanos de pleno derecho" (supongo que se quedó en algún punto entre la "mejor liga del mundo" y los "Sálvame" varios), pero si todos nos concienciáramos del valor del voto en blanco, quizá la centro-derecha oscilante entre PSOE y PP se quedaría con dos palmos de narices. Sería la única forma de participar en una rebelión improvisada, visto que tanto nos cuesta salir a la calle a pedir a los que nos roban a diario que dejen de robar de una vez.

martes, 7 de diciembre de 2010

Doblete de sonido total

Un directo es la prueba de fuego para cualquier grupo o solista que se precie. En una época en que la tecnología permite que cualquier cantante suene como los ángeles, ver su rendimiento real y su respuesta frente a un público da, en buena medida, idea de por dónde trascurren las cualidades artísticas reales de tal o cual intérprete. Algunas bandas, en el escenario, se diluyen y cumplen por lo pelos con los requisitos mínimos para lograr que reconozcamos que son ellos teniendo como referencia trabajos de estudio. En otros casos, se hacen fuerte y se concentran ofreciendo un plus en sus actuaciones que los sitúan muy por encima de lo que tengan enlatado y que hemos oído previamente para al menos mover los labios al compás cuando llega el día del concierto.

El sábado me planté en la puerta del Círculo de Arte de Toledo con mis amigos F. y A. dispuestos a ver el doblete Pinker Tones / We are standard. Gracias a una amable y hábil gestión del amigo Jafuda ("¡¡Cuánta amabilidad!! ¡¡Estamos muy agradecidos!!"), tenía tres invitaciones para ver, por fin, a los Pinker en directo. Los catalanes abrían la sesión. Curiosamente desde que escuché por primera vez a ambas bandas - más o menos por la misma época - siempre he pensado que tienen una cosa en común: a pesar de sonar muy muy bien, da la impresión de que son más conocidos fuera que dentro de nuestras fronteras. Así que en la puerta indiqué que tenía invitaciones. Consultaron las diferentes listas - ¿pero alguien pagó por ver el concierto? - y mi nombre no aparecía por ningún lado. Se acercó uno de los responsables del Círculo y tras decir de dónde venía la invitación, se solucionó todo después de una consulta en camerinos.



Apenas un puñado de gente esperamos la salida de los Pinker. A las 22, con Game boy music abrieron una sesión que duró una hora en la que dieron buena cuenta de su último disco, Modular, y que dejó con ganas de más. Y es que los Pinker pertenecen a esa casta de músicos que se concentran en un escenario, que se hacen fuertes y transmiten todo el buen hacer y el talento que preservan tras esas gafas de sol. A lo largo de sus trabajos han hecho gala de un eclecticismo con la creatividad como hilo conductor, pero en directo todo eso se dispara, se multiplica y se expande hasta contagiar todo el local donde tocan. Desde sonidos más "funk" a furiosos guitarreos con ecos "punk" pasando por electrónica pura y dura; alternando letras en español, inglés y francés; tirando de repertorio con canciones más relajadas y epilépticos himnos para bailar... Un big bang de sonido total que se traduce en una experiencia altamente recomendable.

Luego fue el turno de We are standard, un grupo calificado por Asane (con bastante sorna) como "los que no meten apenas reverb en sus directos". Hay que darle toda la razón. Reverb y más reverb. Con la sombra de grupos como LCD Soundsystem en su planteamiento, el objetivo es claro: hacer bailar. Pero me dió la sensación de que en directo se diluyen un poco. Con un par de álbumes sólidos y a pesar de la acústica del Círculo, que es malísima, el directo no llegaba a trasmitir la energía que trasmiten en sus discos. Como digo, se puede culpar a la acústica y a los problemas de sonido, que los hubo, pero con las mismas cartas jugaron los Pinker, y estos últimos fueron, para mí, los claros triunfadores de la noche. Sin acritud, porque si hemos de contar el público, los vascos se llevaron de calle la apuesta, entre los despistados y los que se hacen esperar, así que lo dejo en que los verdaderos triunfadores fuimos los poquitos que disfrutamos de ambas formaciones, desde el Game boy music de los Pinker hasta el último Waiting for the man, la versión de la Velvet con que cerraron W.A.S.



El viernes 17 de Diciembre The Pinker Tones llevan su Modular a la sala Apolo de Barcelona, por si alguno está cerca: lo dicho, una experiencia de sonido total muy recomendable.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Los reyes acomodaticios

El miércoles cerca de las 23:30 caminaba por la Calle del General Ricardos de Madrid. Acabábamos de salir un viejo compañero de trabajo y frascachelas, L.M.S.B, y yo del Palacio de Vistalegre. Habíamos ido al concierto de los Kings of Leon, los que en sus orígenes fueron llamados "Los Strokes sureños", un grupo al que ya había visto años atrás en Toronto en la Kool Haus y que, ya entonces, me había decepcionado un poco. Aunque he de reconocer que esta segunda vez han aportado algo más de entrega y que, con dos discos más debajo del brazo, tenían mayor repertorio para satisfacer al público, en líneas generales, no considero los 50 euros empleados como una buena inversión. Y es que me queda la sensación de que pudieron dar más, mucho más. Quizá el problema radique en que los tengo idolatrados. ¿En qué punto un grupo que apuntaba maneras de rock/garajero/sureño se convirtió en un conjunto popero y efectista? Entre el Aha shake heartbreak y el Because of the times, justo cuando la legión de jovenzuelos y jovenzuelas con poder adquisitivo para pagar conciertos de esta índole engrosó su fila de fans. Justo en ese punto, yo perdí la fe en los chicos de Caleb.



La clave quizá me la reveló L.M. en un susurro en el trascurso del concierto: "Antes estaban enganchados a la cocaína". No es por hacer apología de las drogas, pero KOL ya no son herederos de esos grandes grupos tesoreros del rock sureño: The Allman Bros (y sus congénitos problemas con la heroína) y, sobre todo para el imaginario colectivo, Lynyrd Skynyrd. Cuando hacer música pasa de convertirse en una experiencia vital a un trabajo, surgen los reconvertidos Kings of Leon, "born again", re-nacidos para disfrute de la pléyade de jovencit@s que abrazaron sus canciones una vez que el cuarteto abandonó el sexo, las drogas y el rock n' roll. Porque KOL, señores y señoras, ya no son ese grupo directo, sin ambages, con poses y riffs del pasado, con efluvios de fama y voces desgarradas... Ahora son ese grupo que envuelve sus canciones con barroquismos absurdos, que llena pabellones y culmina sus conciertos con fuegos de artificio, un símbolo de lo que es ahora su música: mucho bombo para quedar en nada. Un grupo que, bajo mi honesta opinión, son cada vez más The southern Killers y menos The southern Strokes y eso duele.



Así que un concierto más, viendo como unos excelentes músicos clavan sus canciones sin el menor esfuerzo, sacrificando, para ello, sus inicios rockeros convirtiendo viejos hits en medios tiempos efectistas: (Molly's Chambers o The bucket me taladraron los oídos de forma grosera incluso; la desaparición de temas de sus dos primeros discos en el track list es... escandalosa). Los ídolos de barro que adoramos con esperanza viejos rockeros en los albores del siglo XXI se han convertido en nuevos ídolos dorados, más gordos y luciendo barbas para tapar la papada. Y yo me pregunto: ¿qué hubiera sido de los poetas bohemios sin el opio? Menos mal que Nathan sigue estando a cargo de la batería...

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿En serio este tío es de izquierdas?

Tras unos días sin actividad en el blog, toca ponerse al día con varias cosas, pero hoy no. Hoy voy a poner un extracto de una reflexión. Esta mañana, en Atocha, antes de coger un tren para Plasencia, he comprado Público. En este diario he leído las medidas del ejecutivo de gobierno. Tras leer un excelente artículo en las páginas de opinión de Vicenç Navarro, catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Public Policy en The Johns Hopkins University, que llevaba por título No a los mercados financieros, me han venido a la mente todos esos socialistas trasnochados que siguen defendiendo que ZP y su PSOE es la última esperanza de librar a España de las garras de la derecha... Recordemos las últimas medidas de ZP: eliminar la ayuda de 426 € a los parados, bajar impuestos a pymes y privatizar parcialmente los aeropuertos (el Prats y Barajas) y la Lotería - bienes estatales sospechosos de generar muchísimo déficit, ¿verdad?).

¿De verdad que el PSOE es un partido de izquierdas? Si les queda alguna duda, les invito a consultar en el mismo ejemplar del periódico las diferentes noticias en las que se habla del conflicto del Sáhara y sale por algún lado la postura del gobierno de ZP. O estoy confundido o este PSOE actúa como un partido de centroderecha. Pero como decía aquel: "la culpa la tenéis vosotros, que votáis a quien votáis".

lunes, 22 de noviembre de 2010

Amor a tercera vista

Nunca he creído en el amor a primera vista. Como ser racional cuyos deseos se hallan perfectamente contenidos en salas de hermética lógica, amar a primera vista sería como adquirir un artículo sin detenerse a evaluar sus ventajas e inconvenientes o sin comparar precios entre establecimientos ni tener en cuenta objetos de similares prestaciones. Ni a primera ni a segunda vista... Más bien la expresión, desde mi punto de vista, designa un encaprichamiento más o menos fortuito e incompatible con mi forma de ser.

O eso pensaba, porque, si bien es cierto que sigo sin creer en el amor a primera vista, he de confesar que no hace mucho experimenté algo parecido a lo que el imaginario colectivo entiende por "amor",aunque en mi caso sea a tercera vista. Sintonía y yo coincidimos en uno de esos cursos que la gente toma para mantener la mente ocupada. No es que mi mente necesite distracciones, pero mis allegados insistieron en que tomara tal curso por tratarse de una oportunidad para "socializar", algo que, en su opinión, necesito en dosis abundantes.


Sintonía, nombre ridículo donde los haya, producto sin duda de un encaprichamiento maternal en una época donde la experimentación se abrazaba sin ambages hasta para poner nombre a los vástagos. Nombre atípico que ha ido atemperándoseme con el tiempo, perdiendo así su agriedad sinestésica. Pero no fue la repetición de su nombre a modo de mantra lo que suavizó las poliédricas esquinas del fonema "Sintonía". No, eso vino después, mucho después de entender lo que me pasaba. Esa autoconciencia se tomó su tiempo para iluminar mi entendimiento y quitar un ligero peso de encima, el mismo peso derivado de no entender los cambios que en mí se operaban.

En el exhaustivo y pormenorizado análisis de cada hecho, he llegado a la conclusión de que todo empezó al tercer encuentro, cuando Sinto, como comencé a llamarla a medida que la familiaridad limó la terminación de su nombre, se sentó justo delante mío y justo en la tercera lección. En un descuido, desvié momentáneamente el foco de mi atención del profesor y fuí a reparar en el embrujado resquicio de la camiseta holgada por donde un tímido lunar aparecía y desaparecía de forma intermitente de entre la cristalina piel de Sintonía. Podría culpar al profesor y su aburrida explicación de los sucesos que se desencadenaron aquel día, pero eso equivaldría a no hacer justicia al minúsculo lunar en la parte posterior del hombro izquierdo que, como la luna nueva, aparecía y desaparecía en la suave y sedosa noche de la piel de Sintonía. El resto vino solo, por asociación.


Cerrar los ojos y ver el lunar y pensar en el gracioso pliegue de su cuello cuando gira la cabeza, e imaginar el turbador contacto que producirían los cabellos amotinados que a veces escapan del moño improvisado con que acude a clase, y visualizar la franca sonrisa que es un puzzle perfecto de dientes ingrávidos a la par que una muralla inexpugnable de candidez nacarada, y sentir sus ojos enormes y redondos como avellanas recién caídas del árbol destiladas en un cálido licor de un amargor adormilante. La lógica pierde consistencia cuando cierro los ojos de un tiempo a esta parte porque a la noche que sucede la ausencia de luz procede, inexorablemente, el minúsculo lunar de Sintonía.

Y así, dominado desde tiempos inmemoriales por las leyes de la razón y la lógica, ahora empleo largas temporadas en sesudas elucubraciones sobre la conveniencia de trasmitir a la implicada este cambio de convicciones tan profundo que la imprevisible visión de aquel día me produjo. Porque seamos objetivos por un momento: la irrepetible combinación de elementos que han provocado lo que he llegado a denominar "el desarrollo de un conato de amor a tercera vista" es altamente improbable que encuentre una respuesta recíprocra en la hasta-hace-bien-poco-invisible-a-mis-sentidos-pero-ahora-indeleble-obsesión Sintonía.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

En el tintero

Recojo una enunciación que el señor Emeshing ha dejado en su blog con el título Las reglas del periodismo de hoy. En su post, Emeshing se hace eco de la traducción al catalán de una lista de 9 principios enunciados por David Schlesinger, editor jefe de Reuters, en un interesante artículo (está en inglés):

1. Conocer la historia no es suficiente.
2. Explicar la historia es sólo el principio.
3. La conversación sobre la historia es tan importante como la historia misma.
4. Cuanto más trates de ser paternalista y autoritario, menos te creerá la gente.
5. Cuanto más cedas el control al público, más gente te respetará.
6. Cuanto más adoptes las nuevas tecnologías como una plataforma, más competitivas serán tus ideas.
7. Cuanto más evites todo el que no sea sin rotro y sin carácter, más podrás organizar tu agenda.
8. Cuanto más quieras ir más allá de la historia, más valor tendrá lo que hacer.
9. Si tienes valor y nadie más lo tiene, entonces la gente te pagará.


Al margen de la importancia o no que estas máximas lanzadas a botepronto puedan tener, me parece más importante la idea central que Schlesinger desarrolla a lo largo de su escrito: que el periodismo está cambiando. Esto, de lo que somos conscientes no solo los periodistas, lleva a tímidos conatos de autocrítica y reflexión desde lugares dispersos de la profesión. Schlesinger habla de un argumento muy recurrente: que "la profesión periodística esta perdiendo tanto su valor como el respeto". Cita el hecho de que la irrupción de las redes sociales ha provocado que la gente recurra a los amigos - reales o virtuales -, en definitiva, a su comunidad, para recibir información, opiniones, respaldo a sus propias creencias o, incluso, iluminación antes que tirar de los medios tradicionales que han perdido mucha credibilidad. En palabras de Schlesinger, "la tecnología ha creado un nuevo concepto de comunidad y ha dado a esa comunidad nuevos poderes para informar y conectar". Hace poco un amigo me confesó que miraba mis notificaciones de facebook y mi blog como fuente de información complementaria. Imagínense el cargo de conciencia. No pude decirle que no estaba preparado para ser un líder de opinión, le hubiera partido el corazón.

El editor jefe de Reuters pone como ejemplo de fracaso periodístico el seguimiento de la crisis financiera por los medios tradicionales. Nuevamente recurro a la cita textual: "Los argumentos sobre si los hechos reales de los orígenes de la crisis financiera habían sido adecuadamente transmitidos al gran público son, en última instancia, irrelevantes. Los hechos estaban ahí. Pero no se contaron de una forma lo suficientemente persuasiva o con la suficiente fuerza como para cambiar el curso de los acontecimientos". Porque, no olvidemos, que el periodismo, en última instancia y hasta hace no mucho buscaba cambiar el curso de los acontecimientos, una potencialidad que le llevó a ser denominado el cuarto poder, justo cuando tenía un impacto tremendo en la vida política de naciones - recordemos el importante papel de diferentes publicaciones en la caída del Antiguo Régimen o en las diversas revoluciones ocurridas en los siglos XIX y XX... todo ello antes de que el poder económico lo fagocitara de forma eficiente, como el pie aplasta la cucaracha. En ese sentido sorprende que ahora,en lugar de agitar, los medios administren determinadas informaciones como si de dosis de prozac se trataran.


Schlesinger también habla de un elemento central en el nuevo periodismo ligado a la tecnología: la complementariedad absoluta que el lector puede otorgar a la información a través del feedback en tiempo real (esto es, los comentarios). Las redes sociales y las publicaciones y emisiones en Internet incorporan el feedback instantaneo, una nueva forma de relación bidireccional con las audiencias. Un ejemplo en boga de esto: las "charlas con..." que las diferentes publicaciones ofrecen por internet, donde el lector se convierte en entrevistador. Los comentarios, esa novedosa aportación de la audiencia al proceso productivo de contenidos por parte de los medios de comunicación. Algunos son auténticas gilipolleces, pero a veces un comentario revela datos más contrastados e interesantes, opiniones mejor formadas que lo que el periodista escribe en el artículo o en la noticia de turno. Eso entraña un peligro. ¿Qué credibilidad va a tener un periodista al que cualquier lector puede dejar en evidencia en tiempo real - siempre y cuando la censura en forma de moderador del foro no esté atenta?

En el caso de la reflexión de Schlesinger, esto también sucede. Uno de sus lectores, photojourno, postea el 16 de Octubre de 2010 a las 5:04 am un comentario que es casi más interesante que el propio artículo (por si queréis consultarlo los que sepáis inglés). La lucidez del mismo sobrepasa con creces el ejercicio intelectual del editor jefe de Reuters, algo que cada vez se ve más en los medios (por diversas razones que podemos entrar a discutir si os parece más adelante). La crítica del comentarista está en la primera línea y expone las miserias del artículo de Schlesinger: "David, aunque estás en lo cierto, ni una sola coma de este artículo tiene valor alguno a la hora de predecir el futuro del periodismo". En efecto, esas 9 máximas con las que se puede comulgar o no, para nada atacan un problema que es mucho más hondo y profundo: el de "la crisis del periodismo". Un problema que no viene de ahora, dura ya unos cuantos años. Como apunta no sin cierta ironía photojourno al final de su comentario: "Quizá sea hora de que leas 'La rebelión de las masas' de Ortega y Gasset. Ese tiempo ha llegado, solo que no ha sido una rebelión, ha sido toda una revolución y nadie se ha dado cuenta porque estaban demasiado ocupados refrescando su página de Facebook". ¡Zas, en toda la boca!


En efecto, la revolución en los medios ha llegado, lo que pasa es que los medios (y lo que es más triste, los periodistas, salvo honrosas excepciones) se han quedado en fuera de juego. La superabundancia de gurús en materia de "nuevo periodismo" (solo hay que abrirse una cuenta de twitter, sondear, y saldrán a patadas) y la ausencia de instituciones legitimas que planteen soluciones (no hay colegios profesionales, las asociaciones de la prensa carecen de los mecanismo y/o la voluntad para ejercer una labor de liderazgo real) no ayudan a los desnortados periodistas que entienden que esto está cambiando pero no aciertan a hacerse cargo de la situación. Oyen "blog" y se abren un blog. Oyen "twitter" y se abren un twitter. A cada acción hay una reacción, pero no una reflexión entre medias y mientras tanto el periodismo como institución sigue perdiendo credibilidad, valor, veracidad, eficacia... a los ojos del ciudadano de a pie. El periodista ha pasado en tiempo récord de ser héroe a sospechoso villano de este serial.

Luego está la cuestionable formación periodística de nuestro país (los buenos periodistas, que haberlos haylos, suelen suplir esto con autodidactismo; desgraciadamente aquí confundimos buen comunicador, buena presencia, periodista con trabajo visible y buen periodista), la falta de control en el número de licenciados - y la aparente "polivalencia" de titulados en otras especialidades cercanas como audiovisuales, publicidad, humanidades... -, el intrusismo profesional propiciado por una falta de colegiamiento - y fomentada por los grandes medios de nuestro país con sus "masteres de periodismo" -, la falta de especialización, la falta de espacios relevantes para el periodismo serio independiente... son solo algunos de los síntomas de un cuadro vírico extremadamente complejo que asola la profesión desde hace algún tiempo. Es sencillo, tiene que ver con lo que los economistas llaman "el poder de la escasez". Si hay muchos periodistas - y si encima están disgregados - es fácil desarticular su influencia. Conozco a muchos compañeros que no paran de quejarse por las condiciones laborales en las que se encuentran, la mayoría de los que trabajan en este mundo en realidad lo hacen, pero conozco aún a más periodistas, entre los que me incluyo, que no les importaría acceder a un puesto de trabajo con esas condiciones porque están sin empleo en la actualidad. ¿Le encuentran la lógica? Ahora sitúense en la piel de un dirigente político o un alto magnate y quizá entiendan por qué cada vez menos se practica el "periodismo de investigación" en este país. Con este bonito ejercicio quizá acaben por aplaudir como yo un sistema que amordaza de forma legal y democrática una de las vías tradicionales de control de la que disponía el propio sistema: el periodismo.

Estos 9 consejos del señor Schlesinger, pues, me temo que son tan útiles como una tirita para tapar una vía de agua que no para de aumentar de tamaño.

jueves, 11 de noviembre de 2010

(Ir)responsabilidad social

La Responsabilidad Social Corporativa (también conocida como RSC) puede definirse como "la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva y valorativa y su valor añadido". Nótese la palabra "fin" y los citados objetivos, para ver que nadie da duros a pesetas como solía decirse, o euros a 50 céntimos, si actualizamos la metáfora. Este término, que oí por primera vez de labios de la ex de un ex-amigo (?) estando como currante en Europa Press (también conocida como EP), tan sexy ella como intocable hasta ser ex, tan misteriosa como huidiza una vez asumió el altisonante prefijo, es la forma de las empresas de intentar lavar su imagen a través de supuestas acciones que revierten en la sociedad lo que éstas toman de ellas.

Lo que me interesa del término son las primeras dos palabras "responsabilidad social". Como concepto engloba una serie de principios que todos deberíamos tener claros pero que muy pocos tenemos. Entiendo la responsabilidad social como conjunto de deberes y lealtades que debemos al conjunto de los que nos rodean por el mero hecho de dejarnos formar parte de una compleja red de relaciones de la que nos beneficiamos. "Quid pro quo", tomar algo a cambio de dar algo. Un concepto que en una sociedad globalizada debería hacerse extensivo a todo el conjunto del género humano en cualquiera de sus extensiones. Un principio que debería ir fijado a nociones como "respeto a los demás", "libertades individuales" y demás. Interesante utopía.



En la actualidad me hallo inmerso en la elaboración de un simple ejercicio por escrito, un "trabajo", sobre las herramientas para medir la pobreza. El ejercicio consiste en coger dos países (en mi caso Ruanda y Rep. Dem. del Congo) y establecer una comparativa. Como resultado de este ejercicio, últimamente he estado leyendo mucho sobre Ruanda (es un ejercicio por parejas y en la división del trabajo me ha tocado en suerte este país). Ruanda, ese país que os sonará porque allá por 1994 se produjo uno de los genocidios más brutales y salvajes de los últimos tiempos. Hasta hay un puñado de películas que lo relatan, quizá no tantas como las que existen sobre el "holocausto judío", pero algo es algo. Una de las fuentes que he usado es la página oficial del gobierno de Ruanda, donde, entre otras cosas, se da una panorámica de la historia del país desde antes de su independencia oficial en la década de los 60. En esa breve descripción histórica elaborada por el gobierno de Ruanda, se señala la influencia colonial belga como una de las causas primigenias de que en un reino tradicional de castas acabara por estallar con los años una brutal campaña de limpieza étnica, solo comparable a la ejercida en los Balcanes, en latinoamérica con los indígenas, en el "medio oriente" con los kurdos o, si se quiere, en Europa central con los judíos - y otras etnias - durante la hegemonía nazi.

15 años después no tengo constancia ni memoria de que los civilizados países occidentales, con Bélgica a la cabeza, hayan pedido perdón o reconocido su culpa ante esta masacre. Ni los sucesivos gobernantes han dado el paso ni los ciudadanos hemos solicitado que se dé. En unas fechas en las que se acusa al gobierno español de falta de dureza frente a los incidentes violentos protagonizados por Marruecos en el Aaiún quizá cabría preguntarse si la culpa no es de nosotros, los ciudadanos que conformamos la sociedad española, por no exigir firmemente a nuestro gobierno que sea, a su vez, firme con Marruecos. Lo mismo cabría preguntarse si la culpa de que Garzón esté todavía en el limbo jurídico por haber intentado aplicar para aquí lo que ya aplicó para Argentina o Chile, esto es, justicia frente a crímenes cometidos contra la humanidad no la tenemos los que no hemos exigido firmemente que se deje en paz a Garzón. Y ya, por extensión, me pregunto si la causa de que haya paro, corrupción, difícil acceso a la vivienda, contaminación, recorte de derechos sociales, etc. no esté en nuestra elusiva naturaleza que nos lleva a escondernos ante esta Responsabilidad Social de la que hablo.



La última semana gracias a un excepcional trabajo de Jordi Évole y su equipo se ha estado hablando del posible fin de ETA. Tras ver el programa completo, una de las ideas que se me quedó es que, por encima de treguas y partidos políticos, la principal causante de que ETA se halla replanteado su actividad han sido los ciudadanos de Euskadi. En caso de que se llegue al fin de esta situación, las medallas se las colgarán unos u otros, pero todos debemos tener en cuenta que la labor de colectivos como el Foro de Ermua, asociaciones de víctimas y, en general, el pueblo vasco serán los verdaderos responsables de ese cambio de actitud. Eso no se nos debería olvidar. Debería quedar siempre presente en la memoria que no fué hasta que millones de personas se echaron a la calle tras el secuestro de Miguel Ángel Blanco que ETA no empezó a sentir el desgaste de la deslegitimación. Poco a poco han sido los vascos los que, más allá de leyes antiterroristas y conceptos etéreos y manidos como el de "Estado de derecho", han puesto a ETA en una situación entre la espada y la pared.

A lo que voy es que convendría plantearse nuestro papel como ciudadanos "de pleno derecho" y reflexionar si con pagar la seguridad social, los impuestos e ir a votar quedan saldadas todas las cuentas personales contraídas con los que nos rodean desde el primer momento en que vivimos en sociedad. Mientras llegue ese día, poco podemos esperar que con los mecanismos actuales las instituciones expresen, realmente, la voluntad popular.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Road Trip IV (y final)

(Viene de aquí)

La culpa era de Isobel Fitzerald, por hacer lo que hizo aquel verano con 13 años. Sam y Kyle habían respondido a la bravuconada de Liam. “¿Qué os jugáis a que antes de que acabe el verano Isobel será mi novia?”. ¿Quién iba a pensar que la dulce Fitzerald acabaría por besar al tosco Liam? Kyle apostó 20 libras, sus ahorros, en contra. Sam fue más allá y apostó el medallón de San Fermín que su abuela Mina, española de nacimiento y exiliada - según ella por amor, según su madre por motivos políticos -, le había dado tiempo atrás. “Mi papá me llamó así por él” le confesó la anciana cuando le dio el medallón. Sam se pasaba el tiempo hablándole a sus amigos de su abuela y del medallón y de España y de Pamplona. Les hablaba de cómo correría de mayor delante de los toros. Kyle y Liam querían ver aquello. Isobel besó a Liam y fue su novia un mes. Luego se volvió a Dublín y los amigos se quedaron en Malahide, cuando 16 kilómetros era todo un mundo. Sam aludió a cuestiones de honor cuando Liam no quiso aceptar el medallón. Entre los dos alcanzaron un pacto de caballeros: Liam lo devolvería tan pronto como fueran juntos a Pamplona.

La culpa era de Isobel Fitzerald, sí, pero también de Sam por acercarse al agua sin miedo, por caerse al río, por no resistirse a la muerte, por dejarle solo esperando a que volviera de ese viaje que duraba ya 15 años. La culpa era de Liam, por no haberle sujetado a tiempo, por no haberle podido rescatar cuando saltó al agua. De Liam y de él mismo, que había decidido irse a Francia en lugar de quedarse con sus amigos. De haberse quedado, quizá Sam no se hubiera caído. Fuera de quien fuera la culpa, allí estaban los dos, niños treintañeros que habían sobrevivido con mayor o menor éxito a los caprichos de la existencia. Allí estaban los dos, de pie, junto al árbol donde acababan de enterrar el medallón de la abuela de Sam. Dos extranjeros, dos guiris borrachos de ojos húmedos en pleno homenaje a un amigo de la infancia muerto. Liam y Kyle se abrazaron, entonaron un suspiro al unísono y volvieron al hotel.

A la mañana siguiente, después de un buen desayuno, visitaron la ciudadela, el monumento al encierro y los restos de la muralla. Luego condujeron hasta Bilbao. Allí visitaron el Guggenheim y el casco de la ciudad. Cuando los dos se separaron, lo hicieron con efusividad, una despedida plagada de buenos deseos y de planes para verse en poco tiempo; planes que ninguno estaba seguro fuera a cumplir. Liam volvería a Madrid a su labor de corresponsal de la cadena de noticias estadounidense para la que trabajaba. Kyle volvería a Malahide, con Cathy y sus dos hijos, la diminuta Eileen y el pequeño Sam, para los que pronto tendría que inventar nuevos apelativos.

martes, 9 de noviembre de 2010

Road Trip III

(Viene de aquí)

Por fin llegaron al destino. Dejaron el coche en un parking del centro y fueron caminando hacia el hotel. En su primer contacto con la ciudad, Kyle pensó que era agradable. Las calles elegantemente empedradas, la coqueta iluminación y el persistente olor a quemado por todos los rincones - olor a castañas asadas según le había confirmado Liam – le parecieron de un encanto acogedor. Llegaron al hotel, se registraron, dejaron el grueso del equipaje en la habitación y fueron a investigar la ciudad. En la recepción, Liam pidió un mapa haciendo gala de los progresos que casi siete años en el país le habían permitido con el idioma. Tras estudiarlo detenidamente señaló con determinación un punto.

- ¡Aquí! No está lejos. Podemos dar un paseo alrededor y ver un poco, lo que las horas de luz nos permitan. Luego cenamos, vamos a eso y mañana terminamos de visitar la ciudad. ¿Cuándo tienes que coger el avión?

- Dentro de tres días. A las cuatro de la tarde.

Recorrieron las calles del centro acompañados de una ligera lluvia. A cada paso Liam le explicaba alguna peculiaridad de la ciudad, de sus gentes, de las costumbres o de su fiesta grande: los Sanfermines. Visitaron la fachada del ayuntamiento y Liam le habló del txupinazo y de cómo la gente se agolpaba en la diminuta plaza donde se encontraban para oír las palabras rituales que daban inicio a las celebraciones. Recorrieron el itinerario que los toros y los corredores hacían. Hablaron de Hemingway y de cómo éste había puesto en el mapa aquella ciudad para la mayoría de los angloparlantes. Eligieron un restaurante al azar y se entregaron con pasión a la degustación del vino y los manjares de la tierra. Liam volvió a tirar de sapiencia e ilustró a Kyle con particularidades de la situación política en la región. Kyle por su parte puso sobre la mesa el tema de las corridas de toros, lo que él consideraba maltrato a animales, y la estúpida pasión humana por correr riesgos innecesarios.

Liam sonrió, soltó el decálogo del amante de la fiesta taurina dejando claro que su posición era ambigua al respecto y acabó por alabar la belleza de las mujeres del norte de España. Cada conversación era regada con generosidad por vinos elegidos de la carta. El homenaje acabó con una copa de patxarán por exigencias del icónico anfitrión. Pidieron la cuenta y se marcharon. El fresco de la noche les despejó un poco mientras, con pasos etílicos, caminaban poco a poco hacia la plaza de toros.

(Continuará)

viernes, 5 de noviembre de 2010

Ain't got no

Seguimos de revival de música negra. Si la semana pasada le tocó el turno a uno de los maestros del contrabajo jazzístico, Charles Mingus, un músico comprometido con el movimiento negro; esta semana le toca el turno a la gran Nina Simone.



Este clásico de la música estadounidense, que se re-popularizó hace unos años gracias a un anuncio de coches, está incluido versionado por Jim Guthrie en la recopilación de Octubre de spotify: October... and now what?. Además podréis encontrar a Micah P. Hinson, Calexico, Primal Scream o Wilco.


Feliz fin de semana a todos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Señora de

Cortesía de una amiga insistente, un trailer de entre los estrenos que mañana poblarán las carteleras de nuestros cines. Un documental que lleva por título Señora de, de la realizadora Patricia Ferreira, directora de El alquimista impaciente entre otras películas. Una cinta en la que mujeres hablan de cómo, hasta hace bien poco, para ellas era imposible decidir sus destinos:



Pelicula de cine por Filmtrailer.com

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Road Trip II

(Viene de aquí)

Cuatrocientos cincuenta kilómetros aproximadamente, un poco más de cinco horas, separaban Madrid de su destino. Tiempo suficiente para ponerse al día. Hacía casi cinco años que Liam no veía a su amigo de la infancia. Desde que Kyle se casara con su novia de la universidad. Liam la conoció en la boda. Le pareció una chica simpática. Tampoco tuvo oportunidad de hablar mucho con ella. Vió al bueno de Kyle feliz y eso era lo importante.

- ¿Qué tal la vida en pareja? Si te soy sincero, me sorprende que hayas podido venir sin ninguna pega

- En realidad Cathy es bastante permisiva y bueno, no creo que muchas personas puedan negarse ante algo así, ¿no crees? – Liam recordó que se llamaba Catherine y que tenía los ojos verdes.

- ¿Se lo has contado? Es algo bastante personal… Si estuviera casado y todo eso supongo que lo diría, pero también supongo que no tengo ni idea de lo que estoy hablando… Difícil llegar a un grado de intimidad cuando vives en un continuo carrusel afectivo.

- Bueno, alguien tenía que quedarse a cuidar de los niños. Le expliqué lo que iba a hacer y lo entendió. Me dijo que ya se cobraría un fin de semana con las chicas. Además, es poco tiempo. Tres o cuatro días. Hay viajes con la empresa que duran más. ¿Entonces ya no estás con la chica esa? Parecía maja.

- ¿Con quién? ¿Alba? ¿La chica que llevé a tu boda? No, se cansó de esperar. Estuvimos casi cinco años con idas y venidas. Era una de esas españolas tradicionales. Olvidé ofrecerle un anillo y se buscó a otro. Se casó el mes pasado. Desde entonces, bueno, ya sabes, probando de aquí y allá. Supongo que en el fondo me apetece sentar la cabeza, pero es complicado.

- ¿Seguirás en Europa mucho tiempo? ¿No pueden enviarte de vuelta?

- Sí, con el tiempo lo harán, pero de momento me quieren aquí y yo encantado. Amigo, llevo una vida muy tranquila. He hecho grandes amigos y, bueno, el hecho de no ser estadounidense me abre puertas. A nadie le gustan los engreídos corresponsales yankis.

Aquí desplegó su sonrisa cegando cualquier tipo de prospección ulterior.
- Por cierto, ¿quieres que paremos a comer? Desde que he abrazado estos horarios bárbaros, siempre olvido que la buena gente de Irlanda no come tan tarde.

- Como quieras. Estoy bien. ¿El hecho de venir a España tuvo que ver con lo que le pasó a Sam?

Liam miró entre sorprendido y asustado por la pregunta. Tanta sinceridad le había cogido con la guardia baja. No tuvo tiempo ni de sacar su sonrisa a relucir. Kyle lo miró a los ojos pero Liam no estaba allí, se había encerrado en sí mismo para buscar una respuesta que no conocía. Pararon en un restaurante de carretera. Liam volvió temporalmente.

- Dicen que si en un restaurante de este tipo ves muchos camiones aparcados es sinónimo de que se come barato y bien. - Esta vez la sonrisa sí apareció. – Entremos, ya tendremos tiempo de derrochar más adelante.
Pidieron dos menús por veinte euros. Kyle pensó que era mucha comida. Pidieron también vino. Liam comentó que pasarían cerca de una región con buenos caldos. Kyle objetó sonriente que un buen irlandés se debía a la cerveza y a algún que otro whisky ocasional. Tomaron café sin postre y continuaron con el viaje.

La apacible vida de Kyle y Liam cambió un verano. La época estival siempre había marcado su relación. Se conocieron un verano en Malahide. La familia de Liam se mudó a la casa de al lado. Sam y Kyle pronto lo adoptaron. Desde entonces fueron inseparables. Cuando cumplieron 18, Liam decidió irse a estudiar a EE.UU. Allí tenía familia y había conseguido una beca en una universidad. Kyle se quedaría en Malahide y estudiaría en Dublín y Sam, bueno, Sam había decidido no seguir estudiando. Ese mismo verano empezó a trabajar en un almacén. De hecho llevaba poco tiempo trabajando cuando ocurrió aquello. Kyle no estaba en Irlanda por aquel entonces. Se había ido a Francia a perfeccionar el idioma. Liam y Sam salieron una noche por Dublín, bebieron bastante y Sam acabó ahogándose en el Liffey. Kyle no supo nada hasta que volvió de Calais, tampoco preguntó los detalles. Para entonces Liam estaba con las maletas preparadas. Solo tuvieron tiempo de abrazarse y despedirse. Liam cruzó el charco y Kyle se quedó para empezar un nuevo curso con la sensación de que Sam aparecería de un momento a otro, como si solo hubiera salido de la ciudad unos días.

...(Continuará)

martes, 2 de noviembre de 2010

Road Trip I

Un poco aturdido, accedió a la pasarela de desembarque siguiendo al resto de pasajeros. El “hasta luego” de las azafatas le sonó amortiguado, como un eco sordo. Cada vez que viajaba en avión se le taponaban los oídos. Era algo que no podía evitar. Recorrió un laberinto de escaleras y pasillos hasta que de forma inconsciente llegó al carrusel del equipaje. La sonrisa indulgente de la chica del mostrador en Dublín le vino a la mente. Aunque solo viajaba con una pequeña maleta, no pudo facturarla como equipaje de mano. “Reglas de la compañía” dejó caer a plomo la chica, eso sí, sin abandonar la sonrisa. Liam Whitmore habría sido capaz de colarles la maleta. Liam Whitmore había sido capaz de besar a la dulce Isobel Fitzerald aquel verano ante las miradas atentas de Sam Connary y de Kyle O’Neill. El bueno de Kyle O’Neill asintió con sorda resignación ante el codazo de Sam Connary. Con la misma resignación el bueno de Kyle esperaba, veinte años después, a que saliera la dichosa maleta.

Arrastraba la maleta con parsimonia mientras trataba de que el abrigo no se le cayera del antebrazo. Hacía demasiado calor en Madrid para llevar abrigo. Liam le podía haber avisado. Conociendo a Liam, también podría haber mirado la previsión meteorológica. A lo lejos lo divisó. De pie, al lado de un grupo de chóferes portando carteles con diferentes nombres, estaba el viejo Liam, con el pelo concienzudamente desordenado, gafas de sol, jersey, vaqueros, el Times debajo del brazo y la misma sonrisa que lució gran parte de aquel verano que logró robar un beso a la dulce Isobel Fitzerald. Sam adoraba esa sonrisa y Kyle había aprendido, con el tiempo, a identificarla como el paraguas burlón que Liam usaba para protegerse de las inclemencias de la vida. Liam también sacaba a pasear esa sonrisa cuando hacía las veces de anfitrión.

- Kyle, estás horrible. ¿Y dónde vas con ese abrigo? Estás en España, amigo – le espetó mientras le abrazaba con verdadera camaradería

- Ahórrate los cumplidos. En cuanto a lo del abrigo, bueno, digamos que nadie me avisó del calor que hacía por aquí abajo.

Liam se encogió de hombros, se puso las gafas a modo de diadema, cogió la maleta y se dirigió a la salida. Kyle lo siguió hasta el coche.

- Por cierto. ¿No podríamos habernos encontrado en Bilbao?

- Seguramente, pero entonces te perderías lo mejor del viaje.

...(Continuará)

viernes, 29 de octubre de 2010

Charles Mingus

Ayer me llamó un viejo amigo, uno con el que suelo hablar a menudo pero con el que hacía casi un mes que no hablaba. Nos pusimos al corriente de esto y aquello y, casi al terminar, me pidió una recomendación musical. Le contesté con franqueza: "Últimamente no escucho nada nuevo. Este año no ha salido nada que me entusiasme. Si te digo la verdad, lo que escucho más es jazz: Dave Brubeck, Coltrane, Oscar Peterson, Charles Mingus...". Y es cierto. La elección musical jazzistica en el spotify es lo suficientemente amplia como para no preocuparte de buscar nada más. Un disco de uno de los grandes maestros al azar y fuera preocupaciones mientras escribo, leo o, simplemente, pierdo las horas quemándome la retina.



Entre ellos, uno que escucho con verdadera delectación, es a Charles Mingus



Basta una simple ojeada a la biografía de este colosal músico para ver la riqueza de su figura y obra. Sirva este post para desempolvar, desde la humilde óptica de un profano en esto del jazz, la figura del maestro del contrabajo. Feliz fin de semana.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Sandman

Sandman no es sino una de las múltiples variantes del mito de Morfeo, el rey de los sueños. Recibe este apelativo en la cultura anglosajona porque, según la mitología, la manera en que este ser nos arrastra a su reino es soplándonos en los ojos arena mágica. Con este material Neil Gaiman (El libro del cementerio), arropado por una serie de ilustradores como Colleen Doran, Mike Dringenberg, Marc Hempel, Kelley Jones, Jill Thompson y Michael Zulli, desarrolló una de las sagas gráficas no superheroicas más interesantes de finales del siglo XX. Sandman cuenta las aventuras de Sueño desde que es atrapado por error por un amante de las ciencias ocultas hasta que se enfrenta a las temibles furias, erinias o "benévolas".

La serie original, que se alargó desde 1988 hasta 1996, cuenta con 10 volúmenes: Nº 1. Preludios Nocturnos (contiene The Sandman Nº 1 a 7); Nº 2. La Casa de Muñecas (contiene The Sandman Nº 8 a 16); Nº 3. País de Sueños (contiene The Sandman Nº 17 a 20); Nº 4. Estación de Nieblas (contiene The Sandman Nº 21 a 28); Nº 5. Un Juego de Ti (contiene The Sandman Nº 32 a 37); Nº 6. Fábulas y reflejos (contiene The Sandman Nº 29 a 31, 38 a 40, 50 y The Sandman Special Nº 1); Nº 7. Vidas Breves (contiene The Sandman Nº 41 a 49 y parte del Especial The Sandman Gallery); Nº 8. El Fin de los Mundos (contiene The Sandman Nº 51 a 56).; Nº 9. Las Benévolas (contiene The Sandman Nº 57 a 69 y Vertigo Jam 1); Nº 10. El Velatorio (contiene The Sandman Nº 70 a 75).


Aparte del parecido entre Sueño y el propio Neil Gaiman (quizá retroalimentado por un guiño del primer ilustrador Sam Kieth y un deseo del propio Gaiman de parecerse cada vez más a su obra), poco se puede decir de un personaje que se mueve entre las más agobiantes pesadillas del género de terror y las incógnitas más sorprendentes del género fantástico, haciendo y deshaciendo a su voluntad en un universo tan cambiante y frágil como el líquido con el que está hecho: el sueño. Morfeo y sus hermanos, los eternos, los verdaderos responsables del devenir de los mortales, chocarán entre ellos y trastocarán la vida de personas inconscientes en un guión que, a priori, parece escrito de antemano en el libro del destino.

Un recorrido interesante por otro atisbo de la genialidad de Gaiman que, con altibajos - el "relleno" de fábulas y reflejos por ejemplo, que aunque desarrolla historias de la trama principal y ayuda a su comprensión, supone un paréntesis en el ritmo de los volúmenes "principales" -, constituye una revisión moderna de la mitología, entretenida y aprovechable desde el punto de vista del ocio.

viernes, 22 de octubre de 2010

Pinker Tones para este viernes

The Pinker Tones es una de esas bandas de "aquí" que suenan como si fueran de "allí". Tanto es así, que "aquí" no se la conoce tanto como fuera de nuestras fronteras. Una pena, porque no suenan nada mal:



Con una mezcla de sonidos que van desde el funk a la psicodelia, el dúo compuesto por "Mister Furia" y "Professor Manso" va ya por su quinto álbum de estudio con el lanzamiento de Modular, su último trabajo.



Para los que queráis comprobar como suena el dúo en directo, os informo de que tocarán en Madrid el 2 de Diciembre en la Sala Caracol a las 21:00 horas y el 4 de Diciembre en el Círculo de Arte de Toledo a las 22:00. Todavía no he decidido dónde ir a verlos, pero a aquellos que no andéis lejos os invito a que os animéis.

Feliz fin de semana a todos.

jueves, 21 de octubre de 2010

Los minutos de la basura

No me extenderé porque se ha dicho ya de todo, pero ¿no os parece que los últimos cambios en el Consejo de ministros de ZP se parecen a esos últimos minutos que disputan los jugadores menos usados y los "rookies" en los partidos de la NBA cuando ya está todo decidido? Porque los "tertulianos" filo-socialistas lo podrán disfrazar como un golpe de timón del Presidente, pero a mí me parece más como un intento para bordar ciertos currículos, para engrosar las estadísticas de aquellos que no han podido o no han querido disfrutar del encuentro hasta el momento. Minutos de la basura para "foguear" a los más fieles en un tácito asentimiento no reconocido de que no van a tener opciones de liderar la tabla en la siguiente temporada con el mismo entrenador en el banquillo.

martes, 19 de octubre de 2010

Contracorriente

Cada vez tenemos más canales de televisión y cada vez nos quejamos con mayor insistencia que la oferta de los mismos es muy pero que muy limitada. Al contrario de lo que pudiera parecer, con la limitación de la publicidad al ente público, bajo mi punto de vista y tirando de programas de producción propia, TVE, sobretodo en su vertiente marginal (la 2) ha retomado con bríos un ejercicio que en teoría debería ser común a cada canal, tanto públicos como privados: el de Servicio Público.

Hace años tuve la ocasión de estudiar con la más despampanante profesora que haya tenido nunca (una danesa madre de dos hijas que respondía al arquetipo de nórdica cañón que a uno le viene a la mente cuando piensa en Dinamarca, Suecia, Noruega y similares) una asignatura donde se nos hacía reflexionar sobre el sistema público de radiotelevisión de los países y los diferentes modelos existentes (tanto de financiación como de orientación en sus contenidos). Por aquel entonces el recién nombrado gobierno de ZP, joven e inocente aún, había convocado a su consejo de sabios para redefinir las líneas maestras de un ente que había salido muy perjudicado tras la manifiesta y descarada manipulación de los sucesivos gobiernos del señor Aznar. Aquella experiencia fue bastante fallida en el sentido que no varió casi nada el status quo del ente, pero años después, producto de la presión de los canales privados y los recortes para aliviar el déficit público, RTVE ha sufrido un cambio en su sistema de financiación que ha llevado, necesariamente, a un cambio en la manera de interaccionar con las audiencias: dando primacía a la producción propia y tirando de documentales y programas de carácter informativo.

Historia reciente aparte, desde su puesta en marcha y hasta que varíe su línea de trabajo - si es que lo hace y esperemos que no -, llevo defendiendo la programación de la televisión regional en pañales de mi tierra. En mi modesta opinión, su espíritu entronca con eso llamado "servicio público" que tan bien hacen la BBC, Danmarks Radio y algún otro gran ente arquetípico. Ayer mismo, sin ir más lejos, echaron Soy vecino, un formato muy similar a los Callejeros, Españoles por el mundo y similares, pero con un pequeño detalle. El énfasis no está puesto en entretener, como éstos últimos, si no en formar e informar, en este caso, de las realidades cotidianas que conviven con nosotros sin saberlo. El de ayer iba de barreras arquitectónicas y podéis verlo aquí: Soy vecino 18 de Octubre. Dura veintipocos minutos y merece mucho la pena.

En esa línea hay otro programa, Objetivo desarrollo, que recorre los proyectos de desarrollo de países del sur. Nuevamente el formato es muy similar: reportero con cámara que actúa como testigo y se relaciona con la realidad que nos pretenden mostrar. El resultado nuevamente es muy reseñable aunque tiene pegas. La principal es que, al estar detrás del proyecto la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), a veces peca de propagandístico. El conductor/reportero, Miguel Ángel Cabezas, en ocasiones, bajo mi punto de vista, "fuerza" las entrevistas y media demasiado en los testimonios de los implicados - terminando sus frases, apostillando ideas que se entienden con otras palabras... Esto último, evidentemente, no deja de ser una valoración subjetiva - todos tenemos nuestras manías -, pero que no empaña para nada el valor de este programa que se emite los Miércoles a eso de las 23:30 cuando el fútbol no lo impide. Os dejo por si os puede el interés el Objetivo Desarrollo emitido el 13 de Octubre sobre Mozambique.

A todo lo dicho, frente a aquellos programas donde desaparece la figura del reportero en aras de una fingida "objetividad" (el recurso del punto de vista que entronca con las tesis del "Cine Ojo" del señor Dziga Vertov, estas producciones del Canal Extremadura incorporan la figura mediadora del reportero que nos explica la realidad, una figura que refuerza la idea de labor formativa e informativa de estos formatos.

lunes, 18 de octubre de 2010

El don de la oportunidad

Con el último ganador del Premio Planeta aún reciente - galardón que ha caído en manos de Eduardo Mendoza - sale a la luz que el presidente de Planeta irá al banquillo por un asunto turbio de plagio. No quiero con ello sugerir que Mendoza plagie. Tampoco quiero sugerir que ponga mi mano en el fuego porque Mendoza, o cualquier otro, no lo haga. Pero resulta curioso este tipo de noticias, máxime cuando hace tres o cuatro días comentaba a una amiga lo que en los mentrideros se señala como práctica habitual: que un señor de renombre "X" gane un concurso literario "Y" es tan fácil como coger una obra escrita por un "negro" al uso y firmarla. De los premios literarios, como del ciclismo, ya me creo bien poco.

El comentario en cuestión vino como respuesta a un dato que dejó caer sin darle mucha credibilidad: "Pues creo que Sara Carbonero también ha presentado una obra al Planeta". Esto, que suena a leyenda urbana, tampoco sería descabellado. No quiero decir que la señorita Carbonero, cuyos méritos residen en un más que dudoso atractivo fuera de lo normal - qué quieren, no la veo yo para nada guapa - y otro más que dudoso buen hacer en la conducción de un espacio de deportes - qué quieren, no la veo yo para nada una periodista excepcional, desde luego no es mucho mejor que tantas otras y otros que he visto por ahí en el mundo de la información deportiva, aunque tampoco diga que haga mal su trabajo, al menos no siempre -, no sea capaz de escribir una novela. Tampoco quiero decir que presentar una novela firmada por la señorita Carbonero (o por mí mismo) equivalga necesariamente a que haya sido escrita por ella (o por mí mismo). Como Benjamín Prado dejó ver en una conferencia a la que asistí hace años ya en la Complutense, los negros literarios existen y no solo hacen libros para Ana Rosa - por citar un caso que trascendió a la opinión pública. Añado otro que trascendió desde lo jocoso, a partir del segundo 43 y hasta el 55 más o menos:



Lo que está claro es que la lista de ganadores de determinados premios literarios es tan reducida como el conjunto de "artistas" susceptibles de ganar determinados premios musicales. Sin embargo, existe un cierto pacto tácito no escrito que nos permite tratar el asunto en el caso de esos premios literarios con total normalidad. La misma normalidad que nos lleva a devorar auténticas basuras literarias - "lectura rápida", si se me permite, frente a auténtica literatura - haciéndonos eco de listas de "los más leídos" o de un boca a boca de marcada atracción por los nombres rimbombantes pero de escaso o nulo gusto literario. Si no me creen, echen un vistazo a cualquiera de la lista de los más leídos y convénzanme de que los que las copan están ahí por sus virtudes literarias.

viernes, 15 de octubre de 2010

The black keys

Vuelvo con un binomio garagero (el cantante y guitarrista Dan Auerbach y el batería Patrick Carney) que coquetea con el blues, este caso The Black Keys, una delicia para los oídos en casi cualquier circunstancia. La banda, que cita como referencias directas a James Brown y Jimmy Hendrix, comenzó su andadura en 2002 y cuenta con 6 álbumes.



El último trabajo, Brothers, constituye una mezcla de blues, funk y rock bastante interesante.



Que paséis un feliz fin de semana.

jueves, 14 de octubre de 2010

De izquierdas, decrecimiento y otras cuestiones

En entregas anteriores de este blog afirmaba concisamente que iba a comenzar un curso interesante sobre Cooperación Internacional para el Desarrollo. Efectivamente, el curso comenzó el pasado viernes 8 de octubre en la Escuela de Ingenierías Técnicas de la Universidad de Extremadura, sita en Badajoz. La ponencia inaugural vino de la mano de Carlos Taibo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y conocido pensador que aboga por cuestiones tales como el decrecimiento, el reforzamiento de los movimientos sociales y algunas otras cuestiones que pueden ser tomadas como "radicales" desde un punto de vista acomodado. El señor Taibo nos habló de "Globalización, geopolítica y decrecimiento" en una brillante y elocuente exposición que duró una tarde y la mañana del día siguiente.

En esa ponencia, Taibo citó una cuestión que lleva preocupándome personalmente como ciudadano con derecho a voto desde hace algún tiempo y que desglosa de forma clara en este artículo sobre la refundación de IU: la ausencia en el espectro político de una fuerza de izquierdas que plantee demandas más allá de cuestiones socio-económicas. Porque los discursos anquilosados de finales del XIX, sin ser absolutamente desaprovechables, sí que debieran ser actualizados con cuestiones de imperiosa actualidad para que se produzca una verdadera refundación de la izquierda (cuestiones tales como la inclusión de derechos emergentes, la cuestión medioambiental, mayores cotas de autogestión y democracia...).




Hay un hecho con el que llevo calentando la cabeza a amigos y allegados ocasionalmente desde hace mucho tiempo: la falta de avances en los mecanismos democráticos que en nuestra sociedad se han producido en los últimos 50 ó 60 años (en el caso de España, desde la Transición). Las supuestas cotas democráticas que nuestra sociedad ha alcanzado se reducen, en teoría, a una representatividad imperfecta que se pone en marcha cada cuatro años a través de un sistema electoral de dudosa efectividad a la hora de plasmar los deseos reales del electorado (no hablemos ya de la población real, si entendemos que no todo el "electorado" ejerce su derecho al voto). Si ya hablamos del enorme retroceso que la clásica separación de poderes ha experimentado, con cuestiones como que el poder judicial, en teoría independiente, esté supeditado a las decisiones del poder ejecutivo y legislativo; o de la evidente falta de legitimidad que la clase política tiene ante los sucesivos casos de corrupción que, aparentemente, no reciben un castigo justo y ejemplificador, llegaremos a aceptar que lejos de ser la más perfecta de las democracias imperfectas, lo que tenemos en nuestras sociedades son burdos intentos de convencer a los ciudadanos, la base que sustenta todo el tinglado, de que el sistema está bien como está y que es difícilmente mejorable.

En la práctica todo se traduce a una frustración generalizada porque, ante cualquier signo de falla del sistema, uno sabe que la única solución que se le ofrece es seguir votando a los que lo están haciendo mal o, por contra, votar a los que se frotan las manos porque los que están lo están haciendo mal. Si el mejor truco del diablo fue convencer a la humanidad de que no existía, el mejor truco del Estado (capitalista, neoliberal, globalizado...) de Derecho fue convencer a sus ciudadanos de que no es mejorable. Como defiende Taibo, difícilmente la cosa puede variar si la desmovilización de la sociedad tiene tanto calado (a pesar de los movimientos sociales) y, encima, las alternativas a cambiar la realidad desde el poder (partidos políticos "alternativos" a las grandes fuerzas políticas) sólo aspiran, alcanzado el poder, a cambios superficiales sin perder de vista las reglas de juego del Sistema.





Porque uno podría pensar que con la crisis y la oportunidad que se ha presentado para que los estados antepusieran los intereses de los ciudadanos que defienden ante los mercados, las cosas empezarían a cambiar. Al final la crisis la están sufriendo los ciudadanos, mientras los que la han provocado por una manifiesta falta de ética y una creciente demostración de que el lucro es su fin último, un fin que justifica cualquier acto, por irracional e incontrolado que parezca (burbuja y especulación inmobiliaria en prejuicio del medio ambiente; burbuja y especulación financiera en prejuicio de puestos de trabajo; burbuja y especulación de materias primas y alimentos en prejuicio de hambre y guerras...), esto es, el Mercado, está siendo amparado por los estados.

En este contexto que describo a grandes rasgos y de forma atropellada, el señor Taibo habló del Decrecimiento (una corriente de pensamiento favorable a la disminución controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, y también entre los propios seres humanos). En este sentido y no sin razón, el profesor de la UAM citaba este contexto como un momento en que la necesidad de plantearnos nuestro modelo económico que no tiene en cuenta conceptos como el de los límites medioambientales del planeta surge. Algunos dirigentes, en los albores de la crisis económica, afirmaron que había que variar el "modelo económico". Por supuesto lo dijeron sin contemplar en ningún caso las soluciones que propone el movimiento por el decrecimiento, pero resulta revelador que, en un momento con la guardia baja, nuestros dirigentes reconocieran que el modelo actual es, cuanto menos, difícil de sostener. Siempre es complicado confrontar una información que nos llevan administrando en píldoras desde hace mucho tiempo (en este caso que crecimiento económico es sinónimo de bienestar), pero quizá podríamos emplear este mazazo a nuestras conciencias adormiladas durante años por el auge económico para reflexionar si no estaremos matando la gallina de los huevos de oro, si no estaremos viviendo por encima de las posibilidades que los recursos propios del planeta nos proporcionan. Quizá sea hora de pensar con qué vivirán las generaciones futuras si seguimos propugnando un crecimiento ilimitado sin considerar las posibilidades de regeneración de nuestro mundo.