miércoles, 28 de julio de 2010

Unos cines

Durante la semana en Madrid también aproveché para quedar con la Juli, una gran amiga y lectora asidua de este blog con la que últimamente coincidio bastante poco por vicisitudes varias. Después de esperarme la pobre media hora - perdí la noción de las horas hablando con ex compañeros de mi etapa ibemera - y tras tomarnos unos acuarius en el Vips de la plaza de Cubos, decidimos ir a ver una peli en versión original. La elección estuvo limitada por razones de agenda (yo había quedado más tarde). Al final la elección se redujo a una disyuntiva entre Nothing personal y London River. Lo echamos a cara o cruz y ganó la segunda, pero por la temática (dos personas que se unen en la búsqueda de sus respectivos hijos que han desaparecido en los atentados del metro de Londres de 2005) me resistí hasta el punto de jugármela a la última carta. "Le preguntamos a la taquillera y lo que ella diga" le dije a Juli lo suficientemente alto como para que la taquillera lo oyera pero manteniendo un tono de voz bajo para que no se lo tomara como una invitación. La taquillera habló: "Siempre Nothing personal" y eso fue lo que hicimos, ya con las entradas sacadas para la otra, la taquillera nos las cambió gentilmente para ver el debut de Urszula Antoniak en la dirección.



En honor a la verdad he de decir que el ritmo lento de algo más de la primera mitad de la película unido al insomnio que me acompaña de un tiempo a esta parte provocaron alguna que otra cabezada. Hasta que cambió el ritmo de la narración y los personajes (porque esta historia se apoya en dos personajes atípicos), una "vagabunda" - interpretada por la holandesa Lotte Verbeek - arrojada a la aventura por las circunstancias y un "ermitaño" - cuyo papel le corresponde al norirlandés Stephen Rea - que ha elegido la vida en solitario por cuestiones personales, cambiaron la relación que hasta ese momento mantenían. El resultado es una historia de conocimiento mutuo y un desenlace que deja perplejo al espectador con más de una pregunta en el aire. Una de esas pelis "rarunas, rarunas" que descolocan e impiden emitir un juicio claro sobre la misma.

Esa misma noche y aprovechando que no llegué muy tarde a casa de mi tío, me vi My blueberry nights, del genial cineasta chino Wong Kar-Wai. Me habían hablado bien de la peli y no me defraudó. Es la historia de un viaje espiritual que la protagonista, Norah Jones, realiza tras sufrir un desengaño amoroso. En su periplo se topará con diversos personajes con los que compartirá momentos esenciales en la vida de estos. El sello personal del cineasta, las interpretaciones de Norah Jones, Jude Law, Rachel Weisz, David Strathairn y Natalie Portman y el ritmo narrativo hacen que la película sea intensa a la par que entretenida.



Dos películas sobre las relaciones humanas, ambas pertenecientes al denominado "cine independiente" y con facturas muy personales. Sin embargo, de las dos solo recomendaría la segunda. Sigo pensando que a Nothing personal le falta algo para terminar de convencer.

AÑADIDO 10:19

A todo lo dicho de My blueberry nights, añadir la banda sonora, una sucesión de temas de jazz, soul y Rythm n' Blues impresionante: escuchar en spotify

2 comentarios:

Juli dijo...

Pues a mí me gustó 'Nothing personal'. Pero igual que me gustaron 'La soledad' de Jaime Rosales o 'Falling in love' con Meryl Streep y Robert de Niro. Me encantan las películas lentas, qué le vamos a hacer.

Txetun: dijo...

Y a mí El último emperador, Rompiendo las olas, Apocalypse Now Redux, El Padrino I y II, 2001: una odisea en el espacio...

No es cuestión de películas lentas o rápidas, es cuestión de ritmo (un ejemplo, Michael Bay no tiene ni puta idea del tempo de una película, sus filmes son vertiginosos, pero a mí me aburren: ¿Por qué? cuestión de ritmo otra vez).

Por cierto, no he dicho que no me gustara, ojo; simplemente y conociendo al público que me lee, no la recomendaría, a pesar de que me gusta mucho Stephen Rea haga la película que haga, la historia la vea interesante y la fotografía sea espectacular en algunos momentos.

A ver si no tergiversamos, que luego con decir que los periodistas son los que manipulan... :-P