miércoles, 30 de marzo de 2011

La doctrina del shock

Un documento muy interesante* que lo mismo os sirve para entender muchas cosas que pasan a nuestro alrededor. Luego podréis suscribiros a la doctrina o desecharla, pero al menos tendréis que reconocer que las casualidades son, cuanto menos, sorprendentes. Señoras y señores, la doctrina del shock:



Para aquellos que se crean la doctrina, ahora podemos ponernos a analizar los medios desde otra óptica: Egipto, Libia y Japón frente a la desaparición de la "crisis" en las cabeceras de todos los informativos a mes y algo vista para las elecciones. Otra felicísima casualidad.

*La referencia de Noemi Klein se la debo a José Ramón González Parada, uno de los ponentes de la última sesión del EUCID. El vídeo, a una compi del curso, cuyo nombre se corresponde con las iniciales S.A.

lunes, 28 de marzo de 2011

El mundo en tres sentidos

Desde Noviembre cada semana durante 2 horas tengo un curso de LSE (Lenguaje de Signos en Español). Aunque llegué de rebote y por una casualidad (cuando eché la preinscripción para hacer un curso en la Universidad Popular Fray Alonso Fernández de Plasencia, lo puse como tercera opción y me matriculé pensando que en las dos primeras opciones, portugués y japonés, no me habían cogido), he de reconocer que tenía ganas de aprender, aunque fuera algo muy básico, sobre este lenguaje desde hace al menos 8 años. La chica con la que estaba por aquel entonces estudiaba magisterio en Madrid y tenía un par de amigas que hacían Educación Especial. C y E creo recordar eras sus iniciales. Estas chicas habían aprendido LSE en un curso paralelo mientras estudiaban en la Facultad de Educación. Un día que pasaba a recoger a B. nos encontramos a estas dos chicas en la puerta. Estábamos hablando con ellas cuando de pronto pasó una profesora sorda. La saludaron y se pusieron a hablar con ella usando LSE. La imagen me fascinó. Les pedí información sobre el curso que habían hecho pero no lo llegué a hacer. Luego me fuí de Erasmus y luego empezó el mundo real tras la Universidad... y hasta ahora.


8 años después aquí estamos, intentando aprender una lengua que no usa sonidos, que usa gestos, la única herramienta de comunicación para muchísimas personas en el mundo. Y es que el curso, además de para aprender LSE, ha servido para concienzarnos sobre algunas discapacidades (aunque más bien habría que hablar de supercapacidades, en este caso de la superior capacidad de algunos individuos que parten con desventaja para sobreponerse y hacer prácticamente lo mismo que hacemos el resto de los mortales, pero eso es una opinión personal). La profe, M. intérprete de ASCAPAS, un día nos habló de Hellen Keller y la sordoceguera. Imagínense el impacto. ¿Cómo se puede comunicar un sordociego por signos si no ve? Para ilustrarnos, M. nos puso una serie de vídeos de esos que cuando los ves se te caen los palos del sombrajo. Les dejo con uno de ellos para que se formen su propia opinión:



Este vídeo está sacado de este especial de lainformacion.com sobre el síndrome de Usher y la vida de los sordociegos en un mundo cada día más visual. Un documento muy interesante.

viernes, 18 de marzo de 2011

Parva que sou

Ayer un amigo en una red social subió esta canción:



Sin conocer el idioma y apreciando solo la música y la calidad vocal, ya se ponen los pelos de punta. Podría haber subido este otro vídeo, de la misma actuación, con una calidad peor pero con subtítulos. Quizá entonces hubiérais entendido la gran mayoría por qué la gente vitorea y aplaude tanto cada estrofa.

Por cierto, suscribo lo último añadido en los subtítulos. Hay quién relaciona esta canción de Deolinda con el último movimiento de la juventud en el país vecino. Me pregunto si en la actualidad hay algún músico en nuestro país capaz de movilizar a un número significativo por algún motivo político. Quién sabe, lo mismo Bisbal, Love of Lesbian, Vetusta Morla o David Guetta se politizan en los próximos días.

miércoles, 16 de marzo de 2011

De Territorio Comanche y heroínas de papel

Tengo que dejar de leer a Pérez-Reverte. A falta de la opinión de un facultativo, desde que comencé con gusto a leer el primer ejemplar del Capitán Alatriste y hasta hoy (inmerso en la lectura del quinto: El Caballero del jubón amarillo) toda vez que me acerco a un periódico o un informativo, se me tuerce el gesto con un mohín de puro cinismo. Para mí que es pérezrevertitis, una aún desconocida enfermedad que provoca hacer reflexiones como la siguiente.

En la exposición incontrolada a las aventuras del último arquetipo quintaesencial de la vieja España, el "capitán" Diego Alatriste, hice una parada en Territorio Comanche (1994), una ligera y mordaz reflexión sobre el reporterismo de guerra en un contexto que parece olvidado ya por el imaginario colectivo, muy ducho en eso de recordar eventos celebrando aniversarios mientras soterra otros en virtud de un minucioso etiquetado de "catástrofes" de primera, segunda y tercera.


Como decía, llevaba queriendo leer el libro desde mis años mozos en los que barajaba acercarme a una facultad de periodismo como alto previo a mi tosco sueño de convertirme en corresponsal de guerra. Nuevamente culpa del señor Reverte (entre otros) que casco, chaleco antibalas y micrófono mediante salpimentara las sobremesas, con sus crónicas desde lugares calientes con silbidos de balas anónimas por ambientación. Convendrán que es una imagen demasiado romántica como para no calar en las pupilas de un niñato idealista de 13, 14 ó 15 años. Y es que a los de mi generación les salieron los primeros pelos en el pecho con el genocidio de Ruanda y la desmembración de Yugoslavia: sucesos que nos llegaban inexplicados a través de los medios, entre otras cosas, porque no había intereses suficientes como para fabricar teorías conspiranoicas o malos malísimos de manual.

Territorio Comanche recoge eso que pasaba al otro lado de las pantallas, sin ahondar qué, quiénes o por qué. Territorio Comanche narra el horror del que hace del horror su forma de vida. También habla de la normalización del horror, si se quiere; la puesta en marcha de una serie de mecanismos para racionalizar (o al menos, llegar a tolerar) ese horror. En palabras del amigo Jafuda, "la novela más sincera" del escritor cartagenero que en escasas cien páginas da una pincelada de "la tribu" que inmortalizara Manu Leguineche, ahonda en la forma de vida de esos héroes caducos que informaban desde las zonas de guerra, describe la crudeza del conflicto que hizo saltar los Balcanes en los noventa y, de paso, nos desvela aspectos concretos de la iridescencia del alma humana. Un impepinable, que diría aquel.


La narración de un episodio bélico, la toma de una ciudad del norte de Montenegro, Bijelo Polje, y la cobertura informativa de ésta por parte de un redactor, su cámara y una traductora, sirven de hilo conductor para una serie de reflexiones y estampas certeras y crudas. Al asomarme a sus páginas me topé con esos héroes con los que nutría mis sueños los primeros años de carrera: desde Alfonso Armada a Gervasio Sánchez, colosos de una profesión que ya entonces estaba denostada, pero que aún conservaba su dignidad.

Curioso, por aquel entonces rara vez uno de estos profesionales, que se jugaban en pellejo para contar desde dentro lo que pasaba, alcanzaba el reconocimiento, no ya la fama, por ello. Solo en caso de encontrarse con la muerte (Ricardo Ortega, Julio Anguita Parrado, Miguel Gil, Julio Fuentes...), dudoso mérito, sus nombres sonaban para irse olvidando poco a poco salvo entre los que se dedica(ba)n a esto.


Ayer leí acerca de la "proeza" de Ana Pastor, la directora/presentadora de Los Desayunos de TVE, que, entre otras cosas, terminó una entrevista sin pañuelo delante del presidente de la República Islámica de Irán, Ahmadineyah. Se ha tildado de valiente esa entrevista. Mi opinión, tras verla, me la reservo. Solo incido en que supongo que es una entrevista tan valiente como las que suele hacer a los miembros de la oposición al PSOE en su programa, o como la célebre entrevista a Zapatero, el 31 de Enero de este mismo año (cuando la gestión de Zapatero era ya indefendible hasta para sus propios correligionarios).

Si valiente es hostigar al presidente de un país encuadrado en el eje del mal - un tipo que, comportándose igual que muchos otros tipos que hasta tienen buena prensa, gracias a los grandes medios de comunicación asesorados por la Casa Blanca, pasa por ser uno de los malos malísimos de este planeta - no dejándole contestar cuando no interesa, poniendo cortapisas a sus respuestas y, en definitiva, mostrando la arrogancia y la superioridad del que se muestra como adalid de valores superiores (defendiendo, curiosamente, una postura que coincide con la versión oficial de nuestro gobierno y con la línea editorial de la cadena para la que Pastor trabaja); en efecto, es una entrevista valiente. Aunque supongo que hubiese sido más valiente comentar que Gadafi también era un dictador hace unos años cuando vino de visita oficial, plantó su jaima en El Pardo y TVE cubrió la visita (entonces para TVE, Gadafi era el jefe de estado Libio; en los blogs anónimos de anónimos amigos se podía leer ya que era un dictador, nadie les dijo que eran muy valiente) o darle la razón al presidente iraní cuando afirma que los gobiernos occidentales han colaborado con el régimen Libio hasta que éste ya no le ha resultado útil (en su lugar, en un alarde de valentía, la comunicadora replica a Ahmadineyad que "occidente no ha intervenido").


Tampoco hubiera sido de cobardes hablar del sorprendente interés de Occidente por el pueblo libio (o venezolano o cubano) y de la aún más soprendente falta de interés de Occidente por el pueblo chino o el ruandés o el de la República Democrática del Congo o el de Guinea Ecuatorial. En definitiva lo que escuece no es que Ana Pastor haya hecho su trabajo de mejor o peor manera; lo que escuece es ver lo poco que hoy en día hace falta para convertir en heroínas a profesionales del sector - ya ves, leer las preguntas que te sugieren desde arriba. Ni siquiera te tienes que dejar matar en una guerra. Mirad, si no, el salón de la fama del periodismo de hoy, nutrido de valientes entrevistas con el cabello al viento de Ana Pastor, o estoicas reacciones a pie de campo de Sara Carbonero ante cualquier mal gesto de cierto cancerbero. Con tamañas gestas, no me extraña que constantemente se hable de la necesidad de una "dignificación profesional". Menos mal que nos queda Periodismo humano.

Lo dicho, tendré que dejar de leer a Reverte.

viernes, 11 de marzo de 2011

Bajo mínimos

Seguimos bajo mínimos. Siendo viernes, pongo un tema de un grupo que he escuchado no hace mucho y que me gusta (a pesar del nombre). Se llama Las Robertas, tal cual. Este corte, V for you, pertenece al disco Cry out loud, y me recuerda a las canciones más rayantes de Los Pixies o Sonic Youth:

Las Robertas - V for you from la GRAN productora on Vimeo.



El vídeo es una cosa digna de reseñar a parte. La banda, originaria de San José, Costa Rica (creo que es la primera banda "Tica" que conozco) se formó en 2009 y lanzó este Cry Out Loud, un L.P. que merece una escucha, grupo de garage punk femenino que suena un poco a L7 o Babes in Toyland.

Mientras digerís la pieza os deseo un feliz fin de semana.

viernes, 4 de marzo de 2011

Marzo frenético

Como podéis comprobar, de un tiempo a esta parte está esto semiabandonado. Comienza Marzo y no pinta mucho mejor. Se acumulan las fechas del postgrado, entregas para el mismo... De cualquier modo, con un día de retraso, aquí está el vídeo de esta semana. Pertenece a los Manic Street Preachers, quizá uno de sus temas más conocidos:



Siempre me han parecido los Manic un grupo interesante, aunque a la sombra de tendencias musicales, grupos más conocidos... Su militancia política activa y sus letras tampoco es que hayan ayudado mucho a la hora de colarse entre el mainstream. Sus discos son bastante aprovechables, con un estilo entre el pop más duro de U2 y el folk-rock más tenue de R.E.M (aunque las comparaciones pueden ser odiosas).

Pues con esta canción y con una listilla spotify correspondiente al mes de Marzo os dejo. Feliz fin de semana.