Suena el despertador por tercera vez (las dos anteriores ya te has encargado de darle al botón de 10 minutos más, lo que en algunos puntos del planeta se conoce como función de "snooze"). Te pones en pie todavía dudando: dudando del día que es, dudando del mes en que estás y, sobretodo, dudando de la utilidad de despertarse a las 10, total, no tienes nada qué hacer...
Precisamente para justificar el "madrugón", buscas ocupaciones (y digo buscas porque, pese a tener cosas que hacer, esas las descartas para el día en que no se te ocurran más tareas y tengas que tirar de esas; es el fenómeno "recoger la habitación" de cuando tenías que estudiar para un examen). Entre las mías de hoy han sido leer la prensa y escuchar algún disco. He empezado con El País y, movido por la curiosidad, me he puesto el The Odd Couple de Gnarls Barkley
Un disco que, pese al renombre que esta pareja alcanzó con su trabajo anterior, St. Elsewhere, no ha tenido, creo, la misma relevancia ni difusión. Me quedo con una frase de allmusic: "En ocasiones, The Odd Couple es un disco más bello que su antecesor" y cambiaría la palabra "bello" (traducido del beautiful que puede significar tantas cosas) por "conmovedor" o "atrayente". En general lo veo un disco más completo, que recuerda mucho a la música negra de los 70 a la vez que suena a nuevo y refrescante, eso sí menos nuevo si lo comparamos con el St. Elsewhere, y ahí es donde este trabajo falla. Si además le sumamos la falta de "algún trallazo" tipo Crazy (o Daddy's gone), entendemos la falta de entusiasmo de crítica y, sobretodo, público. Aún así es muy escuchable.
En cuanto a los periódicos, qué quieren que les diga: que si ZP nos tiene sumidos en el paro, que si el PP tiene más imputados que el PSOE, que si pucherazo en Afganistán. Me quedo con un artículo del citado diario Público sobre un libro de Legs McNeil acerca del Porno de Hollywood, así, para desintoxicar y evitar el posible encabronamiento derivado del hecho de que los que mejor viven nos hablen a los profanos de cómo está la situación (señor Corbacho, que lo mismo deberían de mandarlo al paro una temporada para tener un conocimiento empírico directo de qué es eso tan abstracto de lo que hablarán el miércoles en el Congreso. Y es que hay una cosa que yo no entiendo: ¿cómo habiendo gente en paro que siempre ha desempeñado su trabajo de la mejor manera posible, ustedes no se quedan sin curro ni pa'trás, que en cuanto les largan de un sitio ya les están recolocando en otro?...)
Menos mal que nos queda el pan (de momento) y el circo, pero, ¡ojo! no me refiero al circo que montan las hordas capitaneadas por ZP y Marianín. Tampoco hablo de ese circo que se monta alrededor de Jorge Javier, La Esteban y cía (un circo, he de reconocer, bastante más divertido que el del Congreso de los Diputados, y que cuenta con la ventaja de que, salvo a los directamente perjudicados de los dimes y diretes, no afecta al "conjunto de la ciudadanía española" - expresión muy utilizada a la hora de hablar de terrorismo pero no a la hora de asumir responsabilidades, políticas, se entiende). Mi circo particular es el baloncesto. Siempre lo ha sido y de momento, creo que lo va a seguir siendo una temporada. Por eso estoy de suerte, porque al margen de políticos irresponsables, bandidos institucionales y dictadores democráticos, estas dos semanas que se avecinan me las pienso pasar disfrutando de Ricky, Navarro, Claver, Pau y Marc (¿quinteto titular que empezará el europeo?) y del resto del equipo porque, amiguitos, hoy empieza el Europeo (por si alguien no lo sabía) y si llevo años viéndolo, cuando no valíamos un mojón y nos eliminaban de mundiales en la primera fase de grupos equipos como China (tiro de hemeroteca para refrescar la memoria), más lo voy a ver ahora que, posiblemente, tenemos la mejor selección del mundo (esta sí y no la de fútbol, pese a quién pese y caiga quién caiga).
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