Es por eso que sigo a Iñako en Twitter. Pues hace un par de días en ese mismo lugar me topé con una respuesta a una pregunta de otro seguidor que me extrañó. Reproduzco el contenido cambiando el formato de twitter (donde la respuesta va antes que la alusión al usuario que pregunta y su pregunta):
Pregunta: ¿que porcentaje de enchufismo/ser bueno hay en tu profesión?
Respuesta de Iñako: Poco enchufe. Somos muchos y hay poco curro, eso selecciona
Me resultó un poco chocante la respuesta por simplista (por otro lado, dada la naturaleza del invento de la ballenita, era de esperar). Con la esperanza mermada ya que había hecho alguna pregunta a Daimiel por Twitter y nunca obtuve respuesta, le pedí que lo matizara.
Pregunta Txetun: ¿Poco enchufe porque somos muchos y eso selecciona?
Respuesta Iñako: Lo q yo veo: enchufe logra beca, luego 30 para 1 sitio. Se queda el mejor
Nada que reprochar porque está claro que en el caso del señor Díaz-Guerra, que como ha manifestado estudió publicidad y no periodismo (ya saben lo que opino al respecto, que no hace falta estudiar periodismo para ser un buen periodista), ha demostrado bajo mi punto de vista tener las cualidades para ocupar el puesto que ocupa. Sin embargo no creo que sea siempre así. Para empezar el sistema de acceso a estas becas, muchas veces mediante acuerdos empresas - centros universitarios. Pondré como ejemplo los dos meses que estuve con una "beca de colaboración" en cierta agencia de prensa, donde tenía a un jefe que era un completo inútil (e Izzy, que "heredó" mi puesto cuando lo dejé, podrá confirmarlo). No sé cómo llegó allí, pero seguramente entraría mediante beca de prácticas. Justo cuando yo me fuí, oí que la Agencia había cerrado un acuerdo con universidades privadas para empezar a nutrirse con estudiantes de las mismas, cerrando el acceso a estudiantes de universidades públicas. Aún así, de los que allí estuvimos al final hubo gente que se quedó y otra que se tuvo que marchar. No creo - porque estuve trabajando con ellos - que los que se quedaran lo hicieran por tener un nivel superior a los que nos tuvimos que ir. Más bien se trató de un proceso consistente en quién tenía más recursos económicos para sobrevivir en Madrid con un sueldo de mierda y aguante para durar lo suficiente cobrando poco y currando como el que más sin que se le agotara la posibilidad de estar con ese tipo de beca (por razones como un límite en la renovación) se quedara gracias a un golpe de suerte que hiciera surgir una plaza libre. Demasiados factores de azar. En todo el tiempo que estuve allí, no conocí a nadie que no hubiera entrado - incluso con beca - a través de un amigo o del amigo de un amigo (o porque el jefe de sección de turno encontrara a la candidata lo suficientemente atractiva, que también pasa).
Desgraciadamente y aplicando mi experiencia personal (donde los únicos trabajos o becas han llegado a través de amigos y, por tanto, por enchufe), discrepo abiertamente de las opiniones del señor Iñako en este caso concreto. El problema es mucho más complejo que todo esto y tiene que ver con la continua persimidad de sindicatos y gobierno, la escasa organización de los profesionales de los medios y la creciente animadversión que la sociedad profesa contra un sector profesional que a principios del siglo XX gozaba de cierto peso en la vida política e ideológica pero que hoy está sometido al yugo de un mercado diseñado, precisamente, para quitar esa influencia a este sector (los principales medios de comunicación tienen intereses económicos y amiguismos políticos que acaban marcando la "línea editorial" de sus trabajadores, obviando la "cláusula de conciencia" que se reconoce a este sector profesional; los medianos y pequeños medios dependen de subvenciones gubernamentales que suelen concederse de manera condicional).
Es cierto que los casos concretos de la prensa deportiva y la prensa del corazón difieren y cuentan con sus mecanismos propios (aunque haya fenómenos comunes). Tanto es así que algunos "periodistas" de medios generalistas o especializados reniegan abiertamente de los profesionales que trabajan en aquellos tipos de medios. Se habla mucho de "dignificar la profesión", de la consecución de sueldos dignos y demás, pero a la hora de la verdad, se actúa bien poco. Y es que, y en esto coincido con Iñako, somos muchos (que habría que analizar el porqué hay tantos licenciados en ciencias de la comunicación y tanta universidad privada adscrita que concede el título), y los que no tenemos trabajo llegamos a unos grados tales de desesperación que en cuanto nos topamos con un puesto vacío, tragamos con lo que haga falta y nos olvidamos de todas esas reivindicaciones que oíamos en la facultad y que recuperamos cuándo se nos niega el acceso a un puesto de trabajo. No creo que en eso haya nada de "selección natural", querido y admirado Iñako (si lees esto, un abrazo, por cierto).
2 comentarios:
No creo que sea cuestión de ser mejor, aunque tener cualidades puede ayudarte, claro.
En mi opinión es una mezcla (como en cualquier trabajo) de suerte, ser válido, currártelo y estar espabilado.
Si pudiera volver atrás no haría tanto el canelo como lo he hecho. No me hubiera pasado tanto tiempo en la cafetería ni cogiendo prácticas de mierda porque al menos tenía algo de pasta.
En resumidas cuentas, no hay nada más que ver a los medios de hoy en día para darse cuenta de que no siempre se quedan los mejores.
Izzy
PD: la agencia decidió no coger a chicos de la Complu por su falta de formación. Lo que no me extraña
A la Pd. Pues que yo sepa, al pringado de turno que teníamos de jefe le hacíamos el trabajo 4 chicos de la complu. Y me parece de vergüenza que a una pública, a la que se supone llegan los mejores por nota de corte, se le ningunee. No he conocido todavía a nadie de una privada que esté mejor preparado que yo para ser periodista (que crean que sí, muchos, pero esas cosas hay que demostrarlas).
Un abrazo.
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