viernes, 23 de octubre de 2009

De Viernes y el talento de Mr. Frusciante

Por lo visto hoy es viernes. El propio Señor Viernes ha venido a recordármelo y es que, como el otro día confesaba en twitter, de lunes a viernes veo quintillizos; sábados y domingos, gemelos siameses. El caso es que ha tenido que venir el mismísimo señor Viernes para recordarme que hoy toca vídeo. Y claro, así sin esperármelo, he tenido que tirar de improvisación para elegir la música. Cuando pasa eso, uno tira de los amigos, como cuando alguien en la redacción te dice: "podríamos hacer un reportaje sobre..." y tú con un automatismo propio de acólito abonado a la ley del mínimo esfuerzo - que pa eso estudiaste lo que estudiaste - empiezas a hacer un repaso mental de los familiares y amigos para ver quién da el perfil. Con la música pasa lo mismo, hay grupos que son como de la familia. Algunos porque los llevas escuchando desde hace años, otros porque han estado en momentos cruciales de tu vida. Pues yo he cogido uno de estos para salir del paso: Red Hot Chili Peppers.

Y eso iba a hacer, cuando me he acordado de una conversación que se produjo en un coche en pleno territorio portugués este verano. Dos amigos de la facultad y yo estuvimos una semana recorriendo parte de la costa portuguesa. Una de las grandes pasiones que comparto con esos dos amigos es la música. Uno es un guitarrista de éxito encerrado en el cuerpo de un señor con traje de diario. El otro es una especie de Risto-Mejide-vendo-productos en una productora multimedia multinacional. El caso es que en el coche hablamos de uno de los discos más infravalorados de la historia de RHCP, el One Hot Minute. La causa, que "Jack" Frusciante dejó la banda cuando ésta había alcanzado el éxito para irse a tocar fondo y luego subir a la superficie,cambiar de aires y desintoxicarse. En ese lance, el guapo de Dave Navarro suplió la baja, en un momento en que los Peppers, que habían estado casi diez años tocando en clubs de mala muerte, tenían que aprovechar la ola del Blood, Sugar, Sex, Magic y hacer caja por lo que pudiera pasar. El resultado fue un disco muy muy digno con auténticos temazos, pero denostado por los fans que querían a Frusciante de vuelta cuanto antes.



En la discusión salió a relucir la valía de uno y otro. El caso es que yo siempre he sostenido que Navarro es un crack,y que la comparación con Frusciante es una tontería porque cada uno es bueno en lo suyo. La razón que me haya acordado de eso está, quizá, en que esta semana he estado escuchando bastante The Empyrean, último disco en solitario de Frusciante. Un disco que empieza así:



Que Frusciante es un genio incomprendido es la impresión que siempre me ha quedado. Que Frusciante en solitario y Frusciante al servicio de los RHCP son como dos desdoblamientos divergentes e irreconciliables de una misma personalidad también lo tengo claro. Ahora bien, los discos densos y profundamente introvertidos del bueno de "Jack", son muy hardcore para el fan al uso de la banda californiana, lo que no significa que no haya creado auténticas obras de arte como este
Empyrean
. Feliz fin de semana.

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