martes, 31 de agosto de 2010

De cómo el Aloe Vera entró en mi vida

Acariciaba con el pulgar su espalda, suave como una encimera de formica. Mientras, ella estaba tendida boca abajo.

- Tienes la piel muy suave.

- Es que uso aloe vera...

Y esas dos palabras resonaron en su mente como la última frase de un sueño en una película: "aloe vera, aloe vera, aloe vera...". Casi nada quedó de esa semana de turismo, sexo y confidencias con aquella chica. Casi nada salvo el aloe vera, que a día de hoy sigue sin faltar en casa.

Porque fue llegar tras la escapada e ir a comprar un bote enorme con aloe vera, a modo de recordatorio. No aspiraba a trasformar su piel como aquella mujer de ojos cristalinos y pelo de azabache, una piel digna de un anuncio de crema hidratante. Se conformaba con recordar esos ojos y ese pelo cada vez que usara el ungüento.

Y así el bote pasó a decorar el cuarto de baño. Al principio se acordó de usarlo, con veneración casi religiosa, cada día. A medida que el recuerdo de estar con ella dió paso a la necesidad, la necesidad a la impotencia, la impotencia a la riña diaria y la riña diaria al olvido forzoso... El aloe vera fue degradado de rito a algo puramente anecdótico. Cuando pasó la cuarentena y la pregunta insatisfecha del "qué pasó" quedó más o menos resuelta, el olvido pasó a ser recuerdo lejano, purgado eso sí, de todo elemento discordante. Esa fue la salvación del aloe vera que siguió allí...

... y allí estaba cuando sus padres fueron a visitarlo. Y su madre lo probó, quedó tan encantada que decidió adoptar la costumbre como suya propia. Algunos años después todavía recuerda en nebulosa aquellos ojos y aquel cabello, reverdecidos con el tiempo por la asociación con la sustancia natural. Porque aunque aquello no durara más allá de dos planos-secuencia en una película independiente, ella fue la artífice de que el aloe vera entrara en mi vida.

viernes, 27 de agosto de 2010

Antítesis

Como el nombre de este grupo, Royal Republic. Suecos, con la energía de los Hives y su gamberrismo, aunque, desgraciadamente, varios puntos por debajo. Aún así, We are the royal es una banda que define su misión en esto del rock n' roll con esta sencilla frase:

“We want to make people happy, ready to party and perhaps a little bit horny…”


Literalmente: "Queremos hacer a la gente feliz, que estén listos para la fiesta y quizá un poco cachondos...". Amén. Sin trampa ni cartón, a ver qué les depara el presente.



Sin adendas, me despido. Desearos un feliz fin de semana.

lunes, 23 de agosto de 2010

El siglo de las luces

Tenía curiosidad por leer algo de Carpentier, uno de los pilares de la literatura latinoamericana del siglo XX y uno de los referentes de las letras cubanas, poseedor de un Cervantes. Apelativos rimbontantes que a menudo hay que acoger con recelo, intentar hacer un ejercicio de abstracción y enfrentarse a pecho descubierto con el legado escrito. Y a eso me dispuse, a pesar de conocer de pasada la figura del autor gracias a un monográfico de literatura Iberoamericana de los siglos XIX y XX que tuve ocasión de cursar en Aarhus, hace ya más de un lustro, poco o casi nada recordaba de Carpentier, así que zambullirme en El siglo de las luces sin prejuicios fue relativamente sencillo.

La novela trata, como se desprende de su título, de la ilustración francesa y su principal síntoma histórico: la revolución que condujo a la I República del país galo, pero desde la perspectiva del impacto que dicho acontecimiento tuvo en las colonias americanas. Sus principales protagonistas (Esteban, Carlos y Sofía, tres criollos criados en La Habana) tienen la ocasión de conocer y acompañar a Víctor Hugues, un revolucionario francés que llegará a convertirse en Comisionado de Guadalupe y, posteriormente, gobernador de la Guyana.

Se trata pues de historia novelada, un repaso a hechos históricos reales aderezados con personajes, situaciones y elucubraciones ficcionales. La prosa de Carpentier es rica y colorida pero también ágil y amena. Su novela juzga con severidad la hipocresía de los hombres capaces de sacrificar vidas humanas por mor de ideales más elevados (en este caso la libertad, la igualdad y la fraternidad). A lo largo de las páginas se ve cómo Victor Hugues sufre una transformación, provocada por la acumulación de poder y una convicción ciega en ciertos ideales, que desembocará en un desencanto por aquel que no dudó en acompañarlo a liberar a Francia de la tiranía, en este caso, el criollo Esteban.

Una novela bien documentada, ampliamente descriptiva, deliciosamente escrita y sorprendentemente ágil en el tratamiento de la acción, a pesar de contar con más de cuatrocientas páginas. Muy recomendable.

Fin de las pruebas

Ayer se terminaron los amistosos para la preparación del Mundial de baloncesto. Contra Estados Unidos en la Caja Mágica, un partido con morbo que arrastró hacia el televisor, aunque fuera de forma momentánea, a personas que no siguen con asiduidad a la selección española de baloncesto pero que se suman en finales y demás momentos de gloria, ya sea para sumarse incondicionalmente al éxito, ya para hacer leña del árbol caído demostrando sus excelsos conocimientos sobre un deporte que en muy poco se asemeja al fútbol.

Dicho lo cual hoy despertamos con la resaca de un partido que supo a poco (sobretodo por la derrota, la última jugada, la falta de fé de algunos jugadores y, sobretodo, por la baja de Calderón). El de Villanueva de la Serena se rompió ayer. Quizá buena noticia para la sexta si lo vuelven a llevar de comentarista, pero muy mala para el combinado que entrena Scariolo. Porque nadie duda que la pareja Calderón/Ricky Rubio era de lo mejorcito del campeonato, por su calidad y equilibrio, a pesar que el extremeño no pasaba por su mejor momento de forma y el de El Masnou sigue creciendo pero aún está dos pasos por detrás de ser un base maduro y experimentado. De momento los recambios propuestos no me convencen.



Centrémonos en el partido de ayer, España 85 Estados Unidos 86. Ayer España salió con el pañal. El quinteto titular se ahogó en un mar de dudas y los americanos pusieron la directa hasta ponerse más de diez puntos arriba. Menos mal que Scariolo supo cortar el parcial. Como buen entrenador que es, tocó algunos resortes en el quinteto, improvisó sobre la marcha la estrategia y consiguió evitar algo que se avistaba en el horizonte: que España naufragara a pocos días del comienzo. Yendo más allá, algunos nos acordábamos de la derrota en Lituania antes del pasado Europeo, de las dudas que surgieron y de la tremenda pájara con que Gasol y cía comenzaron un camino que no pintaba nada bien hasta que ganaro el oro. Por fortuna no fue así, el Scariolo seleccionador de hoy no es el mismo que cogió la batuta para el Europeo. Se le nota más confiado, más tranquilo, más seguro de sí mismo y eso se nota en cada partido. El último amistoso sirvió para que se me confirmaran algunas sospechas:

1) Que a Marc el apellido - y, por ende, las comparaciones - le queda grande, que no es un primer espada y que si bien suma mucho cuando juega desde la sombra, resta mucho más cuando los focos están sobre él. El primer cuarto que hizo fue horrible, empezando por la defensa y solo comenzó a entonarse cuando Navarro se destapó asumiendo un rol que, en principio, no le correspondía en el día de ayer. Porque ayer era el día de Marc Gasol, de su supuesta supremacía en la zona y de su capacidad para generar juego a los exteriores.

2) Que Rudy Fernández no tiene argumentos de peso para exigir a McMillan nada. Sonará oportunista pero por más que la prensa y los seguidores españoles lo ensalcemos, ayer volvió a diluirse como un azucarillo. Ayer hubiera sido un día propicio para dar un golpe de efecto, pero Rudy no respondió. Quizá es hora de que el de "la ensaimada voladora" se replantee su rol NBA, sus características físicas y de juego y valore una repatriación (o un desembarco a cualquier otra liga europea). No todos los superclases están hechos para la NBA empezando por la política "nacionalista" y de intereses comerciales que priman en "La Liga" (como dice Stern), por encima de calidad o técnica. Bodiroga por ejemplo nunca se planteó el irse, y aunque a alguno le dolió en su día, sigue estando en el imaginario colectivo como un crack de primer orden. Por otro lado, quizá estaría bien de Llul tomara buena nota y no desperdiciara una carrera en progresión por el juego americano.

3) Que Ricky Rubio tiene condiciones para hacer algo más que pegar 3 pases de ensueño en un partido. Ayer se echó el equipo a la espalda, disfrutó, hizo jugar, defendió... pero perdió una serie de balones en los que quizá no debió arriesgar. Un lunar que dió alas a algún comentarista estadounidense para quitar peso a una figura creciente. Con un Calde mermado anímicamente - quiero pensar que la presión para reclamar algo más de jerarquía en sus respectivos equipos pudo con la tripleta Gasol/Calderón/Fernández - Ricky revolucionó el partido (con ayuda de Vázquez, que si amueblara un poco más la cabeza tampoco pasaría nada, Reyes, Mumbrú y Garbajosa con sus intangibles) pero aún le queda margen de mejora porque, hoy por hoy, está bastante verde para ser un peso pesado en la NBA.

4) Que seguimos esperando a Claver. Ayer, en un partido donde lo físico primaba sobre cualquier otro aspecto del juego; con un tres polivalente y enchufado en el equipo contrario - Durant - yo esperaba más de Claver. Esperando a Claver, un día más, y un día más no apareció. Tuvo algún tiro, se ofreció tímidamente, pero no apareció. En ese sentido a veces me recuerda a Bargnani: unas condiciones físicas inmejorables para la práctica de este deporte pero con el combustible licuado. A Claver y al italiano les falta rabia, les falta pasión, les falta fuego en los ojos... por el contrario, les sobran litros y litros de horchata en las venas.

Con todo y ante el varapalo de lo de Calderón (que en ningún momento vi al 100%, así que es un varapalo relativo con respecto al impacto en el juego, aunque es una baja anímica de tremenda importancia tanto a nivel personal como a nivel colectivo), me quedo con la lectura positiva que algún experto sacó de todo esto: sin jugar a tope, España solo perdió de 1 ante EE.UU., sobreponiéndose a un inicio para olvidar y contando con la última bola para haber ganado el partido. El 28 comienza el Mundial, tras la tangana entre Serbios y Griegos y las miserias expuestas del enésimo experimento estadounidense por cumplir con las molestias de la FIBA sin hacer demasiado el ridículo - un experimento que es susceptible de ir de menos a más y con potencial suficiente para ganar el campeonato si se lo proponen. Hay ganas de ver cómo se desenvolverá el combinado nacional, con cautela y una idea generalizada de que muy mal lo tienen que hacer (peor que en el Europeo, que ya es decir) para no volverse con alguna medalla. Eso sí, no olvidemos "la perniciosa influencia de jugar contra equipos arropados por una afición irracional y energúmena" que siempre parece afectar a los árbitros FIBA.

viernes, 20 de agosto de 2010

Gaitas y más gaitas

Ayer estuve en el primer día del Festival Folk de Plasencia que ya va por su decimoquinta edición. Tocó Hevia como referente y dos grupos de folk más, uno cacereño, Mansabora Folk, y otro portugués, Uxu Kalhus, que cerró la noche. Entre medias, el asturiano y su gaita eléctrica que parece un aspirador. No estuvo mal, aunque tampoco es que Hevia sea uno de mis referentes musicales, ni siquiera en cuanto a música folk. Los que sí me gustaría ver son Wolfstone este domingo.



Y es que a mí la música celta sí me gusta. Las gaitas, violines, flautas y tonadas tradicionales siempre me han causado emoción. De esto que lo escuchas y se te pone la piel de pollo, todavía no sé por qué. Quizá por eso, la primera vez que vi al cantante de Korn, contando yo con 16 ó 17 años, en la MTV2 (qué pedazo de canal que era ese) me impactó. No obstante Korn fue un grupo de referencia hasta los 22, luego evolucioné. Aún así, no me disgusta recordar al quinteto californiano que fue idolatrado en masa por toda una generación. Porque si nuestros padres - bueno, los nuestros no, es una manera de decir - tuvieron el Woodstock del 69, nosotros tuvimos el del 99, que acabó en disturbios, aunque ahora reneguemos casi todos de los 90 y vayamos de "modernos" escuchando grupos de los 80 y sus discípulos actuales.



Si alguno quiere venirse a Plasencia a escuchar algo de folk, solo tenéis que avisar. Para el resto, feliz fin de semana.

jueves, 19 de agosto de 2010

Twitter

Me abrí cuenta en twitter por eso de estar al día con las Nuevas Tecnologías de la Información. Al principio tuiteaba con pasión, sin saber muy bien de qué iba el rollo. Poco a poco fuí haciéndome con una serie de fuentes y aunque algunos me saturan el timeline, al final he acabado por encontrarle utilidad. Además me maravilla la capacidad que algunos usuarios tienen de condensar auténtica sabiduría en 140 caracteres.

Hace unos días la inquisitiva Tremolina como contestación a un extracto del tweet de un usuario que yo reproducía en facebook me preguntaba maravillada si eso del twitter servía para hacer crítica literaria (el tweet en cuestión versaba sobre la figura de Paulo Coelho). En twitter encuentras desde reflexiones políticas a gracietas pasando por un puñado de links interesantes, pero no todo lo que reluce es oro, también hay mucha mierda. El secreto es tener paciencia, curiosidad y vencer la primera reacción que a todos nos embarga cuando piensas que no tiene ninguna utilidad. En realidad twitter de por sí no tiene ninguna utilidad aparente, por eso me maravilla la capacidad de algunos usuarios para encontrar y explotar las enormes potencialidades que la red de microblogs oferta.

Un ejemplo: hago seguimiento a Daimiel (que en las distancias cortas pierde mucho con respecto a su blog), Trecet e Iñako Díaz (el jefe del atleti en As), lo que me sirve para enterarme de rumores o noticias antes de que sean publicadas. Pero no solo eso, junto con las noticias, me empapo de las opiniones y valoraciones que en 140 caracteres estos sujetos le añaden. Inmediatez, flexibilidad y capacidad de feedback en el acto. Ventajas con respecto a leer la prensa deportiva, aunque sirva más de complemento que como verdadera fuente suficiente de información. Mimesacojea es otro usuario al que sigo. Su blog es muy interesante, trata con frecuencia sobre los medios de comunicación y el periodismo. En twitter la brillantez de su blog se presenta en píldoras cristalizadas de 140 caracteres, como la comida de los astronautas, pequeño pero cargado de propiedades alimenticias.

También es conocido la labor que tuvo en el seguimiento del terremoto de Haití, por ejemplo. Si twitter está por encima de su capacidad, posiblemente esté sucediendo algo. Desde que Justin Bieber esté recibiendo un botellazo a una catástrofe natural en algún punto del globo. Como medio de comunicación inmediato, no tiene precio; además, en una época en la que la telefonía móvil está tan presente en nuestras vidas, su formato (similar al formato de un sms) permite mucha versatilidad al poder trasmitir rápidamente desde un terminal móvil. El mismo Daimiel en sus retransmisiones tuitea de todo, que vaya capacidad la suya para estar comentando un partido mientras refleja lo que se le ocurre vía tweets (incluidas fotos).

No voy a ser yo quién descubra el inventito, cuando desde Quequé a Hugo César Chávez tienen o han tenido cuenta en twitter. Solo trato de reivindicar de alguna manera el valor que entre tanto ruido tiene una cuenta de twitter bien administrada.

Lo último que he visto y me ha resultado curioso es este usuario que se encarga de "ilustrar" tweets por encargo. Hay algunos muy buenos: http://sedibujantuits.posterous.com/. Si Confucio, Jesús de Nazaret o Nietzsche hubieran dispuesto de twitter en su día, posiblemente no hubieran llegado a ser tan famosos, pero seguro que hubieran abierto una cuenta.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Palabras

Hace muchos meses ya subí un vídeo que me pareció digno de ser compartido: momentos (una buena oportunidad para deleitarse el que no lo hiciera en su momento). Hoy subo otro similar hecho por los mismos creadores:



Bonita manera de deleitarse un día cualquiera. En cualquier caso, otro montaje ameno que muestra aquello que el maestro, tan presente para la memoria de algunos ahora que el mundial de baloncesto se acerca (y hablo, una vez más, del genial Montes), resumía con el aforismo de "la vida puede ser maravillosa".

A veces las palabras también pueden ser maravillosas.

martes, 17 de agosto de 2010

Cuestión de educación

Otro síntoma de que me estoy haciendo viejo es que cada vez más me aforo a la máxima que soltó un amigo algo más experimentado en eso de estar rodando por el mundo. "Esta juventud no tiene valores". Si hemos de tener en cuenta los sesgados ejemplos que nos llegan desde la globosfera (incluyendo prensa y TV), esto es cierto al cien por cien. El pasado domingo amanecí a eso de la 1 p.m. Desde que llevo un estricto régimen nocturno a base de trinas, agua y demás bebidas sin gas ni alcohol, mis "resacas" son tan livianas como inexistentes. Aún así te levantas algo desorientado, por las condiciones de luz y la falta de referentes temporales (un portazo, el taconeo draconiano o algún gruñido matutino de cualquier miembro empleado de mi familia).

El caso es que una vez conseguí desprenderme del "empane" típico, cargué un plato con la suculenta comida dejada por mamá antes de escaparse a la enésima aventura dominguera del verano y bajé a ver la televisión en la única tele que quedaba libre (mi hermana ya se había apoderado del salón y del televisor titular). Comí haciendo zapping y estuve viendo 15 minutos (supongo que durante un bloque publicitario de otra cadena) el reality abanderado por Carmen Lomana, Las joyas de la corona. Afortunadamente, uno piensa que es imposible que todos los menores de 25 años se comporten como algunos - que no todos - de los conejillos de indias elegidos para ser moldeados por la doctora Lomananstein. El caso es que, hablando de conejos, sacaron imágenes de una individua que reclamaba el derecho a "hacer lo que le diera la gana" amenazando a los demás con acatar su voluntad o remitirse a salva la parte de ella que a veces se metaforiza como el simpático roedor de largas orejas. La quincuagésima representación audiovisual de la típica niñata consentida. Para que os hagáis una idea, el origen del conflicto venía de la petición de la mayor parte de sus compañeros de que no fumara en la mesa mientras toda la gente no hubiera terminado de comer.

Instintivamente me dieron ganas de abofetearla, no porque defienda la violencia como medio didáctico (aunque dudo yo que a los veintipocos y con esa pose tal niñata pueda ser reeducada), sino porque tal actitud de imposición "chuminesca" requiere de medios expeditivos para evitar un contagio en masa al resto de miembros de la sociedad. Tras el esperpéntico episodio y el posterior careo entre la protagonista y los presuntos educadores del reality - con labor de azuzador profesional sin escrúpulos de por medio en la figura del infausto Jordi González "Creo que es el derecho y la obligación de la tipa X que conteste a estos comentarios" - volví a zapear, ya con la comida ingestada a punto de indigestarse, y me dispuse a leer el periódico que mi padre compra cada domingo diligentemente.

Allí me topé con otra noticia sobre el abuso que un buen número de menores están haciendo de la ley del aborto que preparó el gobierno. Leyendo la noticia daba la impresión que ante este colchón de seguridad, muchos menores practican la barra libre de sexo sin protección. Me preocupa esto que parece un ejemplo más de personas egoístas, caprichosas y carentes de reconocimiento a ninguna figura de autoridad. Era el País y en la misma página - o en la siguiente - salía una noticia sobre las víctimas de los abusos de la iglesia belga. Supongo que no habría otro sitio mejor para meter esa información.

Desgraciadamente estos ejemplos, que constituyen picos llamativos y extremos de un comportamiento esperemos que marginal, no son nuevos ni exclusivos de las recientes generaciones. Recuerdo que con 16 años volviendo de Tenerife de viaje de fin de curso intenté reclinar el asiento del autobús que volvía de Madrid. Para ello pedí permiso a una niñata de mi generación, L. C., que me lo negó diciendo que "Entonces ella iba a estar incómoda". Le dije que solo lo reclinaría un poco y que no llegaría a molestarla, haciendo la prueba. Se enrocó en su hipótesis y me empezó a dar patadas hasta que volví a colocar el asiento en posición vertical. La diferencia es que aquella actitud egoísta (porque es cierto que el hecho de que yo reclinara un poco el asiento no interfería para nada en su comodidad) no era recompensada con un espacio televisivo y un status de estrellato. Hoy sí. Y es que el egoísmo y la tendencia a evitar pensar en estrategias que busquen un beneficio común en lugar de practicar aquellas que propugnen un mayor beneficio personal a costa del perjuicio de los demás es una constante humana - identificada a veces con el instinto de autoconservación, algo que no comparto -, siempre han estado ahí. La moral, las diversas éticas y la educación han tratado de inocular valores tendentes a desarbolar esa manera de pensar, pero por alguna razón a día de hoy no parece que esto siga en vigor, o al menos es lo que yo percibo.

En general a la infancia y a la adolescencia se la tiende a sobreporteger y a sobrerrecompensar a veces por limitarse a hacer lo que se supone que tienen que hacer. El funcionamiento de las sociedades modernas (donde ambos progenitores se ausentan del hogar para trabajar), las diversas reformas educativas (que han ido rebajando los estándares educativos hasta ponerlos a la altura del betún), los roles reproducidos por los medios (pensemos en series como Física o Química en la actualidad o programas como Generación NI-NI, Hombres, mujeres y viceversa, Gran Hermano o la citada Joyas de la corona) son solo algunas de las causas de un problema latente que genera debate cuando algún menor rebasa la línea, protagoniza algún crímen mediático y entonces diversos "expertos" en no se sabe qué salen buscando culpables sobre la causa de su comportamiento. Y es que otro de los rasgos más significativos de las sociedades en las que vivimos es la tendencia a desembarazarse de la propia responsabilidad cuando vienen mal dadas. Un ejemplo: ver el número de dimisiones de altos cargos ministeriales en las últimas cuatro legislaturas.

viernes, 13 de agosto de 2010

Whatever happened...

Viernes. Uno más. Entrada con vídeo musical. Otra más. Novedades por aquí, pocas. Lo que sea que nos vaya a traer el día, mejor comenzarlo con una sonora canción. Hoy un grupo de esos que siempre queda bien citar (al menos sus dos primero álbumes), del que había escuchado cosas intermitentes y que esta semana he estado trillando gracias al spotify (y eso que no me gustaba al principio). Hablo de Black Rebel Motorcycle Club uno de esos grupos que dentro de veinte años los adolescentes rescatarán dándole mayor trascendencia que la que tienen hoy en día (como hemos hecho recientemente con The Cure, Joy Division, Depeche Mode y algún otro).



Este corte, procedente de su primer álbum de estudio, representa claramente los orígenes del grupo: influencias del sonido genuinamente británico de mediados/finales de los ochenta (grupos como Stone Roses, The Jesus and Mary Chain o My bloody Valentine).

Que tengáis un feliz fin de semana.

jueves, 12 de agosto de 2010

En picado

Dada la combinación de juntar mucho tiempo libre y una ascendiente inspiradora como la del señor Jafuda Cresques, el caso es que en lo que va de 2010 estoy leyendo bastante. No llevo anotación de todo lo leído, pero cuando un libro me parece digno de reseñar le dedico unas líneas por aquí.

Además de Alejandro y las águilas de Roma del que el propio señor Cresques habló y muy acertadamente bajo mi punto de vista en su blog, en el mes de Junio tuve oportunidad de terminar En picado, de Nick Hornby (A long way down en la versión original), una novelita entretenida, con cierta pátina humorística que, sin llegar a la maestría de Alta fidelidad, entretiene.

La historia comienza una nochevieja en un lugar famoso de Londres porque la gente acude a él a quitarse la vida. En una serie de eventos fortuitos, cuatro personas con características diferentes verán unido su destino en una especie de pacto para no cumplir con su propósito de poner fin a su existencia. Uno de los puntos fuertes de Hornby es su capacidad de tratar un tema tan poco atractivo y serio como es el del suicidio desde una óptica irónica sin caer en banalidades ni abusar del humor negro.

Sin ser el libro que más me ha gustado de los últimos que han pasado por mis manos, no deja de tener algún momento divertido. Hornby hace uso de la técnica del punto de vista (nos cuenta la misma realidad a través de cada uno de los personajes) y lo hace de forma muy lograda, plasmando las diferencias de edad, mentalidad, creencias... de cada personaje.

lunes, 9 de agosto de 2010

De boda

El sábado estuve de boda. R., uno de mis mejores amigos y el más antiguo (el decano de los muy mejores amigos) se casó por fin tras 13 años de relación con sus picos y sus valles con su novia "de toda la vida" V. Como artista invitado, me tocó dar fe en plan testigo y, de paso, leer un breve discurso que tuve de hacer todavía más breve dadas las circunstancias (ni el oficiante de la ceremonia civil ni la representante de la novia excedieron su intervención en más de dos o tres minutos; mi discurso original duraba 6, en el mejor de los casos). Toda una experiencia. Os pongo un extracto de lo que llevaba preparado:


(...)Dicen que la familia, al contrario que las amistades, no se elige. En el caso de R., como con mi familia, tampoco tuve mucha elección. Mis padres y los suyos confabularon para que nos lleváramos bien desde el principio. (...)¿Conocen el camino viejo a la ermita del Puerto? Últimamente subo por allí a menudo. Fue en una de esas subidas cuando se me ocurrió que había similitudes entre mi amistad con R. y el camino.

Primero comienzas con una bajada fácil, como la relación con los amigos de la niñez. Ponerte de portero de vez en cuando, ir a por la pelota cuando la mandas a Cuenca, dejarle los mejores juguetes, recoger después de jugar… Sin problemas.

Después de esa bajada llega el primer repecho. Es el más duro con diferencia porque no te lo esperas. Yo lo veo un poco como la adolescencia, de los trece a los veintitantos. Es entonces cuando la mayoría de amigos de la infancia cambian. Cambian de gustos, cambian de hábitos, empiezan a salir con otra gente, algunos se echan novia, se marchan a estudiar fuera… y todo se complica(...).

Justo después del repecho famoso, la subida se suaviza con una serie de curvas en ascenso. Para entonces ya vas viendo el santuario, cada vez más cerca y eso te da fuerzas para seguir andando. Es el tramo que menos cuesta después del inicial. Este trecho lo identifico con los veintitantos. A estas alturas, tienes claro qué es un amigo y qué no. Como en la subida, tienes claro que para lo que queda ya llegas a la meta. A estas alturas, tras 29 años de aventuras (...) está claro que R. es uno de mis mejores amigos, con sus defectos y sus virtudes, pero aún así no le cambiaría(...).


Pero, todavía no hemos llegado arriba, queda el último tramo, uno tan duro como corto. El último trecho antes de traspasar la verja metálica, un trozo donde la pendiente vuelve a subir, cambia la condición del suelo… Esta fase la identifico con el momento en que los amigos comienzan a emparejarse en serio, no salen tanto, se echan nuevos amigos, generalmente parejas con las que quedan para ir de vacaciones, para cenar, para pasar la tarde en el pantano… Es en este punto cuando esos amigos se compran una casa, hablan más de reformas y muebles que de fútbol y finalmente se casan. Es duro ver cómo los amigos de la infancia se hacen mayores. Muchas amistades no aguantan y se rompen llegado este punto (...).


El caso es que a la gente le gustó. Algunos hasta se emocionaron y personas que no conocía se acercaron para felicitarme (¿...?). Yo pensaba para mí: "Eso es porque no he leído el original". La versión light del texto causó furor. Allí estuvimos, los amigos de él y los de ella que al final han acabado también siendo un poco amigos míos. También su familia, que conozco de toda la vida. Bebimos, comimos, reímos, repartimos abrazos, besos, bailamos, charlamos... Lo normal que se hace en las bodas. Y contemplando tanta felicidad en un acto social de esos donde no suelo sentirme cómodo, surgieron las reflexiones en esa particular soledad que solo los grandes eventos te permiten experimentar.

Este último año de reflexión y búsqueda constante de respuestas que entroncan con la necesidad de clarificar quién soy, de dónde vengo y adonde voy (parafraseando a Siniestro Total), he llegado a varias conclusiones. Todo un avance. Una de esas conclusiones es que, sin haber esclarecido aún qué es lo que quiero, voy siendo consciente de todo aquello que no quiero. Por ejemplo, no quiero perder la oportunidad de devolverle a mi amigo R. la jugada, así que cuando la persona, el lugar y el tiempo sean propicios, ya le pediré que lea unas palabras... Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío y una vez que salve ese escollo formulado por mi madre de la siguiente forma: "...pero, ¿quién va a querer casarse contigo?" - ahora caigo en que leído y no escuchado en un contexto de ironía como cuando ella lo emplea suena hasta mal - me vengaré, vaya que me vengaré.

Por cierto, curiosidades del destino, me acaba de llamar R. para decirme que se pasa a recogerme para tomarnos algo... Me pregunto si le miraré con los mismos ojos, ahora que es "un señor mayor". xD