lunes, 28 de junio de 2010

Reto chanclas

Recogiendo el guante de una amiga:

Insstrucciones de uso: Consiste en escribir en la casilla de cualquier buscador de imágenes, Google Images por ejemplo, la respuesta a cada una de las preguntas que os digo más abajo. De la primera página de resultados, escogemos la imagen que más nos guste. Copiamos y pegamos cada una de las urls de las imágenes en el creador de mosaicos (http://bighugelabs.com/mosaic.php) y ponemos el resultado en nuestro blog, si alguien no tiene lo puede colgar en Facebook o en algún foro. 1.-Tu nick o nombre;2.-Tu comida favorita;3.-Tu color favorito; 4.- Un lugar interesante para perderte.5.-Un artista; 6.-Lo que más te gusta hacer. Suerte, y vamos, que quiero veros en imágenes!!


Pues bien, el resultado es éste:



Menos mal que la amiga en cuestión no es psicóloga... creo.

Vacío y continuidad

Uno se deja llevar por una nueva rutina fabricada no a partir de jornadas laborales, horarios de trasporte público o parrillas de televisión, sino por pura necesidad de labor casi autoexigida. Con dos exámenes en el horizonte, desde finales de abril hasta principios de junio marqué un flexible horario de actividades para mantenerme ocupado. De 9 a 10 a.m leer la prensa, de 10 a 14 estudiar, de 16 a 18 ver alguna película en V.O. (para hacer oído), de 18 a 21 estudiar, de 22 a 24 Internet para, sobretodo actualizar el blog.

En el trascurso a veces me saltaba el planning para hacer excepciones, como verme casi todos los partidos televisados de los play-offs de la ACB y algún amistoso de alguna selección mundialista de fútbol. Otros días alguna salida esporádica al cine o a tomar alguna caña, pero sobretodo retiro intelecto-espiritual para afrontar con ciertas garantías los exámenes, sobretodo el de las oposiciones. Luego la primera semana de Junio sucedió todo bastante rápido: sprint final tras salir la fecha definitiva de las opos, el propio examen, un glorioso día de ferias, ultimar la preparación del examen de inglés para obtener el CPE, viaje a Madrid para hacer el examen y, de paso, tirarme unos días en la capital...

La estancia en la capi, del 17 al 21 de junio, trajo cosas curiosas, como el definitivo conocimiento carnal - entendido, no piensen mal, como que nos reunimos por fin en carne y hueso y hablamos y pusimos en duda nuestra naturaleza ficcional confrontada con la real - entre la Tremo y el Txetun. Estuvo bien la experiencia. Nos reímos y dimos un larguísimo paseo mientras nos poníamos al día de andanzas y aventuras propias y ajenas. También sirvió para reencontrarme con viejos amigos a los que hacía tiempo que no veía, redescubrir Malasaña - varios años después - y estar relajado como no recordaba en meses.

A la vuelta, el vacío, ese vano que queda al derrumbarse los pilares estructurales del concienzudo castillo de naipes que tenía trazado para pasar el rato. Como buen artífice de cosas perecederas (castillos de naipe, de arena, de papel o en el aire), lejos de desanimarse, uno comienza a pensar qué hacer a continuación donde antes había una endeble construcción. Solar vacío es igual a infinitas posibilidades de construcción. Pero entre continuum y continuum de universos paralelos infinitos está el vacuum que marca una discontinuidad, un punto y aparte, la delgada línea roja que separa lo que fué de lo que será a partir de ahora. Es claro dónde comenzó la disgresión: segundo partido de la final entre el Baskonia y el Barça. El tercero fue recital y también lo ganó el Baskonia. También lo vi, disfrutando de la última canasta gloriosa por atípica, inverosímil; un dramático y triunfal escorzo digno de la representación quintaesencial del mito de Laocoonte. Eso, que hubiera quedado como una elipsis temporal en la línea narrativa lógica que marca el blog de no haber fabricado este escalón a destiempo, disfraza el vacío y une dos bloques en sagrado matrimonio respetando el espíritu del fuero de Baylío. (Sí, querida Tremo, al final va a resultar que soy nacionalista extremeño radical).

domingo, 13 de junio de 2010

Y si no hubiera favoritos...

Que el Barça tiene (posiblemente) la mejor plantilla de Europa no lo discute nadie. Que el Barça ha ganado todos los partidos de la liga regular en el Palau desde Enero, es un hecho. Que por profundidad de banquillo y por potencial defensivo y ofensivo de sus jugadores el Barça da miedo, ya sea en Euroliga, en Copa del Rey, en Liga regular, en Play-offs o dando un paseo por el parque, es el primer mandamiento del baloncesto europeo hoy por hoy. Por todo ello, poner al Barça como favorito al inicio de los play-offs era, como se dice, "de perogrullo". Las "cábalas confusas" y los "cálculos fallidos" forman parte de aquellos alicientes que hacen que en el deporte (como en la vida) el desenlace no sea siempre previsible y sí una consecuencia ilógica de una serie de factores aparentemente claros y susceptibles de ser pronosticados con meridiana claridad; sobretodo si el equilibrio de fuerzas es, en apariencia, tan desproporcionado. Porque A + C + B no siempre es una V de victoria para la razón, existen esos "errores que sentencian al mundo de los vivos". ¿Y si no hubiera favoritos nunca? Entonces no habría espacio para la gesta, para la casta, para que los "pequeños" dinamitaran los fortines de los grandes, aunque en este caso el "pequeño" en cuestión lleve tres años consecutivos jugando la final de la ACB. Y es que el Baskonia fue a Barcelona y celebró su "Día de la Bestia" particular, aunque en este caso le llevara 2 jornadas. Uno:



Y dos:



En una serie con excesivo - bajo mi punto de vista - protagonismo arbitral, que no ha contentado ni a una ni a otra afición, las huestes enfurecidas del "ángel caído" Dusko "Caravinagre" Ivanovic asaltaron la fortaleza celestial de Ricky, Navarro, Mickael, Vázquez, Erazem y cía (¡angelitos!) ... - ¿será que el técnico montenegrino se quedó con una copia de la llave cuando salió por patas?. Ahora toca "subir" al infierno del Buesa Arena, donde los diablillos de Marcelinho y Oleson (manda huevos que el Madrid prefiriera a Hansen antes que a este tío) y las bestias pardas de San Emeterio (multiusos), Teletovic y Splitter juegan crecidos, rodeados de una afición con aliento sobrehumano y arropados por los inmortales de la "txaranga" (que como dijo mi amigo Asane una vez: "No paran los tíos"). Xavi Pascual y sus doce sicarios, trece ángeles contra el Baskonia. ¿Se dará el milagro a la inversa? Bendito caos.

viernes, 11 de junio de 2010

Conmigo mismo

Conmigo mismo llevo casi la totalidad de las dos últimas semanas. Yo y yo mismo rodeado de papelajos. Algún que otro tiempo muerto para escuchar algún tema y la ida-vuelta relámpago a Madrid para hacer un examen oral de inglés, con un guarda gitano en paro como compañero en la ida - grandísimo - que me contó los entresijos del negocio, me habló de flamenco y con el que filosofamos sobre la tendencia de los "payos" de casarse tan mayores: "Es que vosotros los payos primero queréis trabajo, luego la casa y luego ya os casáis". Un crack que me amenizó bastante el trayecto, a pesar de ir curado contra el aburrimiento con el ipod, un libro y más apuntes para las opos.

Estamos en pleno repaso de lo poco que hemos podido estudiar cogido con pinzas. Cruzamos los dedos y quemamos los últimos cartuchos memorizando tal o cual concepto con la esperanza de que caiga. Tipo test con temario bastante abierto a interpretaciones. Ya veremos mañana en qué queda. Hoy, viernes, nos lo seguiremos montando en solitario - mu bien esto no ha sonado, ¿no? - como Billy Idol en este tema:



Y después, a intentar disfrutar de un resquicio de Ferias antes de ponerse a preparar cuatro cositas para el resto de pruebas del examen de inglés. La cita, el próximo jueves. Que paséis un feliz fin de semana.

lunes, 7 de junio de 2010

Vals con Bashir

Sorprenden este tipo de coincidencias. Cuando la última acción israelí en contra del derecho internacional aún colea (el secuestro de barcos en aguas internacionales), en este blog se habla de una película sobre Israel. "Oportunismo" pensaréis. "Casualidad" os digo. Que en los últimos días viera Vals con Bashir cuando el Mavi Mármara está de rabiosa actualidad es producto de uno de esos caprichos del azar. Una de esas jugadas del destino que aúna dos hechos, desde la cotidianeidad hasta la historicidad del presente - que no es otra cosa que la actualidad suceptible de convertirse en "historia" inmediata, dada su importancia -, y que sirve para poner de relieve una experiencia tan mundana como sentarse una noche a ver una peli en tu ordenador antes de dormir.

Escribía el genial Enric González en El País del pasado domingo un acertado análisis de los hechos desde el punto de vista Israelí, en perspectiva, sin justificar ni minimizar las consecuencias de sus acciones. El periodista da los instrumentos en su artículo para llevar a cabo eso que Max Webber definía como Verstehen. Y es que en un conflicto donde sobresalen los claroscuros extremistas y las posiciones blanco contra negro, se escuchan demasiadas generalizaciones y se elude el intento de "comprender" por equivocarlo con nociones como "justificación" o "perdón".



Vals con Bashir es una película de animación documental dirigida por Ari Folman, un director y guionista israelí que traduce en esta cinta su experiencia personal sobre la matanza de Sabra y Chatila, ocurrida en 1982 y ampliamente olvidada por la mayoría cuando yo ya tuve conciencia suficiente para empezar a entender qué era eso del conflicto árabe-israelí. Folman, en un ejercicio de terapia y recuperación de la memoria histórica, narra a través de testimonios el incidente desde el punto de vista de los israelíes que participaron en la invasión del Líbano.

El resultado es una obra atractiva, tanto en su fondo narrativo como en la forma, con una excelente selección musical, un ritmo nada pesado (uno de los grandes retos a la hora de elaborar un documental, en mi modesta opinión) y un espíritu testimonial alejado del adoctrinamiento tan marcado que dicho conflicto suele adolecer a la hora de ser explicado por una u otra facción. A través de las esquivas memorias de Folman y sus compañeros, el espectador conforma una conciencia crítica de los hechos que le llevan a elaborar sus propias conclusiones. Sorprende como bajo el subjetivo instrumento de recuperar las memorias de Folman se muestra un documento poliédrico, y sin salirse de la versión israelí de los hechos - pues todos los interlocutores son israelíes, si mal no recuerdo.



La feliz casualidad ha redundado en la idea de utilizar este foro público como plaza para recomendar la película, pero también para darme cuenta de una cosa: lo peligroso que resulta generalizar, un fenómeno ampliamente reconocido como medio de relacionarnos con el entorno que nos rodea. Y es que convendría, bajo mi punto de vista, intentar profundizar en las maniqueas descripciones que desde uno y otro bando se dan sobre un enfrentamiento que dura ya casi medio siglo. Por eso se agradecen artículos como el de Enric González y ejercicios de autocrítica como el de Ari Folman, instrumentos que pueden acercarnos un par de peldaños a entender una situación mucho más complicada de solucionar que las equiparaciones a Israel con el nazismo; los lamentos de que la "solución final" no fuera definitiva; el uso del "terrorismo" como argumento para justificar acciones, o las invocaciones a antiguos textos de dudosa legitimidad en la actualidad para llevar a cabo violaciones constantes del derecho a la autodeterminación y a la soberanía territorial de determinados pueblos.

viernes, 4 de junio de 2010

Algún día...

Desde que salío la fecha del examen de las oposiciones vamos contrarreloj. En medio de Leyes que hablan de disposiciones, reglamentos, proposiciones y demás, hago pausas para disfrutar de los pequeños placeres de la cultura: leer y ver alguna peli. Ayer, sin ir más lejos, comprobé cómo cada película de Sam Mendes: American Beauty (1999), Camino a la perdición (2002), Jarhead (2005) y Revolutinary Road (2008), justamente la cinta que me tragué ayer, protagonizada por mi "buen amigo" Leo "no lloro en mis pelis" di Caprio y Kate Winslet, es peor que la anterior. Gran puesta en escena, grandes expectativas, desarrollo decreciente en su ritmo y un final previsible. Muchos mensajes implícitos, entre ellos, la cárcel de oro que la vida burguesa representa, un drama sólo visible para los "pájaros" y "pájaras" que han nacido libres (o algo así, tampoco es que pille muy bien los mensajes de las películas de Hollywood).

El vídeo de hoy enlaza con esa idea y con las permisivas aperturas ocasionales de puerta y escapadas de la jaula, directamente proporcionales en calidad al dinero que se posea. De los creadores de las pavas en bolas con un radiocassette por las calles de Paris, su "cómo vivir la vida loca" (Viewer discretion is adviced):



Un tema que está incluido en la lista spotify de este mes: June, and now... what?. Críticas, ideas y sugerencias para futuras listas, a comentarios.

miércoles, 2 de junio de 2010

El libro del cementerio

Neil Gaiman es a la literatura inglesa lo que Tim Burton al cine de Hollywood. No me miren así, si se fijan bien son casi de la misma generación. Algo habrá en común... Si The Sandman para los amantes de la novela gráfica es una de las referencias en el género junto a obras del prolífico Alan Moore (From Hell, Watchmen... que además fue, en cierto modo, mentor de Gaiman) o Frank Miller (Sin City), en novela Gaiman maneja ese universo oscuro y prohibido que el mismo Burton nos acerca en sus obras. Lo oscuro y tenebroso no siempre es malo. Bajo esa premisa, El libro del cementerio va de un bebé que tiene que ser criado por los moradores de un cementerio ante el asesinato de sus padres y su hermana a manos de un temible ser llamado "Jack" que amenaza la misma supervivencia del pequeño.



A lo largo de 307 páginas, Gaiman narra la extraña niñez y adolescencia de un niño cuyo universo se circunscribe a cohabitar con fantasmas, espectros y su "guardian" Silas, un misterioso tutor que se haya a medio camino entre la vida y la muerte. La educación de Nobody Owens, "Bod" para los amigos, consistirá en aprender los peligros que se ocultan en el cementerio y el mundo exterior, y en aprender las técnicas que los habitantes del camposanto emplean para conjurarlos. El resultado es una obra fascinante, con acción a raudales y profundas reflexiones sobre la vida y la muerte. Una novela "juvenil" que puede hacer pasar un buen rato a aquellos "adultos" que no tengan prejuicios a la hora de confrontar su niño interior con un texto para "inmaduros" tratado con una soberbia madurez. Si además podéis haceros con una edición ilustrada por Dave McKean, mejor que mejor.