lunes, 13 de septiembre de 2010

A río revuelto...

Pues ya pasó el Mundobasket de Turquía 2010, sin tanto ruido ni fanfarria como su homólogo futbolero. En la final, EE.UU. dió buena cuenta del anfitrión y se llevó el oro. La plata se quedó en Turquía y el bronce fue para Lituania. Por el camino quedaron Serbia (cuarto puesto), Argentina (quinto puesto) y España (sexto puesto) con la sensación de que, quizá, podrían haber aspirado a más. Acabó el mundial que íbamos a ganar de gorra y no pasamos ni a semis. Ahora, cuando el río baja revuelto, es hora de que los pescadores avezados expongan a las claras las miserias de los aspirantes al oro que se quedaron a las puertas.

Como aficionado al baloncesto y como español he seguido con interés los análisis que determinados expertos han hecho. Desde la teoría de Trecet de que el hecho de que el seleccionador compagine su función con la de entrenador de una liga extranjera (y, por tanto, que no tiene un conocimiento tan directo de lo que pasa en la liga ACB) repercute en el rendimiento hasta la teoría de la falta de humildad que Luis Fernando López esboza en el Mundo, hay opiniones para todos los gustos pero una sensación común: la de fracaso. Sensación de fracaso que es palpable hasta en el quirúrgico Daimiel, aséptico hasta cuando se moja en caliente.

Posiblemente todos tengan su parte de razón. Posiblemente acierte Trecet cuando afirma que Scariolo jugó con los nombres y no con los jugadores reales con sus reales circunstancias. Posiblemente lo que Luis Fernando López tacha de "falta de humildad" tenga su parte de razón visto el escaso nivel de concentración que, de puertas para afuera, pareció percibirse contra Francia y Lituania en la primera fase, proporcionándonos un cruce no tan cómodo. Con total seguridad las preguntas que Daimiel plantea ataquen el nudo gordiano del conjunto de despropósitos que nos ha llevado a quedarnos con dos palmos de narices. Porque en estas circunstancias siempre son los pescadores más hábiles y mejor equipados los que capturan las piezas más jugosas. Lo fácil es pedir la cabeza de Scariolo. Lo sencillo es culpar a Marc Gasol, Rudy Fernández y Ricky Rubio (de los que esperábamos más la mayoría) de no haber dado su nivel real en casi ningún partido. Lo cómodo es concluir que sin Calderón y sobretodo sin Pau esta selección no está cualificada para luchar por nada... sin que sirva de precedente, voy a intentar no quedarme en la privilegiada posición del ventajista.

Es evidente que la aparente relajación con la que España afrontó el encuentro de Francia lastró sobremanera el devenir de nuestro campeonato. También es evidente que la rotación y la asunción de roles sobre el papel no se correspondió con la óptima ejecución del equipo nacional sobre el parqué. Es evidente que la mayoría de los aficionados echamos en falta más minutos de algunos que no jugaron casi nada (por ejemplo, reflexionaba Iturriaga en la retransmisión del último partido contra Argentina si habría alguien que se preguntaría a posteriori por la falta de minutos de uno de los jugadores que han llegado más en forma al mundobasket, San Emeterio). Pero también es evidente que todas esas suposiciones claras que todos elucubramos una vez Teodosic metió el triple que nos dejaba fuera, quizá jamás se hubieran cristalizado de haber fallado el serbio. Eso nunca lo sabremos.

En ese sentido, por encima de lo anteriormente descrito, me quedo con dos reflexiones. La primera de ellas es la lanzada por "Crónica en rosa" Daimiel, que pedía una valoración global del rendimiento de la selección en el mundial. Es inútil hacer un análisis certero, ni siquiera una crítica constructiva, con el calentón de la eliminación. Pese a ser una práctica habitual consustancial a la supuesta "españolidad" de parte de los moradores de la península Ibérica (y, entiendo, que también de los archipiélagos y enclaves varios) eso de buscar culpables con la clarividencia del que juzga de forma sumaria, decir que la culpa es de "tal" o "cual" no sirve de nada. Hay que tratar de sacar conclusiones positivas (y las ha habido, no crean) y tirar para adelante, pensando que los que hace nada ganaron el Europeo siguen siendo los mismos que han quedado sextos del mundo.

La segunda de ellas me la confiaba mi gran amigo Jesús Javier de camino a Granada hace algo más de una semana. Estamos muy mal acostumbrados. Antes íbamos con la remota esperanza de pillar medallas, de pasar de cuartos, de calificar para meternos en las finales, todo dependiendo de la disciplina... Desde que Alonso, Nadal, los "Junior de oro", la selección de balonmano, la de fútbol sala y, últimamente, la "recién subida al olimpo de los ganadores" selección de fútbol, todo lo que no sea obtener el cajón más alto es sinónimo de derrota. Esta sensación, que nos hace autoproclamarnos favoritos de partida en cualquiera de las anteriores disciplinas, genera unas expectativas y una ansiedad en los aficionados que a menudo se traslada a los deportistas. Mientras que el grado de satisfacción es minúsculo (solo nos vale ganarlo todo y a todos), el margen de decepción es tremendo y eso juega en contra del deportista a nada que no tenga una fortaleza mental extraordinaria (algo con lo que cuentan muy pocas personas). Esto quizá entronca con "la falta de humildad" que el blogger de El Mundo apuntaba, esa misma falta de humildad que ha acabado por diluir a grandes combinados favoritos a todo: (p. ej. Argentina y Brasil en el último mundial de fútbol). Sin embargo, al contrario de lo que él piensa, no creo que esa falta de humildad esté en el seno de los jugadores; más bien lo veo como una proyección del aficionado de a pie, mal acostumbrado y dispuesto a ganar crédito como crítico aficionado cuando las aguas bajan revueltas.

2 comentarios:

emeshing dijo...

Txetun,
Mi opinión es que España no consiguió jugar en ningún momento como equipo, llegaron mal al campeonato, quizá sin la preparación necesaria para jugar compenetrados.
Pero es que tampoco USA jugó en ningún momento como un equipo, sino como unas individualidades e la que destacaba Kevin Durant.
Vaya, un campeonato diferente que se llevan los que llegaron a Turquía con la clara misión de reivindicarse como los mejores y volver con el título.
Saludos
Emeshing.com

Txetun: dijo...

Emeshing, eso que indicas puede ser uno de los problemas. La diferencia con EE.UU. es que estos tenían a Durant. Nosotros con Navarro solo se ha visto que no podíamos.

De todos modos hoy hay una entrevista en As al presidente de la Federación: http://www.as.com/baloncesto/articulo/despedire-scariolo-ocultar-problemas/dasbal/20100914dasdaibal_2/Tes. La calma que propone Saez contrasta con las opiniones. No sé por qué Scariolo cae tan mal en la selección, pero bajo mi punto de vista, tampoco lo ha hecho tan mal como para pedir su cabeza sin pensar.

En fin, un abrazo.