martes, 22 de febrero de 2011

Un anuncio de Coca-cola y su contraanuncio

Hace unas semanas cuando vi por primera vez este anuncio de Coca-cola me tuve que quitar el sombrero ante tamaña argucia de tergiversación. Pensé "¿Y ahora cómo convences tú de que la Coca-cola es mala?". Ya lo dicen algunos con sorna, muchos de los creativos publicitarios deberían estar entre rejas. No añadiré que de dónde vengo académicamente, supongo que por cohabitación del espacio, una de las cosas que aprendes es a desconfiar de esos tipos publicistas que van (o iban), como mínimo, en traje y corbata a la universidad.


Esa desconfianza, en algunos profesores - supongo que periodistas fracasados o renegados, una mala combinación - alcanzaba las cotas de auténtico rencor: "Los publicistas tienen la mente más sucia que muchos pornógrafos, y además son todos cocainómanos". Sirva esta perla, proferida por un catedrático ante unas ciento treinta personas en una clase cualquiera érase una vez en la facultad de Ciencias de la Información de la UCM para ilustrar lo que digo. El caso es que el anuncio, pese a las connotaciones, es, simplemente, genial. Supongo que por eso algún particular con dotes de creativo (o un creativo publicitario renegado, quinta columna de la decencia) ha elaborado este cotraanuncio:


Aunque no tenga el mismo impacto ni la misma difusión que el original (a ver cuánto tarda Coca-Cola en hacerlo desaparecer de youtube), el mensaje llegará a los que tiene que llegar. Magia de la comunicación persuasiva.

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Lunes?

Los lunes, ese día maldito por la rutina. Coincidiendo con la vuelta del sol, me había propuesto quitarme tareas pendientes. En esas estaba cuando sonó el teléfono. Tras cogerlo, la voz de una chica preguntando por alguien con mi mismo nombre. Mosqueado y a la defensiva, no vaya a tratarse de la enésima operadora que llama para contarme las excelencias de la compañía telefónica a la que representa, respondo que especifique a cuál de ellos se refiere (ya sabéis, esas brillantes ideas de esos progenitores que, no contentos con haber perpetuado su existencia y para que quede claro la autoría del hecho, deciden bautizarte con su mismo nombre sin consultarte). Especifica: "Llamo de la compañía X y quiero hablar con el sujeto que contestó hace 6 meses a unas preguntas en una encuesta sobre hábitos de consumo. ¿Es usté?" "Supongo" contesto.

Así que me hace una serie de preguntas sobre la situación económica del país, entre las que destaco la siguiente: "¿Cree que el aumento del precio de la vivienda en España el año próximo será: mayor, menor o igual?". Destaco la pregunta porque, al responder con la opción "menor", la chica me insiste para aclarar: "Entonces, ¿cree que bajará el precio?". Intento explicarle que no, que lo que quiero decir es que el aumento con respecto a este año será menor, lo cual no significa que vaya a disminuir el precio; una respuesta, por otro lado, que no puedo dar tal y como su pregunta está formulada. A veces me pregunto por qué me molesto...

Justo cuelgo el teléfono que se encuentra en la planta baja de la casa, cuando oigo el móvil en la primer piso. Carrera que me pego. Una vieja/nueva amiga a la que he visto dos veces en mi vida. Hay que ver cómo la sociedad de la información redefine las relaciones sociales. Yo, que de natural soy arisco por teléfono (o que por teléfono soy arisco de naturaleza, lo que mejor les suene), lo cojo tras la carrerita de marras escaleras arriba para escuchar un "Hola, ¿qué llevas puesto?". Maldita sea, esa es una de mis frases preferidas por teléfono, algo que no le he dicho, en parte porque, tras la carrera y el hecho inusual de que reciba dos llamadas en menos de 30 segundos de separación sin que sea la misma persona, estaba bastante confuso como para reconocer la voz de primeras. "Paya-Lahaya", contraseña con poder evocador suficiente para caer en el acto. Desilusión, porque el interés sobre mi atuendo pasaba de tener un posible carácter erótico-festivo a un más que probable marcado cariz lúdico-humorístico. El destino se burlaba de forma prospectiva: cinco horas después mi padre aparecía con una webcam bajo el brazo que podría haber estrenado con un uso muy diferente si el citado cariz de la pregunta hubiera sido el esperado inicialmente. En fins.

Decía, con la arisquez en PH ácido, una vez resuelta la duda sobre la autoría de la llamada de marras, me debato entre la convención social que dicta entablar una introductoria e intrascendente conversación y la segunda duda que surge una vez solventada la primera: ¿para qué coños me llamará esta mujer? Pues andaba ganando el pulso la segunda predisposición cuando ella misma ha hecho tal pregunta en voz alta: "¿Te preguntarás para qué coños te llama esta mujer?". Total, que me llamaba para invitarme a un guateque-cumpleañero en su casa. Sorpresa, alegría, reflexión y tristeza en 1,5 segundos. Todo expresado con el mismo significante (un circunspecto "mmmmmm" que no sé cómo habrá sonado al otro lado de la línea) haciendo gala de la riqueza semántica de los signos. Sorpresa, por la invitación; alegría, porque se acuerden de uno para estas cosas; reflexión, cuando he caído en que no sabía si tenía la fecha libre; tristeza, al comprobar que el finde en cuestión tengo otro compromiso.

Pero qué quieren que les diga, la tristeza ha sido fagocitada por la satisfacción general después de la llamada. Y es que, seamos serios, ¿a quién no le gusta empezar un lunes con una desconocida que te pregunta de forma insidiosa qué llevas puesto?

sábado, 19 de febrero de 2011

Febrero de perfil bajo

Me vais a perdonar que tenga esto patas arriba. Me gustaría decir que lo tengo abandonado porque hay muchas cosas por hacer, un lío que no veas, etc. Me gustaría soltar alguna de esas excusas, pero sería faltar a la verdad. Simplemente, no apetece. Es mirar al exterior, ver caer la lluvia de forma acompasada, como un metrónomo, y acabar por cortar el flujo que permite a los dedos concretar con pulso preciso un golpe de tecla que plasme en la pantalla la letra precisa de la precisa palabra de la frase precisa de un preciso pensamiento.

Ayer mismo iba a escribir sobre los últimos discos de P.J. Harvey y Radiohead, para cubrir con el ratio mínimo de actividad a la que se reduce este blog en determinados momentos: la de vídeo musical + ligero comentario. Pero fue darme un paseo por el blog de amigos habituales y darme cuenta de que se me habían adelantado, con mejor o peor ejecución, pero igual intención. Cuando algo así sucede y encima soy consciente de ello, el terrible peso de la navaja de Occam cae sobre mí (ya sabéis, ese principio que dice que "cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja"). Como soy incapaz de simplificar, prefiero no incidir en lo ya escrito, redundar en lo ya expresado. Lo estoy volviendo a hacer.

Me gustaría escribir sobre aquello que viví revisitado, como aquella (una muy buena entrada, por cierto), pero hace tiempo que no revisito nada o al menos no nada lo suficientemente interesante. Me hubiera gustado escribir sobre la copa del rey, sobre el all-star weekend, sobre Bahrein o sobre las dos últimas ponencias del curso de postgrado al que asisto los fines de semana, donde se habló de ONGD's y donde se planteó lo que encuentro un problema bastante interesante: la enorme fractura social que existe entre estos organismos y el grueso de los ciudadanos. Una vez más, supongo que no lo encuentro lo bastante interesante.

También me gustaría escribir sobre el privilegio autoimpuesto de personas que no se toman ni siquiera el tiempo necesario para conocerte de forma sucinta a emitir un diagnóstico sobre tu estado de ánimo o sobre tu situación personal. El 99,9% suele ser un diagnóstico erróneo, claro está, al menos desde mi punto de vista. Eso me lleva a creer que en general, hay tantos licenciados sin ejercer como gurúes/psicólogos/sabelotodos ejerciendo sin titulación.

Me pregunto si, como Superman, el sol no tendrá algo que ver en la apatía que me provoca - a lo que habría que sumar ciertas dosis de pereza, por qué no decirlo - el sentarme a escribir la primera chorrada que se me pase por la cabeza. Si no tuviera ínfulas de divo y unas entrañas con vocación comercial, ni siquiera me plantearía el escribir algo. Lo triste es creerse de verdad que uno se debe a su público.

viernes, 11 de febrero de 2011

Melancólica desolación

"Desolación" porque he estado una semana sin poder actualizar el blog. Cosas de la obsolescencia programada, esta sociedad de bienes de consumo que tenemos y un ordenador que dijo "basta" hasta que se le cambió una pieza.

"Melancólica" porque hoy es viernes, toca música y voy a poner un tema de los setenta, del pasado, como casi todos los temas que integran esta segunda lista spotify que desde ¿Y ahora qué? confeccionamos mes a mes. Se trata de Lou Reed y un corte de su álbum Berlin. Men of good fortune se llama.



La lista de la que hablo en el párrafo anterior, aquí, por si os apetece escucharla. Sin más, que paséis un feliz fin de semana

jueves, 3 de febrero de 2011

De revoluciones lejanas

A día de hoy hasta los medios de comunicación mayoritarios "celebran" las espontáneas muestras de protesta que intentan derrocar mandatarios en diversos puntos de ese lugar que en realidad es un término poco claro como es "Oriente Medio". Tras un silencio prolongado por ese rasgo de la diplomacia que impide decantarse hasta que la cosa está bastante clara, quizá unido a la prudencia de evitar retratarse antes que el todopoderoso mandamás del cotarro mundial, Mr. President of USA (interpretado de un tiempo a esta parte por el Nobel Barack Obama), con bastante probabilidad ese anuncio dilatado por acuerdos comerciales preferentes y demás parafernalia que divide dictaduras en "malas malísimas" y "democracias endebles", siendo las primeras (Cuba, Irán, Venezuela, Corea del Norte...) un peligro para la humanidad pero las segundas (Egipto, Libia, Túnez, Guinea Ecuatorial...), un tema tabú (porque "democracias" con dirigentes que llevan más de 8 años en un país, qué quieren que les digas, son de todo menos "democráticas")... decía que tras un silencio prolongado, hoy desde Europa 5 mandatarios han emitido un comunicado donde expresan su parecer sobre los últimos sucesos en Egipto.



Mientras en la "civilizada" Europa, una continua supresión de derechos a los ciudadanos en beneficio de una clase dirigente, principal causante de la situación económica de precariedad actual con niveles de desempleo insostenibles entre otras cosas, se celebra con palmaditas en la espalda entre esos mismos dirigentes, quizá felicitándose porque casi 60 años de "Estado del bienestar", con sus altos y sus bajos, han conseguido desmovilizar hasta tal punto a la ciudadanía que cualquier mutilación de los derechos que sus abuelos pelearon a veces con la vida simplemente provoca indiferencia. Es lo que tiene la anestesia generalizada. Así que celebremos lo que en determinados países hacen, ya que a nosotros hace tiempo se nos olvidó lo que es movilizarse por hacer que las cosas mejoren.