domingo, 10 de enero de 2010

Miscelánea dominical

On the beach de Neil Young suena como hilo de cohesión de mis pensamientos. Un disco bastante acorde con el panorama: calefacción y luces acogedoras para ver a través de la ventana como caen los copos. Lo sé, cuando más del 60% del país está nevado, no impresiona demasiado. En 28 años de militancia placentina, he visto nevar en el terruño 3 ó 4 veces. La primera tendría como 5 años. Recuerdo que mi tío Felipe me sacó al páramo que por aquel entonces rodeaba la Data... recuerdo vagamente mis guantes rojos aferrando un puñado de nieve sobre un pastizal impoluto. Hoy esa zona ya no existe, es una de los frentes más activos de la expansión de la ciudad. A falta de problemas de espacio el "parqué inmoviliario" empezó a gestar unifamiliares y así la ciudad se ensanchó hasta provocar expresiones de los visitantes del tipo: "Pero es un pueblo muy grande"...

El hilo a veces se escapa de la aguja. Decía que está nevando en Plasencia, un hecho infrecuente dentro de las escasas probabilidades reales de que nieve en el 60% del conjunto del territorio nacional. Un hecho extraño que algunos ven extraordinario y otros solo el inicio de una serie de nevadas anuales cada vez más frecuentes con eso del cambio climático. Yo me abstengo. Todavía no tengo un juicio claro al respecto. Hay literatura suficiente a favor y en contra como para declararse en duda. En un tiempo en que parece que es delito no opinar sobre cualquier cosa, me declaro insolvente en aquellos temas en los que carezco de información suficiente para emitir un parecer.

Que nieve en Plasencia es casi tan extraño como que el atleti gane de goleada esta temporada. No es que me importe demasiado. Soy del atleti como parte de un intrincado conjunto de rasgos definitorios que me acerquen al ideal del antihéroe. Supongo que no lo he conseguido. Lo que sí he conseguido es una especie de ritual-tradición que me arrastra al televisor cuando el atlético de Madrid juega. No me gusta el fútbol, pero veo partidos del atleti. Quizá porque el atleti en sí mismo es el antiequipo de la antiliga del antifútbol. Ayer que ganó, no lo ví.

En definitiva, un finde atípico, sin la llamada habitual de uno de los colegas invitándome a unirme a la frascachela sabática (deduzco que no salieron o que hicieron un plan alternativo y fascinante, esos planes en los que siempre se olvidan de incluirme, como lo de irse a Nueva York por cuatro perras). Un finde para hibernar y contemporizar y ver pelis a mansalva. En fin.

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