Ya he explicado en alguna ocasión lo que es un crossover, así que no me detendré más en ello. Todo comenzó un lunes cualquiera, el de la semana pasada por ejemplo. Txetun, ese personaje que protagoniza crónicas más o menos plausibles en este blog de ficción, decidió emigrar por un corto espacio de tiempo a Madrid. Cuando las alas de la noche te envuelven en ese manto reservado al terror-pánico y las paredes se derrumban con cada pálpito de tu mente, día sí y día también, lo mejor es huir, aunque sea durante un breve lapso. Así Txetun se fue a un universo paralelo y bien conocido antaño, con la excusa de echar una mano a cierto tío carnal. Hasta ahí todo trascurría como un serial más de la vida del Txetun ficcional; pero hay personajes y personajas que acaparan el protagonismo más allá de su espacio de expresión, ya sea a través de cameos en comentarios, ya sea a través de alusiones intertextuales en los comentarios de su propio blog. Lo malo es cuando el personaje en cuestión se te revela, salta de las páginas de su blog, decide coger un autobús donde tú estás ya subido con cierto tío carnal e irrumpe realmente trascendiendo el marco de la ficción. Y así, mientras el alter ego real de Txetun y su tío viajaban rumbo al Paseo de Extremadura cargados de bolsas, el alter ego real de la Tremolina esperaba en la marquesina pacientemente a encontrarse con el destino. ¿Emboscada? Pregúntenle al narrador omnisciente.
- ¿Dónde vas, M.?
- ¡Hombre! ¿Qué haces tú aquí?
- Me he venido esta semana porque mi tío está arreglando la casa y bla, bla... Tenía pensado llamarte pa tomar algo mañana o pasado.
- ¿Pero de verdad o porque es lo que siempre se dice cuando te encuentras con alguien?
La respuesta a esa pregunta nunca la sabremos con certeza, porque es cierto que tenía pensado llamarla, pero una cosa son las intenciones y otra bien diferente los hechos. Escaso diálogo en el bus, despedida acelerada y promesa de quedar en quedar para el día siguiente. Y ese fue el inicio del crossover real que el señor Txetun y la Tremo llevaron a cabo en la capi, con conocimiento previo de "el que la acompaña" que es un señor muy majo en casi todas las ocasiones salvo aquella única vez que, estando el señor Txetun delante, gritó a una señora que bajaba del autobús y que lo increpó con la única ambición de demostrar que era muy maleducada. Cualquiera hubiera hecho lo mismo. Cosas de la causalidad que tuviera que presenciar lo que en palabras de la Tremo ha sido el único arranque de ira del señor que la acompaña. El resto, unas risas, un refresco cerca del Alto de Extremadura - a falta de horchata -, un paseo por la casa de Campo y varias preguntas a quemarropa de esa que se define con un "...empieza en el suelo y acaba más arriba, delgada como ella sola, cegata como sólo también ella, de edad moderna tardía, tirando a contemporánea, que dijo uno", entre las que destaco esa que ningún periodista se ha atrevido a hacer a ningún entrevistado en la historia de este país: "¿Usté se ha ido alguna vez de putas?". Eso es literatura, pero qué quieren que les diga, es a lo que se expone uno cuando decide pasear por la casa de campo. :-D
3 comentarios:
No me lo puedo creer, otra vez aquí.
Comprenderá que lo matice hasta la extenuación. So sátrapa.
La verdad es que sí: 5 millones de habitantes y me tengo que tropezar con usté. Esto no es ni bueno ni malo: sólo curioso. El que me acompaña, sin embargo, tiende a encontrarse con gente natural de su pueblo, de 3.128 habitantes, con bastante frecuencia. Algo que, como diría Sacau, deja a la ciencia estadística hecha unos zorros. Pero a mí eso no acostumbra a pasarme.
Sobre el que me acompaña, tampoco es que le gritara. Es más bien que desplegó frente a la señora gran parte de su capacidad pulmonar. Que yo misma desconocía. Al parecer, la señora y él se tropezaron al salir, él dijo perdón, ella ni lo miró y a los tres pasos lo increpó así de esa forma tan fea de decir cosunas sin mirar a la gente tipo "desde luego, qué maleducados son algunos". Y ahí fue donde en un arrebato hasta la fecha desconocido, El que me acompaña se arrancó por soleares con un "He dicho P-E-R-D-Ó-N, señora!!!!", frase esta acompañada por un "subnormal!" a lo bajinis entre dientes.
Todo esto me lleva a pensar que la reforma del hogar lo está afectando también a él.
Quisiera también hacer constar que lo de las putas lo pregunté efectivamente por el contexto y por hablar. De haber ido al zoo (como yo muy sutil e ineficazmente propuse), le hubiera preguntado si ha tenido usté alguna vez perro. Con el mismo interés, créame.
Pero también se lo pregunté porque entendía yo que no se iría uté a escandalizar.
Jafuda no se asuste que si me lleva al Embat ese sabré adaptar el comportamiento a la situación :D.
PD. Fatal que me se refeira usté con una inicial que no es la mía.
PD2. Su tío me gusta mucho. Es de esas personas que, muy a su pesar, me seguiría gustando aunque yo le cayera rematadamente mal.
¿Quién ha dicho que me escandalizara? ¿Acaso no contesté sin ambages? Como ya he justificado, la culpa fue mía por elegir el lugar. Como bien apunta, su pregunta estuvo provocada por las circunstancias y por una falta de mecanismos "corteses" en la conversación (que es lo que caracteriza las conversaciones entre amigos). Antes de que puntualice al respecto, que la veo venir, le sugiero que consulte los estudios de la escuela de Palo Alto sobre comunicación interpersonal, especialmente los escritos de Watzlawick y Goffmann para entender que no digo que usté no sea cortés, que lo es).
Como bien explico, sita Tremo, yo me crucé con su alter ego real, que sí obedece a esa inicial (de hecho, si recuerda el encuentro, la llamé por su nombre de pila para, acto seguido, preguntarle a dónde se dirigía sacándola de sus cavilaciones que seguramente tendrían que ver con reformas y obreros y sanitarios); cosa distinta es que su papel de ficción esté empezando a ganar enteros a su yo real, como le pasó a Bela Lugoshi que llegó a creerse Vampiro. Hágaselo mirar. :-P
Como yo me haga Tremolina me veo por la calle con unas plumas inmensas y fucsias en plan Pasapoga.
De Watzlawick sólo sé que explica muy bien cómo no acabar desayunando corn-flakes toda la vida.
Publicar un comentario