martes, 30 de octubre de 2012

De vuelta

Volver, con el ceño fruncido, y la sensación de que el tiempo no ha pasado o ha pasado a un ritmo diferente, de forma asincrónica. Leer un periódico, después de 30 días con twitter como única referencia sobre lo que pasaba allá (acá). Ceñir más el frunce o funcir más el ceño, que desde la distancia temporal a uno no le queda claro.

La gente me pregunta que qué tal me ha ido en Paraguay. Yo les digo que bien. Y entonces me dicen que les cuente cosas y yo les pido que me sean más concretxs, que usen la pregunta como herramienta de conocimiento, porque es difícil condensar 30 días en una anécdota, en un comentario, en una narración más o menos coherente. Es entonces cuando las preguntas se atoran en la boca, quizá porque no tenemos ni puta idea de nada de Paraguay más allá de una imagen mental de Larissa Riquelme enseñando el escote en el mundial.

Ayer una amiga me hizo la pregunta del millón de dólares, en realidad las dos preguntas del millón de dólares: ¿Me hubiera gustado quedarme? ¿Estoy contento con la vuelta? En un principio no entendí la pregunta. Cuando me la aclaró, le confesé que no me lo había planteado, entre otras cosas porque la opción "quedarse" más tiempo no estaba contemplada. Sin embargo, sí estaba a gusto allí. Normal, estar en un sitio donde te consideran un elemento válido y capaz siempre es un aliciente. Aquí la cosa oscila entre cifra neutral que sale en la EPA (Encuesta de Población Activa) y elemento parasitario del sistema (bueno, no tanto del sistema, pues no cobro ningún tipo de prestación, como de mi familia). Esto último, aderezado con un sentimiento de culpa más o menos de intensidad variable, pues ya saben que en virtud de esa falacia tan bien orquestada del sistema que nos ha tocado vivir cada uno tiene lo que se merece. De este modo todo el que tiene algo es un genio y todo el que no, es un fracasado / vago / incapaz o, en el mejor de los casos, una persona sin suerte. Así somos. Demasiado tarde para cambiarnos, ¿no?

Pero victimismos velados aparte (que no vienen al caso y que no van, además, conmigo), deprime volver. En eso coincido con el Gorrón, perdón, el Borbón, aunque por razones diferentes. Deprime volver no ya por mi situación o por la situación de muchos de mis allegados. Deprime volver porque uno es consciente de que esta situación no es, como se empeñan en repetir los medios serviles y los cínicos e igualmente serviles políticos, sean del signo que sean, inevitable. Deprime porque es un golpe perfectamente orquestado para desmantelar a la gente de sus derechos, para distraernos mientras unos cuantos siguen robando y abonando el terreno para seguir haciendo negocio, pero con nuestras vidas.

Nos cierran todas las salidas. Uno no sabe cuánto más podrá aguantar la olla con tanta presión.


viernes, 19 de octubre de 2012

Taxi User

En la última entrada que escribía hablaba de un viaje a Encarnación. Eso fue ya hace algunas lunas. Los últimos tiempos, los días se precipitaron, confluyendo hacia una gran cascada, un salto de agua que se precipita violentamente hacia una vuelta. Unir dos puntos doblando un papel...

La principal característica del viaje a Encarnación fue el tiempo en ruta. Distancias asumibles que por la situación de las carreteras (caminos de tierra en ocasiones, tierra rojiza y dura que cuando recibe unas gotas de agua se convierte en un lodo rojizo y pastoso, sangre y saliva de la madre gea) se convierten en interminables condenas dentro de cafeteras rodantes. Para colmo, en Paraguay (y en otros tantos países), cuando uno agarra transporte público sabe cuándo sale, nunca cuando (o si acaso) llegará. Y en esas estábamos, volviendo de Encarnación a Villarrica, destino de la compi A., y luego hasta Coronel Oviedo para cambiar de colectivo (autobús) que me llevara de vuelta a Curuguaty. Bajarse del formidable esqueleto metálico mientras cambian el cartelito que anuncia del destino "Cnel. Oviedo" por "Asunción". Las terminales de bus en Paraguay pueblan sus dársenas con vendedores profesionales de cualquier cosa, incluidos los que te atrapan con su voz desde que sales en el bus hasta que te montas en otro bus de su compañía para seguir el viaje. "¿Asunción? ¿Asunción?" "Curuguaty, ¿sabes cuándo sale?". Tres posibles respuestas: ignorarte porque ese servicio lo ofrece la competencia, indicarte con el dedo o soltarte una ininteligible parrafada en guaraní y dejarte como al principio.

"Disculpe, ¿para ir a Curuguaty?" Coronel Oviedo, recordad, donde lxs niñxs y lxs perrxs sobreviven, donde los vendedores de billetes solo tienen el tiempo justo para informarte del destino del bus de su compañía y del precio del billete.Y así pasa una hora, hora y media, hora y tres cuartos... absorto en la frenética pero tranquila lucha por la supervivencia de la fauna de la terminal. Y en estas se acerca un chaval uniformado: "¿Curuguaty, señor?" "Sí, ¿viene el colectivo?" "No, pero hay un taxi que va para allá, acabo de mandar a dos personas, si está interesado..." "¿Y por cuánto me podría salir?" "¿Unos 60 o 70.000 guaraníes? El colectivo no pasa hasta las 9:30 señor"... 60.000 guaraníes a algo más de 1/5000 el cambio hace un total de 12 euros para un total de 200 kilómetros. Es eso o esperar 4 horas más después de dos días sin dormir apenas y un total de 22 horas en autobuses zombies. "Ok, me quedo con el taxi".

Así que el señor me da indicaciones, cruzo dos carreteras con tráfico demencial jugándome la vida dando muestras de lo aprendido en lo que va de estancia en Paraguay y tras mucho mirar veo el taxi... a medida que me acerco veo el asiento del copiloto ocupado y tres personas en la parte de atrás. Mi lógica cultural me dicta: "Bueno, será que alguno se baja, o si no vamos a ir muy apretaditos detrás". El taxista me da la mano, abre el maletero y yo dejo mi mochila. Mientras la suelto veo un colchón y oigo: "Entre". Instantáneamente entro... el coche arranca y entonces me doy cuenta que en el maletero, junto con un ventilador y varios macutos, viajo rumbo a no sé dónde... ¿Y si me están secuestrando? ¿Cómo puedo ser tan inconsciente? ¿Mando un mensaje a alguno de los compañeros de la mancomunidad para decirle dónde estoy por si sucede algo? En primera clase la conversación es animada, pero hay una barrera idiomática que me impide participar. Guaraní, yopará, qué-sé-yo. El cansancio, además, me sume en mis pensamientos, ahora mezcla de fascinación y éxtasis. El sol se está poniendo tras una interminable pradera donde pastan vacas.

Ese fue mi primer contacto con el taxi, pero no el único. Hace ya una semana planeaba una de las visitas obligadas: Iguazú. Conociendo el funcionamiento de estos taxis comunitarios, sumándole a ello que no hay autobuses que unan Curuguaty con Foz de Iguazú, con la ayuda del patroncito del hotel dónde tenía mi residencia en Curuguaty, volví a recurrir a los servicios de este tipo de taxis. Por 80.000 guaraníes Curuguaty - Ciudad del Este. Y a la vuelta de Iguazú, otro taxi salvador, en Cruce Carolina, donde me depositó un colectivo que hacía la ruta entre Ciudad del Este y Corpus Christi, al rescate del enésimo colectivo descompuesto, con 10 personas en un turismo (taxista, copiloto, mujer con hijo, servidor, señor taciturno en los asientos disponibles, y señor con dos hijos y señor preocupado por no perder el colectivo a Ype Jhu en Curuguaty, estos últimos hacinados en el maletero).


lunes, 8 de octubre de 2012

Niñxs y perrxs


El viernes, en cuanto tocó la campana, salí para la estación de autobuses. Aunque alguno no lo crea, los voluntarios expertos también tenemos días libres, y estando sólo un mes, aprovechamos para intentar empaparnos bien del país de acogida a través de sus lugares y sus gentes. Apremiados por la falta de tiempo y algún otro desajuste de planificación, decidimos, este fin de semana que recién acaba, que yo bajara a Villarrica, centro de operaciones de A., la compi que vino conmigo en el avión, y desde allí pensaríamos qué hacer. Sobre la marcha, decidimos ir a Encarnación y visitar las misiones Jesuíticas cercanas.

Pero no voy a hablar de Encarnación ni de las encomiendas Jesuíticas aquí. En su lugar, voy a hablar de niñxs y perrxs, concretamente los niñxs y perrxs integrados al mobiliario de la terminal de autobuses de Coronel Oviedo, un enclave estratégicamente localizado en la escasa red de carreteras de la República del Paraguay. La terminal de Oviedo, como todas las estaciones del mundo, parece un portal interdimensional donde la realidad del transeúnte convive con la realidad del que hace de la terminal su celda, su reducto vital. En todas las estaciones existen, hablo de esos supervivientes, a menudo extrafalarios, raros o desheredados de nuestras sociedades, que forman parte la cadena ecológica de las estaciones de autobuses. Allí, en Coronel Oviedo, también están de forma perenne. No son yonkis que piden las pocas monedas que les faltan para comprar el billete que les lleve a Cáceres, Alcalá de Henares u Ottawa. Tampoco son músicos virtuosos ni mimos futuristas. En Coronel Oviedo, las zonas más bajas de la cadena alimentaria están compuestas por un grupo de niñxs y un puñado de perrxs. Los humanos descalzos, sucios, desarrapados, con el brillo de la astucia asomando en los ojos. De vez en cuando acercándose con sigilo y con desgana exhalando un lánguido suspiro que, de paso, sirva como petición: "¿Moneda?". Con ese acento indeterminado - para mí - que no se ubica fácilmente entre el castellano paraguayo cantarín con sus exageradas "erres", ni en el guaraní, ni en el hijo de ambos yopará, ni en cualquier lengua indígena.


Por la descripción que me dieron de esta etnia, podrían ser achés desarraigados. No sé. El caso es que dos ó tres niñas y uno ó dos niños suelen pulular por la estación, ante la indiferencia generalizada de los viajeros, con la complicidad de los trabajadores que se ganan la vida entre las dársenas, registrando papeleras y ultimando el culo de la última coca-cola lanzada, del helado a medio comer, de la esquina de la empanada... alumnos aventajados de Oliver Twist. El contraste acongoja al verlos pasar al lado de niñxs que están de tránsito por la estación, vigilados por los protectores ojos de sus progenitores. Los desheredados caminan ciegos ante esos otros cachorros, fijando sus ojos de una bella sabiduría, poniendo toda la atención de esas almas frágiles que ignoran si su futuro se tronchará o acabará teniendo la consistencia de un roble, en un único objetivo, la superviviencia. "¿Moneda?" preguntan acompañando de un gorgoteo en guaraní que no alcanzo a entender, pero ellxs no lo aprecian, porque para ellxs, nosotrxs somos tan invisibles como ellxs lo son para nosotrxs. Solo somos monederos con patas, pequeñas providencias que, en un afán consumista, desperdiciamos cualquier alimento/bebida justificando el derroche con la mínima explicación (Es que está caliente, es que se ha enfriado, es que no tengo tanta hambre, es que luego no voy a cenar...).

Y a sus pies, lxs perrxs, compartiendo la misma luz en la mirada, astutos, bonachones, sumisos, inquietos, remisos, expectantes... Alguien tira una servilleta a la papelera y con la rapidez del rayo uno de los cánidos se apoya en el pie de la papelera, alcanza el trozo de celulosa, lo tira al suelo y comienza a lamerlo, para recoger  las migas... Sombras perennes entre cristales translúcidos que no durarán más que lo que tarde en aparecer su autobús. Imagináos la estampa, como un time lapse, perrxs y niñxs recorriendo una ruta limitada, mientras puntos negros bajan de los ómnibuses, sueltan sus bártulos y se sientan en los bancos para volverse a subir, frenéticamente, de nuevo en otros ómnibuses.

Sé que faltan fotos para ilustrar la estampa. Estuve tentado de hacerlas, pero luego pensé que hasta los invisibles niñxs y perrxs supervivientes de la vorágine de la terminal en Coronel Oviedo merecen malvivir dignamente.

jueves, 4 de octubre de 2012

De Sanidad y Guaraní

Del espectacular fin de semana en la Reserva Natural del Bosque de Mbaracayú me traje dos medallas, dos ixodoideas, también conocidas como garrapata común. Tras documentarme bien, una la quité sin la mayor complicación el mismo domingo... la segunda, bueno, tardé en localizarla porque se encontraba en un sitio innaccesible. Así que esta mañana, en la oficina, tras poder verla, decidí ir al médico a que me la extrajeran y, de paso, me dieran algún tratamiento como profilaxis para prevenir cualquiera de las numerosas enfermedades que este ácaro, familia de las arañas,  pudiera transmitirme.


De las diferentes opciones posibles (haber acudido a cualquier clínica privada para después llamar al seguro y ver si se hacía cargo del tratamiento), decidimos ir a la sanidad pública de urgencia. De forma rápida, amable y eficiente, el médico que allí estaba me atendió. En el destartalado hospital, que contrasta con el flamante exterior de cualquiera de las clínicas privadas que hay en Curuguaty, me acordé de un primo mío que trabaja en urgencias, y de varias amigas ligadas a la cooperación y que trabajan en sanidad, médica y enfermeras respectivamente, pensando, precisamente, en cómo hay profesionales de la salud que no importan las circunstancias, estás siempre dispuestas a salvar vidas. Mi turno llegó después de esperar a que dos mujeres con sus respectivos bebés acabaran la consulta. Una de ellas, al salir del médico, se puso a hablar conmigo cordialmente en guaraní. Le sonreí, con cara de idiota, como hago siempre que no entiendo algo, lo que le dió pie a seguir hablándome en Guaraní. Amablemente le contesté que solo entendía el español y ella, en un defectuoso español, me dijo que solo entendía el guaraní.Y con esas, se fue, no sé si enfadada o resignada. Tampoco le dí muchas vueltas.



El guaraní es uno de los símbolos de Paraguay. Un idioma precolombino que hablan 6 millones de habitantes en Paraguay, 5 millones de los cuales lo tienen como lengua materna. A mis ojos algo excepcional, como excepcional es el poco valor que el paraguayo parece dar a su "otra" lengua. Un dato: a pesar de ser lengua cooficial, prácticamente ningún documento oficial se plasma en guaraní. Una anécdota: la junta extraordinaria de la municipalidad de Capi'ibari a la que asistí, pese a celebrarse en su casi totalidad en guaraní, su acta se escribió en español. Eso sucede en la totalidad de las juntas de la totalidad de los municipios seguramente, según me ilustró un compañero paraguayo, E. I. Y., siempre dispuesto a ayudar e ilustrarme durante mi etancia.

Prácticamente no existe tradición escrita en guaraní, cuando se escribe se hace usando el alfabeto latino y cuando se indaga un poco sobre su uso, la percepción es negativa (quizá producto de los 40 años de dictadura, que es un hecho que sirve para justificar muchas de las situaciones actuales, sobre todo por parte de los extranjeros que he ido conociendo y que han pasado más tiempo en Paraguay). El guaraní se identifica con la ignorancia, el atraso, lo burdo... Fascinado por su musicalidad, por su profusión de sonidos y tratando de aprender todo lo que, con cierta sorna, intentan enseñarme aquí y allá todas las personas con las que me voy topando, me choca aún más ese poca significación, en un país que utiliza otros símbolos nacionales como la bandera o la "remera" de la selección nacional de fútbol con orgullo.



Paraguay es una de las pocas naciones bilingües reales del mundo. Hablar con un paraguayo, al menos en el distrito de Canindeyú, donde yo estoy, es como hablar con un canadiense de Montreal, capaz de cambiar del español al guaraní indistintamente. Algunos campesinos o gente mayor que no pudo acudir a la escuela y aquellos habitantes de zonas fronterizas con brasil (que usan el portugués y el guaraní, y apenas el español) encuentran más problemas, pero en general, la gente con la que me relaciono en Curuguaty es competente en ambos idiomas. Eso me provoca una envidia sana.

La falta de tiempo va a impedir que aprenda apenas dos o tres frases en Guaraní. En la evaluación de la situación comunicativa de la Mancomunidad de Mbaracayú y el posterior informe, intentaré reflejar mi postura frente al Guaraní en este área geográfica. De momento, en una de las acciones tendentes a reforzar la comunicación, un boletín de carácter mensual, ya he reivindicado el guaraní de alguna manera, sugiriendo la inclusión de una sección de cuentos, poesía, tradición oral... en guaraní. Con todo el dolor de mi corazón, no podré leer esa sección, pero cuando me vaya, desde España ya, seguiré atento al día en que Paraguay, orgullosa, esgrima este tesoro cultural como un símbolo de las gentes de este país, al mismo nivel que su bandera, su historia y su selección nacional de fútbol, porque ese día, llegará.


martes, 2 de octubre de 2012

El shopping como paradigma del desarrollo

Cuando pusimos el pie en Asunción, nos sorprendió que todo el mundo nos indicara, como actividad para matar el ocio, acudir a los múltiples shopping que se encontraban en la zona cercana al hotel donde nos alojamos. Los shopping o centros comerciales, esas cárceles con barrotes de cristal del consume hasta morir, para los paraguayos (y para más nacionalidades, no nos engañemos) es el epítome de la modernidad. Un shopping es sinónimo de progreso y el progreso significa prosperidad y la prosperidad, desarrollo. Aquí las ideas de Amartya Sen no han llegado. Desarrollo es igual a PIB, mejor, igual a renta per cápita y la renta se mide por los comodities que puedes comprar. ¿Os suena? Una casa grande, una nevera grande, un coche grande...


Curuguaty no es Asunción. Su población se dedica, principalmente, al cultivo de soja. La soja da mucha plata, como dicen aquí. Usando un equivalente más familiar para, embebidos por la cultura audiovisual imperialista yanqui, que dirían Julio Anguita y similares, hombres sabios todos ellos por cierto, Curuguaty es a Paraguay como Texas pudo ser cuando se descubrió el petróleo: gentes con una mentalidad y una forma de vida de campesino tradicional que descubren, un buen día, que llueve oro. La diferencia es que el curuguateño no tuvo que cambiar ni sus costumbres ni su actividad productiva, sigue siendo campesino. Pero el estigma sobrevive: lo material como símbolo de desarrollo, aunque éste esté representado en cosas nimias como un carrito, el uso de la moto como símbolo y no como medio de transporte, la hebilla, la ropa... El curuguateño -y en general el paraguayo - trabaja duro, mucho más que cualquier español que conozco, y es capaz de simultanear varios trabajos, de renunciar a vacaciones, fines de semanas, horas... en pos de ese bienestar que es juntar más plata.


El fin de semana visité, en un viaje organizado por la Mancomunidad de Mbaracayú, la Reserva Natural del Bosque de Mbaracayú. Allí coincidimos los tres voluntarios expertos de FELCODE que andamos por estas tierras. El viaje estaba pensado para que hosteleros y otras personas invitadas pudieran conocer los atractivos de la zona. Entre los compañeros de estancia, estaba el hermano Thomas, un suizo que con una congregación religiosa llegó a Paraguay hace más de 20 años y aún sigue aquí. En el trayecto de la reserva a Ype Jhú, al pasar junto a asentamientos indígenas, el padre Thomas nos contó, nuevamente, un cuento sobre riquezas que esconden miserias, el mismo cuento sobre el que se ha sustentado la supuesta supremacía primero de Europa, luego de EE.UU. y así. Al ver zonas de cultivo de los indígenas preparadas, en su total extensión, para cultivar, nos dijo que habían abandonado el cultivo para el autoabastecimiento por las promesas de riqueza de brasileiros - curioso que en todas las culturas el mal siempre lo traiga el extranjero. La soja es la felicidad. La soja os hará ricos. Y los líderes compran las promesas, y dejan sus cosechas tradicionales por la soja transgénica que el brasileiro trae debajo del brazo. Y es entonces cuando, a veces, el indígena, que hasta que el brasileiro llegó, vivía abrazado a la madre tierra, decide extender sus tierras de cultivo en detrimento del bosque, hasta que vuelva el brasileiro con más promesas de plata a cambio de más soja...


Y así llegamos al shopping como paradigma de desarrollo, al dinero como sinónimo de opípara alimentación, a los bosques en peligro de extinción que necesitan refugiarse en inventos humanos como estas "reservas de la biosfera" y en esos cuentos de promesas de vidas mejores a cambio de las propias vidas. Pero cuando el shopping es la meta, a ver cómo convences tú a nadie de que consumir tanto es, está siendo, un suicidio colectivo.

viernes, 28 de septiembre de 2012

El poder de la palabra

El 80% aproximado de la población del Paraguay habla guaraní. En el distrito de Canindeyú, donde se encuentra Curuguaty, sus habitantes alternan indistintamente el español con el guaraní, en mayor o menor cantidad, y algunos hasta usan portugués dada la cercanía de la frontera con Brasil. El guaraní suena a conocido fonéticamente, porque comparte sonidos con el español, también con el árabe, pero hasta ahí las familiaridades.

Curuguaty tiene el encanto de las ciudades pequeñas 50.000 habitantes. Para Latinoamérica, casi un pueblito. Solo su avenida principal, 14 de Mayo, fecha de la fundación de la localidad y fecha del aniversario de mi mamá, Ña Rocío, ya que preguntan, está asfaltada. Las calles aledañas están empedradas y lejos de ese epicentro solo hay caminos de tierra, una tierra rojiza que levanta un polvo penetrante con regusto a desván. Todo Curuguaty está recubierto de una patina rojiza: sus perros vagabundos, sus personas motorizadas, sus coches de importación y las fachadas de sus negocios. Curuguaty, al margen de ideologías políticas, es colorada producto de su tierra, azul, producto de su cielo, y verde, producto de su naturaleza... Curuguaty, en el centro de su ideología, vive convulsa en los adentros, aunque a mí eso me llega muy amortiguado. Ningún paraguayo habla abiertamente de política conmigo y yo mismo, por contrato, no puedo pronunciarme políticamente. Pero es que, además, no tengo ni pajolera idea de política paraguaya. Por la razón que sea, Paraguay, para España, no es importante, así que casi nunca nos llega nada.

Tras la primera toma de contacto ayer con Curuguaty, hoy iniciamos propiamente la labor. La mañana comenzó con un curso de capacitación muy interesantes para hacer reservas turísticas. La tarde, a caballo entre la paz de la conversación con E. e I. en Curuguaty, y un viaje contrarreloj con mi "mentor" acá, el doctor S.S.I., periodista y abogado, asesor de la Mancomunidad de Mbaracayú y con el don de la palabra. De camino a Capiibary, en el departamento de San Pedro, por la carretera 10, con esa alfombra de vegetación a ambos lados de la carretera, esquivando vehículos, sorteando badenes, el doctor S.S.I, con esa voz radiofónica sudamericana, me ilustraba con ese estilo de huracán que le lleva a tener tres trabajos. Siempre respetando los límites de velocidad, basados en la capacidad de correr del vehículo - el del doctor solo alcanzó los 140 km/h -, llegamos a una sesión extraordinaria del consejo municipal, invitados para hablar de la Mancomunidad del Mbaracayú.

Empujados por las prisas al interior del consejo, se podía palpar la tensión. Invitados a tomar asiento hasta que llegara nuestro turno, asistí primero interesado a los sucesivos turnos de palabra de concejales, presidente y representante de la sociedad civil. Claro, aproximadamente el 70% de lo que se hablaba era en guaraní, con construcciones del tipo de Señor presidente, compañeros concejales (parrafada ininteligible de guaraní), por eso que (parrafada ininteligible de guaraní) oro (parrafada ininteligible de guaraní) muchas gracias. Llegó el turno de S.S.I, que supongo por deferencia a mí, empleó menos guaraní, quizá dejándolo en un 55 / 45 %. Y en esas estaba cuando, tras una larguísima alocución, combinando su radiofónica voz con sus dotes de procurador del reino - abogado -, daba gusto oírlo hablar, aunque no se le entendiese. Y así su intervención dio paso a los miembros del consejo y yo hacía rato que ya había desconectado, a pesar de que el asunto me interesaba por la naturaleza de los hechos - o por la naturaleza de los hechos que yo creía haber entendido.

Ahí andaba yo, pensando en las musarañas, cuando S. se gira y me dice que el ilustre consejo quiere oír mi historia, quiere saber el por qué de mi estancia en Paraguay. Y así fue como hablé, sin haber preparado nada y saltándome toda guisa de protocolo por desconocimiento, delante del consejo de la ciudad de Capiibary, una localidad situada a 60 kilómetros de Curuguaty, en el departamento de San Pedro, un consejo reunido de forma extraordinaria a la sazón de un Cerro protegido por su interés natural y una disputa sobre la explotación del mismo por parte de una serie de ciudadanos.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

25-S al otro lado del espejo

Recién llegado del evento del lanzamiento de un hotel en la reserva de Mbaracayu. Muchos recuerdos de Toronto y los compañeros de allí. No es en lo único que me recuerda a Toronto. La concepción reticular de la ciudad, el barrio dónde está el hotel y la oficina en Asunción, la cercanía y amabilidad de la gente...

Países, empobrecidos o enriquecidos, a veces tienen más en común de lo que creemos. La riqueza es cuestión de suerte y un país opulento puede caer con tanta saña como ascender. Fíjense España. Esa España de la que tanto presumimos, que tiene más en común con América Latina que con Europa. De dictadura a milagro económico, de pseudopotencia a estado fallido. Porque hacia eso camina España, hacia la falibilidad absoluta. Las pulgas dirigentes, del Rey al último de los consejeros de CCAA, se han dado cuenta de que el perro está flaco y se apresuran a rebañar. Ya sabemos que a perro flaco... Así que esto se colapsa.

Desde redes sociales me llegaba el enésimo ejemplo de que la policía ni protege al inocente ni sirve al ciudadano. Basta ya de ardor guerrero patriótico. Los familiares que se indignan y tratan de justificar el cuerpo, que ni lo intenten. Perros con placa que defienden a sus amos por las sobras de sus opiparos festines. Algunos, ni eso, se contentan con dar rienda suelta a sus impulsos psicopaticos. Vean las imágenes y ni se les ocurra insultar a los periodistas que las sacaron: poca violencia puede ejercerse con un micrófono o una cámara; sin embargo con porras, pistolas e impunidad ilimitada pasan cosas como las que se ven en las imágenes. El comportamiento de nuestras fuerzas policiales ayer es terrorismo. En virtud del precedente sembrado en Afganistán e Irak, la guerra contra los amos y sus perros está justificada.

Pero no soy yo el que más derecho tengo a hablar de nada. Aquí en Paraguay, siguiendo con deficiencias los hechos a graves de twitter fundamentalmente, alejado de la acción y rodeado de la flor y nata paraguaya en el complejo de la Confederacion Sudamericana de Fútbol, me hubiera gustado estar allí para demostrar mi profundo rechazo por este expolio de unos pocos que siguen la estela de lo que el neoliberalismo comenzó en muchos países de Latinoamérica en los 80. Todos esos, corbateados y sonrientes con sus perros armados y sus cerdos confeccionando noticias a medida, todos ellos enemigos del pueblo y, por tanto, pese a ostentar la vitola de salvapatrias, traidores vendepatrias que deberían ser juzgados y condenados...




martes, 25 de septiembre de 2012

De sangre joven y desmovilización social

América Latina ríe con timbre de niño. Allá dónde mires hay pequeños, en parques y calles jugando, pero también en cruces mendigándose la vida. Latinoamérica es joven.  En sus venas corre la sangre de la esperanza del que aún tiene tanto por vivir, al menos si no la cercenan a temprana edad.

Paraguay también nutre su quehacer diario de esa sangre fresca. Lxs niñxs, un activo a futuro, enarbolan, inconscientes, la bandera de lo que podría ser. En el Lido bar, al abrigo del Panteón de los héroes, lxs hijxs de la miseria, lxs que dieron pausa a la niñez para centrarse en la subsistencia, revoloteaban entre las mesas, pidiendo limpiarte las botas. Infancia como mano de obra barata, ese fenómeno que nos repugna en casa, pero con el que convives fingiendo naturalidad en según qué circunstancias. Y viendo se pregunta uno si de verdad cosiendo balones con un sueldo fijo no estarían mejor... En el Lido bar, un emblema de la restauración, pensaba en esos jóvenes sin futuro y todo ese potencial aplastado en plena germinación. Y pensaba en lxs jóvenes que allá se enfundan una camiseta verde desafiando a las autoridades en solemnes actos, que es lo que tiene la juventud, que da arrojo por inconsciencia, valentía por lejanía con la muerte. Y pensaba en estos de acá, y en por qué no se rebelaban, no se oponían por la fuerza a un sistema fuertemente clasista y con rasgos propios de los sistemas de casta. Una posible explicación se haya en "En busca del hueso perdido", una obra que habla de la resignación atribuida al pueblo paraguayo, que ejemplifica el éxito en la desmovilización tras años de dictadura, que hace entendible que no haya un ruidoso frente común que intente acabar con algunas desigualdades.




lunes, 24 de septiembre de 2012

Ojos afilados y orejas abiertas

"Olvidate lo que has aprendido, hasé tabula rasa" este consejo, salido de los labios de uno de nuestros dos anfitriones, responden perfectamente a cómo uno debe enfrentarse a cualquier nuevo mundo. Aprender a olvidar y luego afilar los ojos y abrir los oídos.

Domingo en Asunción es tranquilo. En la zona donde nos alojamos apenas sí se puede ir de compras y pasear. Varios centros comerciales, casas residenciales, pequeños comercios y restaurantes decoran la zona. La vida se pasea perezosa en domingo.

Así que hoy aprovechamos para reunirnos de manera informal con los responsables de las contrapartes que nos recibieron. Dos nacionalidades distintas (uruguaya y paraguaya), dos personalidades diferentes, dos relatos complementarios de Paraguay y la cooperación. Decía Platón que el diálogo nos hacía mejores a las personas. Hoy el diálogo nos ha enriquecido notablemente, a mi compañera y a mí.

Adaptados ya más o menos a los horarios, a las 8 comenzó la jornada con un desayuno. Luego caminamos por los alrededores del hotel y a la una acudimos a la invitación de Daniel y su señora a un asado uruguayo. Comida, bebida y charla se extendieron hasta las cinco y media. Con ese aire elegante intacto de los inmigrantes italianos que arribaron a Argentina y Uruguay a principios de siglo pasado, el anfitrión fue dando su visión sociodemográfica de varios países sudamericanos, pero no sólo eso. Los temas se iban sucediendo, variando, interesando por igual. Muy ilustrativo conocer los diferentes usos regionales para consumir la yerba mate - tereré o mate en función de si se consume con agua fría o caliente -, los cortes de la hoja, los diversos recipientes y las combinaciones posibles. La erudición como cualidad, la sobremesa convertida en lección magistral distraída. La sabiduría del que se tomó su tiempo para observar detenidamente lo que vivía. Los oradores que te dejan siempre con ganas de saber más.

Luego el conocimiento del paraguayo que te habla del día a día, con humor, con la carcajada en la recámara, nuevamente rodeados de comida y bebida. El aderezo puesto con la anécdota, con la pregunta, con el comentario... Casi siempre acabando con sonrisa o franca carcajada, contagiosa y reparadora. Y entre "joda" y "joda", más conocimiento, más sabiduría, más conciencia de que lo que vale allá posiblemente no valga acá, y venga a afilar los ojos, y venga a orientar las orejas, porque sólo así, a través de los ojos de sus protagonistas, uno puede hacerse una representación mínima de cómo es la vida en un lugar.

Paraguay como aula de educación continua



sábado, 22 de septiembre de 2012

Cono Sur

Ayer viernes a las 7:30 p.m estaba haciéndome a la idea de que al día siguiente cruzaria el océano Atlántico, mientras localizaba cosas que metería en la maleta, mientras pensaba como escribir un post sobre la hazaña de una amiga que todavía hace quitarme el sombrero cuando lo pienso, a modo de homenaje, mientras me atrevía a anticipar cómo sería aquello...

"Fulanito de tal,"  - teléfono - "¿Dónde estás?"
"En casa"
"¿No habíamos quedado hoy en...?"
"No, mañana"
"No, hoy"

No, hoy, por ayer... Récord mundial en preparación de maleta y hora y media después me encontraba con la diezmada expedición, al 50 %, de los voluntarios expertos que viajarían a Paraguay. Una baja por enfermedad, otra por opción de vida. Así que en buena compañía, mi "sidekick" y yo, aún con la mente allá, nos metimos en un viaje a acá que escribetodojuntoapelotonadoayerhoy y no siempre porque no hay más allá.

El caso es que 22+6 horas después aquí andamos, usando por primera vez la aplicación de blogger para móvil - el portátil se quedó en el primer tramo Plasencia/Navalmoral producto de las prisas -, sobre una mullida cama en la Posada del Cielo, Asunción, Paraguay, en el primer día de un total de 30 que durarán esta experiencia profesional y vital, la segunda en Latinoamérica y primera en el cono sur.

Primeras impresiones del país: gente muy amable, cercana y afable. Ciudad ancha y achapadita, apenas levantando varios pisos del suelo. Comidas, acento, coste de la vida, costumbres, moneda... Con tintes oníricos, debido, quizá, al jet lag y la fatiga acumulada.




jueves, 20 de septiembre de 2012

De huelgas de hambre e instinto de supervivencia

Hablo del blog, desde el blog. En rigurosa huelga de hambre desde el 22 de Junio. Descuidado, asediado siempre por invisibles amenazas... con la soga al cuello. Así lleva ¿Y ahora qué? desde hace ya muchas lunas, invocándose a sí mismo en un ejercicio de intentar enterderse desde el utilitarismo, algo tan esencial en las sociedades dónde nos educaron como nefasto. A veces el fin de las cosas es, simplemente, existir. Así que ahíto de contenido, el famélico blog fue relegándose al olvido, buscando una excusa para retomarse, para justificarse, para abandonar esta huelga involuntaria. Porque es cierto que cuando comenzó tenía unos objetivos y un fin que el tiempo ha desdibujado y alguna experiencia personal ha contribuído incluso a afear; y sin embargo, aquí sigue, tras boquear nuevamente, con la ambición reducida, amputada a golpe de tijera que ya no sabe uno si es moda o tendencia, si fruto de la necesidad o de la firme y férrea voluntad... ¿Y ahora qué? sale del coma, justo a tiempo para contemplar nuevos proyectos, para recuperar viejos ideales, para mantener esa invariable función de ser lienzo o papel virtual que recoge, como un tamiz, mis obsesiones, pensamientos, ideas, excesos y defectos. Fiel al espíritu de los tiempos, pero también a la obstinada determinación de los eternos. Señoras y señores, el muerto resultó estar aún vivo

viernes, 22 de junio de 2012

Sesión Wes Anderson 1

Todo comenzó con este artículo que me llegó vía twitter. Ya había visto alguna película de Wes Anderson, pero nunca me había sentado conscientemente a verlas. Así que me hice con la filmografía del director texano y empecé desde el principio:


Bootle Rocket (1996): Los hermanos Wilson (Owen y Luke), una de las constantes en el cine de Anderson, protagonizan una película cuanto menos curiosa. La acción gira en torno a la preparación de un robo. Otra de las constantes del cine de Anderson es que se produce un desequilibrio enorme entre la acción (lo que pasa) y las circunstancias que rodean a esa acción (fundamentalmente en forma de diálogo, presentación de personajes, subtramas...). En cierto modo es "como una película francesa donde nunca pasa nada". Eso repercute en el ritmo que ya en este primer largometraje da pistas de que al señor Anderson no le gustan los excesos visuales orgiásticos marca de la casa del cine estadounidense. Película entretenida que descansa en un guión irregular de Owen Wilson y el propio Anderson, en la interpretación de los actores (sobre todo Owen Wilson explotando al máximo la vis cómica que luego le ha dado tantos papeles en comedias ligeras de Hollywood, y la aparición de James Caan, grandísima aportación a la cinta) y la pericia técnica de Anderson y su director de fotografía. Porque con independencia de que te gusten o no sus películas, hay que reconocer que cada toma está tratada con un mimo obsesivo, cada montaje es una sucesión de planos estéticamente cuidados hasta sus últimas consecuencias. Un debut de notable.


Academia Rushmore (1998): Para mí la gran película de Anderson hasta el momento. Una comedia adolescente poco convencional. No es el film más conocido ni el más ambiciosa (esas llegarían poco después) pero sí el más divertido y el que asienta definitivamente los rasgos que definirán el resto de metraje del director. Jason Schwartzman dando la réplica a Bill Murray, los secundarios, la elección musical (otro de los puntos fuertes del cine de este realizador estadounidense que se muestra como todo un melómano), el uso de recursos como el leitmotiv y los diálogos, cargados de sátira, de juegos de palabras, de situaciones delirantes... Otro guión genial de O. Wilson y W. Anderson, aparición secundaria de Luke Wilson y la creación de un personaje memorable, este Max Fischer que conquista por su dupla de genio/perdedor, de brillante antihéroe, que recuerda en más de una circunstancia al memorable Holden Cauldfield del Guardián entre el centeno, la obra de J.D. Salinger que todo escolar estadounidense parece ser que lee. Uno de mis momentos preferidos, el cruce de "bromas pesadas" entre los personajes de Schwartzman y Murray al ritmo de Forgiven de The Who. Si tengo que recomendar alguna película de Anderson, esta sería un uno fijo.

domingo, 10 de junio de 2012

Es el fin del mundo... y me siento bien

Las Ferias 2012 se acabaron oficiosamente, al menos para mí. Volvía a casa cerca de las cuatro de la madrugada pensando en la noticia del día (un sábado, con una agenda deportiva apretada, el circo moderno, la anestesia de los pueblos, la religión = opio de la modernidad) mientras oía risas quebradas por el alcohol, coches dubitativos del que conduce porque "controla" a pesar de las copas de más, zombies ebrios y sonrientes que subía y bajaban, bajaban y subían por unas calles con frenética actividad pese a lo avanzado de la hora... Y pensaba en mí mismo, que con mi cerveza y un gintonic, pero tras tres días de rebujitos y tintos de verano y patear la muy noble y leal ciudad donde mi madre me trajo al mundo dándomelo todo pero sin pedir permiso, que es esa extraña paradoja que nos marca a todos y nos iguala junto a la muerte, mucho antes de que comencemos a desigualarnos en virtud de "utilice aquí el paradigma que se amolde mejor a su forma de pensar", también volvía sonriendo, paladeando cada instante vivido en los últimos tres día... Relacionaba eso con el rescate y con las críticas al pan y el circo desde algunas tribunas críticas, y con la noticia de la semana pasada de un pueblo extremeño que celebró un referéndum para ver si se gastaba el dinero en trabajo o en toros. Y dejando los ingredientes en la batidora del cerebro le daba al botón y mezclaba los ingredientes para hacer un gazpacho que concluía que si esto fuese el principio del fin del mundo mejor irse a pique, a lo músico del Titanic, con una sonrisa de oreja a oreja que con la cara desencajada del que grita "¡¡¡vamos a morir!!!".


Por partes. El rescate. Me preguntaba una de las visitantes que han provocado una reconciliación, al menos momentánea, con las Ferias de mi localidad, en un ejemplo de que me tiene en mayor estima de lo que merezco, si podía explicarle de qué iba el rescate yo que sabía de economía... Le contesté que era algo así como era recibir dinero a cambio de una serie de condiciones, algo así como alquilar (o vender) parte de nuestra soberanía, algo profundamente antidemocrático y anticonstitucional y que atenta contra los principios más elementales de soberanía nacional y derecho de autodeterminación de los pueblos. Ignacio Escolar lo explica mejor que yo en este artículo. Mariano Rajoy y su terna de super(villanos) ministros acaba de vender la patria, literal, por treinta monedas de plata para intentar tapar los agujeros que la negligente gestión / desfalco a manos llenas de las entidades bancarias privadas (aquí que cada cual elija la opción que más se acerque a sus propias convicciones) ha provocado en nuestra economía (no olvidemos, el déficit privado en España es el que ha agravado la crisis, no el público que no es tan cuantioso y que es el que se trata de maquillar con recortes). Enhorabuena, aquellos que iban a abanderar el cambio han vendido nuestra patria. Como decía aquel, "la culpa la tenéis vosotros, que votáis a quién votáis".

También me acordaba de ese señor tan simpático de Mercadona que dice que los españoles tenemos que trabajar más al tiempo que pensaba en esa amiga tan guapa y salerosa que con medio acento andaluz me decía en plenas ferias que acaba un máster estudiado en España y se marcha a Alemania a aprender alemán y a tratar de buscarse la vida... Fuga de cerebros. En todo esto pensaba, sí, y un sentimiento de reivindicación de las ferias y las fiestas populares nacía. Porque se ha repetido hasta la saciedad, pero no parece quedar claro: esta crisis la han provocado unos pocos que, teniéndolo todo, como el señor de Mercadona, quisieron (y quieren) más, no los 5 millones de parados, o los funcionarios que han visto bajar su sueldo, o los enfermos crónicos que tienen que comprar sus medicinas, o los niños y jóvenes que están estudiando con la idea falaz de que una carrera les dará un buen puesto de trabajo - mentira y gorda. Tampoco parece quedar claro que el problema no es el gasto del estado, sino la no tributación de dinero que señores con bienes tan cuantiosos como los que se le suponen al señor de Mercadona no hacen en virtud de evasión de impuestos, la existencia de privilegios tributarios, paraísos fiscales... y ya puestos, del presunto despilfarro que llevan a cabo nuestros dirigentes como el ejemplo del señor Dívar.

Así que el fin del mundo se acerca, al menos del mundo tal y como lo conocemos en España, y yo me siento bien porque he estado tres días con grandes amigos que me han recordado viejos tiempos y hecho disfrutar de estos, porque he visto las calles bullir de gente con auténticos dramas de intensidad variable a la espalda, comentando con ojos vidriosos del alcohol el rescate mientras te abrazaban con la excusa del tiempo que no te ven, preguntándonos qué es de nuestras vidas y, sobre todo, qué será de ellas... Gente, en definitiva, que ha trabajado y trabaja duro, cada día, intentando sobrevivir, víctimas de unas circunstancias que sufren sin ser responsables, reos y penitentes por el pecado de haber hecho lo que se esperaba que hicieran: trabajar y consumir, consumir y trabajar y a pesar de tanto trabajo, por pedir créditos para seguir consumiendo porque el valor de las cosas no ha parado de crecer, ni más ni menos. Gente que en estos tres días ha olvidado momentáneamente la situación en la que nos han metido otra gente que no ha hecho bien su trabajo y, sin embargo, se embolsa primas, indemnizaciones, sueldos vitalicios, etc. al tiempo que se les llena la boca de hablar de una crisis que jamás sufrirán ni por asomo.

Por todo ello, citando a Shakespeare, me van a permitir que defienda el "Let's eat and drink, for tomorrow we shall die". Así que comamos y bebamos, porque mañana moriremos o, mejor dicho, pagaremos con un terrible despertar el sueño de los justos que se fueron confiados a la cama pensando que sus gobernantes hacían todo por el pueblo y para el pueblo. Otra mentira y gorda.

martes, 5 de junio de 2012

Publicidad, paisajes urbanos, capitalismo y Tío Pepe

Hace unos años, cuando vivía en Toronto, conocí a una chica de Hungría. La conocí a través de una de esas páginas de amistad. Entonces me costaba conocer gente en la ciudad canadiense, así que quedé con alguna persona y acabé desencantado de este tipo de cosas... Pero eso es otra historia. No recuerdo su nombre. Estaba en la ciudad visitando a su hermano, hablaba inglés y español, este último idioma lo había aprendido en el colegio y perfeccionado en Madrid. Allí me contó una historia que es más o menos así si la memoria no me falla demasiado:
"Su padre había estado una vez de viaje en Madrid y le había llevado una postal de recuerdo. Era una postal de la puerta del Sol. Sin saber por qué, ya desde muy pequeñita, aquella niña se quedó prendada de España, de Madrid, gracias a la postal. Para ella la postal representaba Madrid y Madrid era un espacio diáfano enorme con un edificio altísimo coronado por una leyenda que decía "Tío Pepe". Aquella niña no sabía español, no entendía qué significaban aquellas dos enigmáticas palabras, pero en algún lugar de su subconsciente, la marca comercial se había ligado indisolublemente a la ciudad, al país. Tío Pepe significaba Madrid y España, pero también sol y alegría y las anécdotas de su padre de aquel viaje y el sueño de aprender español y de vivir un día en aquella ciudad. Pasó el tiempo, la niña creció, estudió entre otras cosas Español y un buen día consiguió una beca de estudio. Destino: Madrid. Cuando pisó por primera vez la Puerta del Sol y vió el cartel de Tío Pepe, la niña, ya joven, lloró. Desde entonces, cada vez que pensaba en el cartel, los ojos se le humedecían de nostalgia y alegría."
 

 Esto que os cuento es real, no es un recurso para ilustrar un hecho que creo se reproduce en muchos casos. La publicidad de la marca de finos, para miles de personas que han estado alguna vez en la Puerta del sol, españoles o extranjeros, moradores o visitantes, forma parte de la fisonomía de ese rincón epicentro de toda protesta que se precie (resemantizado tras el 15-M). El cartel forma parte, pues, del patrimonio cultural de Madrid, pese a quién pese; así de simple. Pues bien, los periódicos hoy han amanecido con la noticia de que Apple, la todopoderosa-pero-"amigable"-gracias-a-la-publicidad compañía multinacional, podría suprimir el cartel de Tío Pepe de su emplazamiento original. 

Yo que como aquella chica húngara tengo mi particular historia de fascinación con el cartel de Schweppes de Callao por culpa de un tal Álex de la Iglesia, entiendo perfectamente el revuelo provocado. Yo que tengo dos dedos de frente y algo de cultura no entiendo las declaraciones de la alcaldesa de Madrid. Tampoco es que me sorprenda, no suelo entender las declaraciones de "nuestros" políticos de un tiempo a esta parte, más bien por estupidez ajena - esto es, de ellos - que propia, aunque parezca mentira. Pero a lo que iba, supongo que a la señora Botella le da igual cambiar el emplazamiento del mítico cartel, como le dió igual cambiar el emplazamiento de la estatua del Oso y del Madroño. Detalles nimios se dirán. Aunque bien mirado, si disponen de nuestro dinero sin preguntar, si nos privan de médicos y medicinas y de profesores, aulas... en nombre de la estabilidad de los mercados ¿por qué habrían de proteger nuestra cultura cuando hay un maletín con billetes frescos de por medio?

Si tampoco queréis que el cartel del tío Pepe se mueva de su emplazamiento, antes de que salga algún historiador aduciendo que ese no es su lugar original y que no pasa nada por cambiarlo de sitio, podéis firmar en esta campaña que desde Change.org se ha montado.

lunes, 4 de junio de 2012

Pinball

Acción de Street Marketing de una conocida marca de automóviles:



Otra vez el "no lo digo, lo hago" funciona. ¿Qué os parece? ¿Y si fuérais uno de vosotros alguno de los conductores retratados?

sábado, 2 de junio de 2012

La culpa de todo la tiene Yoko Ono

Este estribillo que usó Def con Dos, un grupo cuyas letras denunciaban hace casi dos décadas todos los males que nos asolan en este apocalipsis financiero, mitad tiroteo indiscriminado desde los cómodos helicópteros de los mercados mitad autolesión provocada por un tiro en el pie (por ejemplo y quién tenga ojos, que entienda), parece describir la situación a la perfección. Crisis, recortes, la economía llevada hasta su último estertor no se sabe si por exceso o por defecto, si por inteligencia criminal o estupidez beatífica de nuestros dirigentes... Vivimos las consecuencias, sabemos las causas pero nadie apunta a los culpables, porque no los hay, porque la culpa de todo la tiene Yoko Ono (por ejemplo).


Esta mañana leía este artículo de Lucía Méndez vía twitter. Aplaudo la iniciativa, pese a la tardanza de ésta (siempre me ha extrañado la poca capacidad de reacción que tuvieron los medios grandes, no digamos los medios públicos, cuando los pequeños medios locales y regionales empezaron a cerrar en los albores de esta crisis; sin embargo si han demostrado una gran capacidad de solicitar solidaridad a la profesión cuando les ha tocado a ellos, ya casi en los últimos tiempos), pero vuelvo a echar de menos un poco de responsabilizarse. Porque no nos engañemos, estas mismas cajas ruinosas de hoy son las mismas cajas "ejemplo de sistema financiero" en Europa de ayer. Mientras las cajas pagaban las rondas, los medios miraban para otro lado (tuve ocasión de seguir de cerca, aunque no lo llegara a cubrir, el asunto de Caja Castilla La Mancha, una de las primeras en destaparse hace unos 3 años, entonces la CCM vio salir en bloque a su junta directiva por algo que entonces sorprendió pero que hoy es el pan de cada día). Entre las militancias políticas compartidas entre cajas y medios, amén de la publicidad de las entidades financieras en periódicos, televisiones, radios... se ha informado, sí, pero a posteriori. Lo que no se ha hecho es investigar antes, y no se ha hecho porque, entre otras cosas, hace tiempo que el periodismo del día a día se basa en transcribir declaraciones medidas al milímetro conseguidas a través de ruedas de prensa o, peor, a través de comunicados de prensa. Ya no se investiga, contrastan fuentes ni, en definitiva, se arman informaciones sólidas y críticas que muestren los hechos y no transmitan opiniones editorializantes de los mismos.


Por tanto estoy completamente de acuerdo en el artículo de Lucía Méndez titulado "Se ríen mientras nosotros lloramos" pero me falta esa parte que diga "todo eran risas y alborozo hasta que alguien perdió un ojo", porque eso ha hecho la "acomodada" y "domesticada" clase periodística en este país mientras las orgías en la banca española tenían lugar. Que parece que esto haya surgido ayer, oiga. Para empezar, asumamos nuestra parte de culpa por dejación de funciones profesionales (ya saben, lo del cuarto poder y todo eso), continuemos exigiendo responsabilidades a la gestión de los propios medios (cadenas de intercambios de favores políticos, no verdaderos negocios, que llevan siendo inviables económicamente desde hace ya muchas lunas) y acabemos por cambiar de actitud recuperando, en la medida de lo posible, la honorabilidad de un periodismo hecho con rigor, afán crítico pero, sobre todo, con ética.

martes, 15 de mayo de 2012

Pachamama


Pachamama

Emerges en la plácida lujuria,
como diosa nacida de mar de espuma.
Te sacudes las lianas de tu pelo
mientras ríes, con coqueta relevancia.
Eres tierra que consume mis incendios
y humedece, con sosiego, mis alientos.

Fuerte y libre, pura selva,
alimentas con tus senos mil vástagos,
 derramados de la fértil mente otrora yerma.
Tu dulce piel huele a milpa recién llovida,
 llama a mis manos que estimulen su conciencia
como el arado excita la árida tierra.
 Eres e invitas a amar tus dones
en un proceso natural e irreversible.

Déjame llover y briznar, secar y azotar
tus conspicuos lodos
y cubrir en estaciones tus caprichos.
Déjame hollar como labriego
en tus tiernos muslos de partera.
Esclavo de los bosques
que cubren tus silencios
 concibes, primorosa, desnudas coincidencias.

Suplicas que suplique en queda concordancia.
Me miras con intensos otoños encerrados,
 y mieles y castaños y vinos macerando,
 almíbar, amatistas, pelajes de oso pardo,
 salvaje y prohibida, acotas tu silueta,
 desatas mil tormentas y esquivas los envites,
 de este mortal juguete que sueña con domarte.

Tú, mi indomable reina de las tribus salvajes,
que aman en su lengua la tierra que derramas
allá por donde expandes tu fértil férrea carne,
 semillas y cosechas sucederán tu sangre.
 Voluptuoso sueño, enjambre placentero,
 ardiente madre tierra, sepúltame en tu seno.

 (José A. Huertas)

lunes, 23 de abril de 2012

Nicaragüa, año 1

Mañana hace un año que pisé suelo nicaragüense por primera y, de momento, única vez en mi vida. En estas fechas la mente, con el piloto automático, va y viene entre recuerdos de experiencias, personas, lugares... entre el pasado reciente y el presente, a veces incluso se asoma, tímida, entre los visillos que van a dar al futuro. Hace casi un año que llenamos la maleta de dudas y esperanzas, cruzamos el charco en un proceso ininterrumpido de más de 25 horas sin dormir y, aterrizamos en unas instalaciones asépticas de Ticuantepe por aquel entonces, cargadas de connotaciones y teñidas por los filtros nostálgicos que la memoria suele dotar a los recuerdos en estos momentos. Un año desde que quemamos al hombre, en un viaje iniciático que a la vez marcaba el final del EUCID (Curso en Cooperación Internacional, marco en el que tuvieron lugar las prácticas en este país) de alguna manera... Como comentaba algún/a compañerx del curso hoy en redes sociales, el viaje nos unió mucho a todos los participantes. Por encima del aprendizaje teórico-práctico, fue una experiencia vital significativa. Los 21 días dejaron profundos surcos que de alguna manera hoy vuelven a poner en marcha sensaciones, sentimientos, pensamientos... desde el eco, como un disco de vinilo que reproduce melodías cuando la aguja del tocadiscos pasa por encima. Fue un viaje donde enfrentamos cara a cara la miseria pero también la esperanza, la desesperación pero también la bondad. En el distrito II de Managua, a orillas del lago Xolotlán, en el vertedero de La Chureca, vimos cara a cara el grado 0 de la condición humana, la antítesis de la opulencia desenfrenada que engrasa el motor de las sociedades en que vivimos. Asistimos, como Dantes mochileros, a la fiel representación del infierno que el poeta recorrió a pie con Virgilio. Hasta el momento nunca se me había pasado por la cabeza compartir las fotos que tomé de forma mecánica, abstraído, sin pensar mucho en lo que veía a través del objetivo, mientras el alma se iba haciendo pedazos como un espejo golpeado de súbito por una piedra de realidad tan irreal como aquella. Hoy sé que algunos pedazos quedaron allí, entre fetos malogrados, sustancias tóxicas, carne y verduras a medio pudrir, plásticos, jirones de ropas, miembros amputados, correspondencias hechas añico...

Aquella visita fue una de las cosas más duras por las que tuvimos que pasar. Algunxs acabamos arrasadxs en lágrimas. Otrxs trataban de consolar a los que nos habíamos derrumbado... nativxs de una sociedad dominada por el hedonismo en su versión más ególatra y desenfrenada, comprobar que la única felicidad a lo que aspiran algunxs pasa por sobrevivir de lo que el resto desechamos sin freno, choca. Tratar de ser coherente con un mundo que se sostiene en injusticias e incoherencias es una tarea agotadora. Desde aquel momento, las cañas, tapas y demás pequeños placeres que damos por descontado en nuestras vidas siempre tendrán un ligero regusto a detritus y podredumbre, la misma que quedó adherida en esos trozos de alma que dejamos caer en aquel dantesco penar de almas cotidiano a la orilla del lago Xolotlán, en el distrito II de Managua, en el vertedero de La Chureca.

miércoles, 11 de abril de 2012

Above, artista urbano

Echad un vistazo a este vídeo:

BLOOD DIAMOND from ABOVE on Vimeo.


Es una obra del artista urbano Above que en las inmediaciones de una de los más grandes tratantes de diamantes de Johanesburgo. La pintada dice: "Los diamantes son el mejor amigo de una mujer y el peor enemigo de un hombre". El autor tuvo el expreso consentimiento de los dueños de la compañía que pensaron que el mensaje terminaría en la primera parte.

Otra de sus obras, vinculadas al movimiento Ocuppy Wall St.

GIVE A WALL STREET BANKER... from ABOVE on Vimeo.


En medio de la controversia que rodea a los artistas callejeros y su apreciación reciente por los especuladores del arte tradicional (Exit through the gift shop, el falso documental de Banksy, trata algo al respecto), la idea de usar el espacio público como soporte para un arte reivindicativo me fascina. Curiosamente la publicidad, uno de los agentes más importantes del sistema capitalista, hace tiempo que también hace lo mismo con acciones de street marketing copiando a veces incluso estilos e ideas a estos artistas callejeros. ¿Qué os parecen estos tipos de arte y publicidad?

lunes, 9 de abril de 2012

Flaco favor...

En el tintero, como tantas cosas que se ahogan en este periodo de inactividad, estaba este tema, que ha conseguido reflotar y acabar alcanzando las costas del otro lado, ese lado donde las ideas toman cuerpo, a menudo un cuerpo más fondón que el que uno se imaginaba acabaría por tener. Ventajas de la idealización.

El 23 de Marzo el titular sobresalía en casi todas las portadas: "La Calaf señala con el dedo a la Carbonero". Cuando el dedo apunta a la luna, ya sabemos como titulan las cabeceras de este país... Polémica servida en bandeja de plata. Nótese la ironía de fomentar, precisamente, lo que la Calaf denunciaba con el ejemplo. Y sin embargo, se mueve.


Partamos del hecho de que no estoy en la mejor posición para emitir ningún parecer. Periodista, desempleado, hombre, súmesenle todas las etiquetas que le vengan a la mente por asociación... Está mal que yo lo diga, como está mal que un heterosexual blanco de clase media emplee los términos "maricón", "negro" y algún otro bajo ningún concepto. Pero no lo hice yo, lo hizo la Calaf, y le doy la razón, pero no en lo anecdótico, particular, "nombrepropiorizado y apellidarizado". No, no hagan como los ilustres periodistas que pasaron a subrayar en negrita y mayúsculas una reflexión de la Calaf que está ahí, latente, en el aire, como un pedo que todos huelen y nadie se atreve a denunciar. Vayan más allá, al concepto, al símbolo de lo que la Carbonero representa.

Rosa María Calaf se ha ganado a pulso un púlpito lo suficientemente alto como para que sus opiniones se eleven ligeramente sobre el común de la plebe. Lo siento, pero no me creo esa falacia de que todas las opiniones son válidas. No lo son. Para poder opinar debería ser imprescindible saber sobre la materia que se opina, así que partiendo de esa premisa, en mi humilde opinión la veterana periodista tiene toda la legitimidad del mundo para emitir cualquier parecer sobre periodismo, televisión y la imagen de la mujer en los medios. En un mundo sometido a los principios del buen rollo de cara y la puñalada trapera por la espalda, lo que hiere es el ejemplo con nombres y apellidos. Pero a ese ejemplo se le podrían matizar muchas cosas, como se hizo desde esta otra tribuna, nada sospechosa de fomentar actitudes machistas.


En primer lugar, no es lo mismo presentar informativos que hacer periodismo. En segundo lugar, habría que distinguir entre "periodismo deportivo" y lo que nos ofrecen los "espacios deportivos" de los principales telediarios, más cercanos al morboso entretenimiento de fomentar rumores que al dar información. En tercer lugar, demos por bueno que Sara Carbonero se ha aprovechado de su físico y a partir de ahora tendrá que valerse de su profesionalidad para mantenerse o acabar dando la razón a los opinadores amateurs que creen que una vez marchita la belleza, finita la pacchia.

Pero Sara Carboneros y similares aparte, he de dar toda la razón a Rosa Calaf cuando en el trasfondo de su pasional alocución denunciaba la frivolidad que asola el periodismo de un tiempo a esta parte, un discurso que me recordó, inmediatamente, a este otro post del estupendo blog Mi mesa cojea titulado En directo, un buen par de tetas (si algo caracteriza a su autor es la ausencia total de lo que viene en llamarse "corrección política"). Y es que convendría buscar un término para ese otro "periodismo" que da mala prensa al periodismo para, una vez encontrado, pasar a denunciar a ese "periodismo" que denigra al periodismo desde el propio periodismo...


Para terminar, un apunte. En un escenario compuesto por 20 alumnas y una profesora, unos días antes de que saltara lo de Rosa Calaf, se me cuestionó a traición sobre Sara Carbonero en el aula. Salí como pude, intentando no pisar ningún detonador en un terreno minado. Porque siempre me ha sorprendido que mientras que a la hora de denunciar que una mujer no accede a un puesto de trabajo en igualdad de condiciones por el mero hecho de ser mujer se esgrima el argumento del machismo con vehemencia, sin embargo, cuando una mujer accede a un puesto de trabajo no ya por ser mujer si no encima por reproducir una imagen machista y estereotipada de lo que debe ser una mujer, ahí no cabe ningún tipo de protesta.Se me ocurre que quizá fuera eso lo que Rosa María Calaf intentaba denunciar con el ejemplo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Poesía

Hoy es el día Internacional de la Poesía, fecha que se celebra cada 21 de Marzo, fecha del equinoccio de primavera, desde 1999. Por eso me he propuesto reanimar el blog, en estado de coma muchas semanas ya, para rendir un merecido homenaje a mi más fiel compinche (cuando no me es esquiva):

Cómplice poesía

Poesía, cómplice, atemperas mi espera.

Introduces mi sueño en cadencia infinita.

Ejercitas el verbo, lo maleas e invitas,

con maestría e ingenio, a alumbrar la certeza.

Desempolvas el mito, lo corriges y aumentas.

Recuperas el rito, le devuelves la vida.

Dulcificas la muerte, desinfectas heridas,

y, en honrosa tarea, del amor te lamentas.

Y es que, a veces, poesía,

sin que tú te des cuenta

ni que yo te lo pida

deconstruyes conciencia

con rimas afligidas

de oscilante cadencia.

(José A. Huertas)


«En un mundo que está en plena mutación, sacudido por un vértigo de cambios y transformaciones sociales, los poetas acompañan los movimientos cívicos y atinan tanto a sacudir las conciencias por las injusticias del mundo como a conmoverlas por su belleza. Nosotros vemos también las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y los breves mensajes que circulan por las redes sociales para conferir un nuevo aliento a la poesía y favorecer la creación y el intercambio de poemas o versos capaces de dilatar nuestra relación con el mundo.»
Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO,
con motivo del Día Mundial de la Poesía, 21 de marzo de 2012