viernes, 30 de julio de 2010

Viernes... otra vez

No sé si pedir perdón o destrozar una habitación a lo estrella del rock. El hombre dentro de mí ha vuelto a hacer de las suyas. Me siento como Tyler Durden antes de saber que es Tyler; como la detective que se coló en Los renglones torcidos de Dios o Di Caprio en Shutter Island. (Evidentemente estoy exagerando). Estoy lejos de sentirme 100% perfecto, de ahí el descuido del blog. Pero bueno, a cuentagotas, intentaremos que siga tirando. Viernes, música:



Uno de los últimos grupos que he escuchado y que me han molado, como bonustrack y con 30 días de retraso, la lista de spotify the este mes. Podría estar mejor, pero es lo que hay. Con ustedes, July... and now what?

Feliz fin de semana a todos.

miércoles, 28 de julio de 2010

Unos cines

Durante la semana en Madrid también aproveché para quedar con la Juli, una gran amiga y lectora asidua de este blog con la que últimamente coincidio bastante poco por vicisitudes varias. Después de esperarme la pobre media hora - perdí la noción de las horas hablando con ex compañeros de mi etapa ibemera - y tras tomarnos unos acuarius en el Vips de la plaza de Cubos, decidimos ir a ver una peli en versión original. La elección estuvo limitada por razones de agenda (yo había quedado más tarde). Al final la elección se redujo a una disyuntiva entre Nothing personal y London River. Lo echamos a cara o cruz y ganó la segunda, pero por la temática (dos personas que se unen en la búsqueda de sus respectivos hijos que han desaparecido en los atentados del metro de Londres de 2005) me resistí hasta el punto de jugármela a la última carta. "Le preguntamos a la taquillera y lo que ella diga" le dije a Juli lo suficientemente alto como para que la taquillera lo oyera pero manteniendo un tono de voz bajo para que no se lo tomara como una invitación. La taquillera habló: "Siempre Nothing personal" y eso fue lo que hicimos, ya con las entradas sacadas para la otra, la taquillera nos las cambió gentilmente para ver el debut de Urszula Antoniak en la dirección.



En honor a la verdad he de decir que el ritmo lento de algo más de la primera mitad de la película unido al insomnio que me acompaña de un tiempo a esta parte provocaron alguna que otra cabezada. Hasta que cambió el ritmo de la narración y los personajes (porque esta historia se apoya en dos personajes atípicos), una "vagabunda" - interpretada por la holandesa Lotte Verbeek - arrojada a la aventura por las circunstancias y un "ermitaño" - cuyo papel le corresponde al norirlandés Stephen Rea - que ha elegido la vida en solitario por cuestiones personales, cambiaron la relación que hasta ese momento mantenían. El resultado es una historia de conocimiento mutuo y un desenlace que deja perplejo al espectador con más de una pregunta en el aire. Una de esas pelis "rarunas, rarunas" que descolocan e impiden emitir un juicio claro sobre la misma.

Esa misma noche y aprovechando que no llegué muy tarde a casa de mi tío, me vi My blueberry nights, del genial cineasta chino Wong Kar-Wai. Me habían hablado bien de la peli y no me defraudó. Es la historia de un viaje espiritual que la protagonista, Norah Jones, realiza tras sufrir un desengaño amoroso. En su periplo se topará con diversos personajes con los que compartirá momentos esenciales en la vida de estos. El sello personal del cineasta, las interpretaciones de Norah Jones, Jude Law, Rachel Weisz, David Strathairn y Natalie Portman y el ritmo narrativo hacen que la película sea intensa a la par que entretenida.



Dos películas sobre las relaciones humanas, ambas pertenecientes al denominado "cine independiente" y con facturas muy personales. Sin embargo, de las dos solo recomendaría la segunda. Sigo pensando que a Nothing personal le falta algo para terminar de convencer.

AÑADIDO 10:19

A todo lo dicho de My blueberry nights, añadir la banda sonora, una sucesión de temas de jazz, soul y Rythm n' Blues impresionante: escuchar en spotify

martes, 27 de julio de 2010

Crossover Ficcional

Ya he explicado en alguna ocasión lo que es un crossover, así que no me detendré más en ello. Todo comenzó un lunes cualquiera, el de la semana pasada por ejemplo. Txetun, ese personaje que protagoniza crónicas más o menos plausibles en este blog de ficción, decidió emigrar por un corto espacio de tiempo a Madrid. Cuando las alas de la noche te envuelven en ese manto reservado al terror-pánico y las paredes se derrumban con cada pálpito de tu mente, día sí y día también, lo mejor es huir, aunque sea durante un breve lapso. Así Txetun se fue a un universo paralelo y bien conocido antaño, con la excusa de echar una mano a cierto tío carnal. Hasta ahí todo trascurría como un serial más de la vida del Txetun ficcional; pero hay personajes y personajas que acaparan el protagonismo más allá de su espacio de expresión, ya sea a través de cameos en comentarios, ya sea a través de alusiones intertextuales en los comentarios de su propio blog. Lo malo es cuando el personaje en cuestión se te revela, salta de las páginas de su blog, decide coger un autobús donde tú estás ya subido con cierto tío carnal e irrumpe realmente trascendiendo el marco de la ficción. Y así, mientras el alter ego real de Txetun y su tío viajaban rumbo al Paseo de Extremadura cargados de bolsas, el alter ego real de la Tremolina esperaba en la marquesina pacientemente a encontrarse con el destino. ¿Emboscada? Pregúntenle al narrador omnisciente.

- ¿Dónde vas, M.?
- ¡Hombre! ¿Qué haces tú aquí?
- Me he venido esta semana porque mi tío está arreglando la casa y bla, bla... Tenía pensado llamarte pa tomar algo mañana o pasado.
- ¿Pero de verdad o porque es lo que siempre se dice cuando te encuentras con alguien?

La respuesta a esa pregunta nunca la sabremos con certeza, porque es cierto que tenía pensado llamarla, pero una cosa son las intenciones y otra bien diferente los hechos. Escaso diálogo en el bus, despedida acelerada y promesa de quedar en quedar para el día siguiente. Y ese fue el inicio del crossover real que el señor Txetun y la Tremo llevaron a cabo en la capi, con conocimiento previo de "el que la acompaña" que es un señor muy majo en casi todas las ocasiones salvo aquella única vez que, estando el señor Txetun delante, gritó a una señora que bajaba del autobús y que lo increpó con la única ambición de demostrar que era muy maleducada. Cualquiera hubiera hecho lo mismo. Cosas de la causalidad que tuviera que presenciar lo que en palabras de la Tremo ha sido el único arranque de ira del señor que la acompaña. El resto, unas risas, un refresco cerca del Alto de Extremadura - a falta de horchata -, un paseo por la casa de Campo y varias preguntas a quemarropa de esa que se define con un "...empieza en el suelo y acaba más arriba, delgada como ella sola, cegata como sólo también ella, de edad moderna tardía, tirando a contemporánea, que dijo uno", entre las que destaco esa que ningún periodista se ha atrevido a hacer a ningún entrevistado en la historia de este país: "¿Usté se ha ido alguna vez de putas?". Eso es literatura, pero qué quieren que les diga, es a lo que se expone uno cuando decide pasear por la casa de campo. :-D

miércoles, 14 de julio de 2010

Prueba de una hipótesis a medio hacer

Aunque a años luz de tener ese hábito saludable adquirido por el "hombre que leía demasiado", Jafuda Cresques, que seguramente estás en algún sitio leyendo mientras escribo esto sintiendo, con toda seguridad, un leve zumbido auricular por alusiones, siempre me ha gustado asomarme a los libros. En estos años de flirteos indiferentes y romances apasionados con novelas y textos de toda índole, he llegado a una conclusión que he transformado sin el menor rigor científico en hipótesis. Hasta que no se ha leído al menos el 20% de las páginas de una novela, no se está en condiciones suficientes para determinar si ésta es un coñazo o no. quízá haya que ajustar las matemáticas un poco, pero ahí está lanzada la hipótesis, para ponerla a prueba y mejorarla o descartarla, según corresponda.


Por mi parte, esta máxima ha ganado enteros gracias a una novela de lectura recomendada este año para los alumnos de los últimos cursos de la E.O.I de Plasencia. El autor no es otro que el varias veces premiado escritor inglés David Lodge, conocido por sus novelas humorísticas y por sus textos teóricos sobre literatura. De hecho yo conocí a Lodge gracias a mi adorable Satán (ver comentarios a esta entrada para entender la referencia) y su feliz idea de hacernos leer El arte de la ficción. El caso es que mi amiga S., que está en uno de esos últimos cursos de la EOI, me habló del libro que les habían mandado este año, que era un coñazo y que cada vez que se ponía con él era incapaz de seguir por aburrido. Sabedor de la fama de Lodge y a pesar de haberme leído de pé a pá el manualito literario de marras del ilustre escritor inglés, le pedí que me lo dejara. Por ese entonces estaba preparándome el examen del CPE y me venía bien leer en inglés. Pues bien, fue comenzar el libro y darle la razón a Susana. El primer capítulo, la clave para que una obra de un escritor novel se convierta en un best-seller, era insufrible. Aún así decidí continuar, por lo menos hasta contemplar el porcentaje que fija mi hipótesis. La cosa cambió, para bien.



El libro en cuestión se llama Changing places (Intercambios en Español) y narra un intercambio por motivos profesionales entre dos profesores, uno inglés y el otro estadounidense, que acaban ocupando el lugar del otro. La acción trascurre a finales de los sesenta, en plena revolución sexual etc. y resulta delirante. Las vicisitudes y los cambios que los dos protagonistas, el flemático profesor Philip Swallow y el espontáneo Morris Zapp, sufren a lo largo de la novela acaban por enganchar al lector y sacarle más de una sonrisa. Los personajes secundarios tampoco defraudan, las subtramas - pulsos entre profesores dentro de cada universidad para hacerse con las parcelas de poder, los enredos amorosos, los disparatados actos revolucionarios de los estudiantes... - y los recursos irónicos y metaliterarios - como cuando, justo después de que la uno de los protagonistas lee con desdén en un viejo manual de literatura que el género epistolar hace siglos que no se practica y a continuación la novela se convierte en una consecución de cartas cruzadas entre los diferentes personajes - terminaron por darme la razón en este caso: había que pasar el tedioso primer capítulo, las 45 primeras páginas de un total de 251 (el 18,72% exactamente) para darse cuenta de que el libro no solo no está tan mal, sino que es abiertamente divertido.


Un sacrificio muy recomendable que va in crescendo, solo aptos para gourmets de la literatura, aunque, y ahí voy a darle toda la razón a mi amiga S., no es el mejor libro para "recomendar" como "lectura voluntaria" para ningún curso de inglés.

martes, 13 de julio de 2010

Puñalada trapera

¿Han oído hablar de aquel blogger que por razones varias como falta de motivación, calor insoportable en las inmediaciones de su ordenador, idas y venidas y sequía inspiradora puso a un lado el blog temporalmente dejando a sus fieles un poco huérfanos? Si es así, también sabrán que ese blogger un buen día tal como ayer se arremangó, metafóricamente hablando, su camiseta de manga corta, se atusó la perilla, sopesó la posibilidad de echarse un whisky con dos hielos para descartarlo con posterioridad y comenzó a escribir un post de esos densos, inspirados, ácidos y certeros que de cuando en cuando le brotan de forma semi-inconsciente e irrepetible. El post era un análisis equidistante sobre la "campeonalidad" de España y venía a poner los puntos sobre las íes de cuestiones tales como la función del seleccionador, la gestión de la plantilla, el carácter profesional, humilde y trabajador de los jugadores y la falta de saber estar de la prensa y la afición española - en general - que ha puesto a muchos seguidores de otros países en contra de España y a favor de Holanda en la final.


El blogger en cuestión estuvo cerca de dos horas puliendo el texto, cincelando cada párrafo, sacando brillo a cada frase, limando los acabados de cada palabra... dos horas en total en las que el autosalvado del servicio donde el blogger alberga su blog no funcionó. ¿Se acuerdan de cuando había editores de texto que no hacían autoguardado cada X tiempo, tenías que irle dando a guardar y cuando estabas acabando un trabajo para el instituto o la universidad pasaba aquel error que dejaba colgado el ordenador o un pico en la tensión que hacía que se apagara directamente? Lo sé, algunos seguís teniendo pesadillas con eso. En aquellos casos siempre te dabas cuenta de que el último guardado había sido hacía ya demasiado tiempo, justo antes de haber aportado toda la brillantez al texto, todas las genialidades añadidas en la última hora u hora y media que era lo que diferenciaba un aprobado de un sobresaliente se habían perdido para siempre, como lágrimas en la lluvia... "Inspiración" y "cabreo por frustración" nunca fueron compatibles. Pues ayer ese blogger fui yo y me pasó con el post como con los trabajos de literatura para el Insti.

Flaco favor para el ánimo de retomar esa sana costumbre de actualizar entre dos y tres veces por semana esto. Quejas, a los trasgos de Internet, esos perros come-deberes virtuales.