miércoles, 3 de agosto de 2011

1/Agosto/2011

Torre de Marfil


A veces apetece encerrarse,

ignorar lo de fuera entre cuatro paredes,

abstraerse al entorno y evitar con renuencia

los envites continuos de la vida en directo.

Como hoy, encerrado, invisible, innombrable,

suscriptor absoluto del torrente del tiempo,

solitario guionista del monólogo mudo

que en descuido inocente se transforma en diálogo.

Como hoy, atrincherado en lo alto del ego,

formidable enemigo del deseo gregario,

numantino eremita que cultiva el silencio

en la torre marfílea un discreto domingo.

(José A. Huertas)

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