domingo, 22 de mayo de 2011

Oda a mi musa del vapor

Oda a mi musa del vapor

Apareciste, cotidiana, a una hora cualquiera,
plancha en mano, chándal descosido,
mirada sonriente y pelo recogido.
Apareciste, para quedarte (o lo que fuera).

Alisando, a golpe de vapor,
horadaste los cimientos de la monotonía:
mi vida se derrumbó para surgir al tercer día.

Y fue así que te ceñiste – por sorpresa,
de improviso y con súbita alegría –
la tiara que corona la musa de la poesía.

Apareciste, cotidiana, a una hora cualquiera,
verso en mano, corazón raído,
pelo suelto y el tiempo asido.
Apareciste para quedarte con tu sonrisa por bandera.

(Jose A. Huertas)

No hay comentarios: