Los pasados 13 y 14 de Mayo la ONGD "Cultura y Cooperación al Desarollo" (CUCO) celebraron unas jornadas sobre Derechos Humanos enfocada a actores de desarrollo - esto es, miembros de ONGDs, trabajadores de Instituciones relacionadas con Cooperación, personas que trabajan con DD.HH... - en el centro universitario de Plasencia. El evento, que generó cierta repercusión mediática porque iba a ser la primera aparición pública de la secretaria de Estado para la Cooperación, Soraya Rodríguez Ramos, después del tijeretazo del Gobierno en las partidas para Cooperación, contó además con la presencia de diversas personalidades relevantes en los ámbitos del ejercicio del derecho, la universidad, ONGs y hasta con una representante de ACNUR, el organismo de Naciones Unidas que se encarga de los Refugiados. La secretaria de Estado finalmente no acudió.
Dos días agotadores, que sirvieron para encontrarme con alguna gente del Curso de Cooperación al Desarrollo. Entre las ponencias que más me llamaron la atención, la que el secretario general del Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África (IEPALA), Enrique Santiago. El señor Santiago, muy crítico en todo momento con el gobierno y la oposición de este país, habló de las acusaciones populares en la defensa de los Derechos Humanos Internacionales. Entre los temas que abordó en su ponencia habló de los hitos que la justicia española protagonizó para la Justicia Internacional en materia de Derechos Humanos con los casos contra las dictaduras chilena y argentina, así como del retroceso que la reforma 1/2009 de 3 de noviembre en la Ley Orgánica del Poder Judicial, llevada a cabo por acuerdo de PP y PSOE en el más absoluto silencio y con la muda aquiescencia de los serviles grupos de comunicación de turno (para sacar al país de la crisis no hay acuerdos, pero para restringir libertades no tienen ningún problema unos y otros en comulgar bajo la total connivencia de quienes se supone deben ejercer una función de control...) significó para España en esta materia. Habló también de la lamentable pantomima a la que se está obligando a participar al juez Garzón, o de cómo un país como España, que va de adalid de los Derechos Humanos, los incumple de manera sistemática en cierto invento llamado "Centros de Internamiento de Extranjeros" donde no se garantiza ni aquellos Derechos Fundamentales y Libertades Públicas que la Constitución Española sí garantiza a los que disfrutan de detención en los centros penitenciarios.
Cuestiones como "Derechos Humanos emergentes", "Soberanía Alimentaria", "Asilo político"... fueron tratadas en las jornadas. En general fueron dos días bien aprovechados, donde se dieron unas nociones básicas de hacia dónde discurre la situación real del respeto a los Derechos Humanos en el mundo, situación real que en casi nada coinciden con el diagnóstico que desde los medios mayoritarios se nos suele ofrecer.
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