viernes, 28 de septiembre de 2012

El poder de la palabra

El 80% aproximado de la población del Paraguay habla guaraní. En el distrito de Canindeyú, donde se encuentra Curuguaty, sus habitantes alternan indistintamente el español con el guaraní, en mayor o menor cantidad, y algunos hasta usan portugués dada la cercanía de la frontera con Brasil. El guaraní suena a conocido fonéticamente, porque comparte sonidos con el español, también con el árabe, pero hasta ahí las familiaridades.

Curuguaty tiene el encanto de las ciudades pequeñas 50.000 habitantes. Para Latinoamérica, casi un pueblito. Solo su avenida principal, 14 de Mayo, fecha de la fundación de la localidad y fecha del aniversario de mi mamá, Ña Rocío, ya que preguntan, está asfaltada. Las calles aledañas están empedradas y lejos de ese epicentro solo hay caminos de tierra, una tierra rojiza que levanta un polvo penetrante con regusto a desván. Todo Curuguaty está recubierto de una patina rojiza: sus perros vagabundos, sus personas motorizadas, sus coches de importación y las fachadas de sus negocios. Curuguaty, al margen de ideologías políticas, es colorada producto de su tierra, azul, producto de su cielo, y verde, producto de su naturaleza... Curuguaty, en el centro de su ideología, vive convulsa en los adentros, aunque a mí eso me llega muy amortiguado. Ningún paraguayo habla abiertamente de política conmigo y yo mismo, por contrato, no puedo pronunciarme políticamente. Pero es que, además, no tengo ni pajolera idea de política paraguaya. Por la razón que sea, Paraguay, para España, no es importante, así que casi nunca nos llega nada.

Tras la primera toma de contacto ayer con Curuguaty, hoy iniciamos propiamente la labor. La mañana comenzó con un curso de capacitación muy interesantes para hacer reservas turísticas. La tarde, a caballo entre la paz de la conversación con E. e I. en Curuguaty, y un viaje contrarreloj con mi "mentor" acá, el doctor S.S.I., periodista y abogado, asesor de la Mancomunidad de Mbaracayú y con el don de la palabra. De camino a Capiibary, en el departamento de San Pedro, por la carretera 10, con esa alfombra de vegetación a ambos lados de la carretera, esquivando vehículos, sorteando badenes, el doctor S.S.I, con esa voz radiofónica sudamericana, me ilustraba con ese estilo de huracán que le lleva a tener tres trabajos. Siempre respetando los límites de velocidad, basados en la capacidad de correr del vehículo - el del doctor solo alcanzó los 140 km/h -, llegamos a una sesión extraordinaria del consejo municipal, invitados para hablar de la Mancomunidad del Mbaracayú.

Empujados por las prisas al interior del consejo, se podía palpar la tensión. Invitados a tomar asiento hasta que llegara nuestro turno, asistí primero interesado a los sucesivos turnos de palabra de concejales, presidente y representante de la sociedad civil. Claro, aproximadamente el 70% de lo que se hablaba era en guaraní, con construcciones del tipo de Señor presidente, compañeros concejales (parrafada ininteligible de guaraní), por eso que (parrafada ininteligible de guaraní) oro (parrafada ininteligible de guaraní) muchas gracias. Llegó el turno de S.S.I, que supongo por deferencia a mí, empleó menos guaraní, quizá dejándolo en un 55 / 45 %. Y en esas estaba cuando, tras una larguísima alocución, combinando su radiofónica voz con sus dotes de procurador del reino - abogado -, daba gusto oírlo hablar, aunque no se le entendiese. Y así su intervención dio paso a los miembros del consejo y yo hacía rato que ya había desconectado, a pesar de que el asunto me interesaba por la naturaleza de los hechos - o por la naturaleza de los hechos que yo creía haber entendido.

Ahí andaba yo, pensando en las musarañas, cuando S. se gira y me dice que el ilustre consejo quiere oír mi historia, quiere saber el por qué de mi estancia en Paraguay. Y así fue como hablé, sin haber preparado nada y saltándome toda guisa de protocolo por desconocimiento, delante del consejo de la ciudad de Capiibary, una localidad situada a 60 kilómetros de Curuguaty, en el departamento de San Pedro, un consejo reunido de forma extraordinaria a la sazón de un Cerro protegido por su interés natural y una disputa sobre la explotación del mismo por parte de una serie de ciudadanos.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

25-S al otro lado del espejo

Recién llegado del evento del lanzamiento de un hotel en la reserva de Mbaracayu. Muchos recuerdos de Toronto y los compañeros de allí. No es en lo único que me recuerda a Toronto. La concepción reticular de la ciudad, el barrio dónde está el hotel y la oficina en Asunción, la cercanía y amabilidad de la gente...

Países, empobrecidos o enriquecidos, a veces tienen más en común de lo que creemos. La riqueza es cuestión de suerte y un país opulento puede caer con tanta saña como ascender. Fíjense España. Esa España de la que tanto presumimos, que tiene más en común con América Latina que con Europa. De dictadura a milagro económico, de pseudopotencia a estado fallido. Porque hacia eso camina España, hacia la falibilidad absoluta. Las pulgas dirigentes, del Rey al último de los consejeros de CCAA, se han dado cuenta de que el perro está flaco y se apresuran a rebañar. Ya sabemos que a perro flaco... Así que esto se colapsa.

Desde redes sociales me llegaba el enésimo ejemplo de que la policía ni protege al inocente ni sirve al ciudadano. Basta ya de ardor guerrero patriótico. Los familiares que se indignan y tratan de justificar el cuerpo, que ni lo intenten. Perros con placa que defienden a sus amos por las sobras de sus opiparos festines. Algunos, ni eso, se contentan con dar rienda suelta a sus impulsos psicopaticos. Vean las imágenes y ni se les ocurra insultar a los periodistas que las sacaron: poca violencia puede ejercerse con un micrófono o una cámara; sin embargo con porras, pistolas e impunidad ilimitada pasan cosas como las que se ven en las imágenes. El comportamiento de nuestras fuerzas policiales ayer es terrorismo. En virtud del precedente sembrado en Afganistán e Irak, la guerra contra los amos y sus perros está justificada.

Pero no soy yo el que más derecho tengo a hablar de nada. Aquí en Paraguay, siguiendo con deficiencias los hechos a graves de twitter fundamentalmente, alejado de la acción y rodeado de la flor y nata paraguaya en el complejo de la Confederacion Sudamericana de Fútbol, me hubiera gustado estar allí para demostrar mi profundo rechazo por este expolio de unos pocos que siguen la estela de lo que el neoliberalismo comenzó en muchos países de Latinoamérica en los 80. Todos esos, corbateados y sonrientes con sus perros armados y sus cerdos confeccionando noticias a medida, todos ellos enemigos del pueblo y, por tanto, pese a ostentar la vitola de salvapatrias, traidores vendepatrias que deberían ser juzgados y condenados...




martes, 25 de septiembre de 2012

De sangre joven y desmovilización social

América Latina ríe con timbre de niño. Allá dónde mires hay pequeños, en parques y calles jugando, pero también en cruces mendigándose la vida. Latinoamérica es joven.  En sus venas corre la sangre de la esperanza del que aún tiene tanto por vivir, al menos si no la cercenan a temprana edad.

Paraguay también nutre su quehacer diario de esa sangre fresca. Lxs niñxs, un activo a futuro, enarbolan, inconscientes, la bandera de lo que podría ser. En el Lido bar, al abrigo del Panteón de los héroes, lxs hijxs de la miseria, lxs que dieron pausa a la niñez para centrarse en la subsistencia, revoloteaban entre las mesas, pidiendo limpiarte las botas. Infancia como mano de obra barata, ese fenómeno que nos repugna en casa, pero con el que convives fingiendo naturalidad en según qué circunstancias. Y viendo se pregunta uno si de verdad cosiendo balones con un sueldo fijo no estarían mejor... En el Lido bar, un emblema de la restauración, pensaba en esos jóvenes sin futuro y todo ese potencial aplastado en plena germinación. Y pensaba en lxs jóvenes que allá se enfundan una camiseta verde desafiando a las autoridades en solemnes actos, que es lo que tiene la juventud, que da arrojo por inconsciencia, valentía por lejanía con la muerte. Y pensaba en estos de acá, y en por qué no se rebelaban, no se oponían por la fuerza a un sistema fuertemente clasista y con rasgos propios de los sistemas de casta. Una posible explicación se haya en "En busca del hueso perdido", una obra que habla de la resignación atribuida al pueblo paraguayo, que ejemplifica el éxito en la desmovilización tras años de dictadura, que hace entendible que no haya un ruidoso frente común que intente acabar con algunas desigualdades.




lunes, 24 de septiembre de 2012

Ojos afilados y orejas abiertas

"Olvidate lo que has aprendido, hasé tabula rasa" este consejo, salido de los labios de uno de nuestros dos anfitriones, responden perfectamente a cómo uno debe enfrentarse a cualquier nuevo mundo. Aprender a olvidar y luego afilar los ojos y abrir los oídos.

Domingo en Asunción es tranquilo. En la zona donde nos alojamos apenas sí se puede ir de compras y pasear. Varios centros comerciales, casas residenciales, pequeños comercios y restaurantes decoran la zona. La vida se pasea perezosa en domingo.

Así que hoy aprovechamos para reunirnos de manera informal con los responsables de las contrapartes que nos recibieron. Dos nacionalidades distintas (uruguaya y paraguaya), dos personalidades diferentes, dos relatos complementarios de Paraguay y la cooperación. Decía Platón que el diálogo nos hacía mejores a las personas. Hoy el diálogo nos ha enriquecido notablemente, a mi compañera y a mí.

Adaptados ya más o menos a los horarios, a las 8 comenzó la jornada con un desayuno. Luego caminamos por los alrededores del hotel y a la una acudimos a la invitación de Daniel y su señora a un asado uruguayo. Comida, bebida y charla se extendieron hasta las cinco y media. Con ese aire elegante intacto de los inmigrantes italianos que arribaron a Argentina y Uruguay a principios de siglo pasado, el anfitrión fue dando su visión sociodemográfica de varios países sudamericanos, pero no sólo eso. Los temas se iban sucediendo, variando, interesando por igual. Muy ilustrativo conocer los diferentes usos regionales para consumir la yerba mate - tereré o mate en función de si se consume con agua fría o caliente -, los cortes de la hoja, los diversos recipientes y las combinaciones posibles. La erudición como cualidad, la sobremesa convertida en lección magistral distraída. La sabiduría del que se tomó su tiempo para observar detenidamente lo que vivía. Los oradores que te dejan siempre con ganas de saber más.

Luego el conocimiento del paraguayo que te habla del día a día, con humor, con la carcajada en la recámara, nuevamente rodeados de comida y bebida. El aderezo puesto con la anécdota, con la pregunta, con el comentario... Casi siempre acabando con sonrisa o franca carcajada, contagiosa y reparadora. Y entre "joda" y "joda", más conocimiento, más sabiduría, más conciencia de que lo que vale allá posiblemente no valga acá, y venga a afilar los ojos, y venga a orientar las orejas, porque sólo así, a través de los ojos de sus protagonistas, uno puede hacerse una representación mínima de cómo es la vida en un lugar.

Paraguay como aula de educación continua



sábado, 22 de septiembre de 2012

Cono Sur

Ayer viernes a las 7:30 p.m estaba haciéndome a la idea de que al día siguiente cruzaria el océano Atlántico, mientras localizaba cosas que metería en la maleta, mientras pensaba como escribir un post sobre la hazaña de una amiga que todavía hace quitarme el sombrero cuando lo pienso, a modo de homenaje, mientras me atrevía a anticipar cómo sería aquello...

"Fulanito de tal,"  - teléfono - "¿Dónde estás?"
"En casa"
"¿No habíamos quedado hoy en...?"
"No, mañana"
"No, hoy"

No, hoy, por ayer... Récord mundial en preparación de maleta y hora y media después me encontraba con la diezmada expedición, al 50 %, de los voluntarios expertos que viajarían a Paraguay. Una baja por enfermedad, otra por opción de vida. Así que en buena compañía, mi "sidekick" y yo, aún con la mente allá, nos metimos en un viaje a acá que escribetodojuntoapelotonadoayerhoy y no siempre porque no hay más allá.

El caso es que 22+6 horas después aquí andamos, usando por primera vez la aplicación de blogger para móvil - el portátil se quedó en el primer tramo Plasencia/Navalmoral producto de las prisas -, sobre una mullida cama en la Posada del Cielo, Asunción, Paraguay, en el primer día de un total de 30 que durarán esta experiencia profesional y vital, la segunda en Latinoamérica y primera en el cono sur.

Primeras impresiones del país: gente muy amable, cercana y afable. Ciudad ancha y achapadita, apenas levantando varios pisos del suelo. Comidas, acento, coste de la vida, costumbres, moneda... Con tintes oníricos, debido, quizá, al jet lag y la fatiga acumulada.




jueves, 20 de septiembre de 2012

De huelgas de hambre e instinto de supervivencia

Hablo del blog, desde el blog. En rigurosa huelga de hambre desde el 22 de Junio. Descuidado, asediado siempre por invisibles amenazas... con la soga al cuello. Así lleva ¿Y ahora qué? desde hace ya muchas lunas, invocándose a sí mismo en un ejercicio de intentar enterderse desde el utilitarismo, algo tan esencial en las sociedades dónde nos educaron como nefasto. A veces el fin de las cosas es, simplemente, existir. Así que ahíto de contenido, el famélico blog fue relegándose al olvido, buscando una excusa para retomarse, para justificarse, para abandonar esta huelga involuntaria. Porque es cierto que cuando comenzó tenía unos objetivos y un fin que el tiempo ha desdibujado y alguna experiencia personal ha contribuído incluso a afear; y sin embargo, aquí sigue, tras boquear nuevamente, con la ambición reducida, amputada a golpe de tijera que ya no sabe uno si es moda o tendencia, si fruto de la necesidad o de la firme y férrea voluntad... ¿Y ahora qué? sale del coma, justo a tiempo para contemplar nuevos proyectos, para recuperar viejos ideales, para mantener esa invariable función de ser lienzo o papel virtual que recoge, como un tamiz, mis obsesiones, pensamientos, ideas, excesos y defectos. Fiel al espíritu de los tiempos, pero también a la obstinada determinación de los eternos. Señoras y señores, el muerto resultó estar aún vivo