Me apetece empezar a lo monólogo... "¿Conocen el juego del póker? Quién no conoce el póker, ¿verdad? Ese juego que los americanos juegan con los amigotes para desperrar al más pardillo de ellos y que sirve para, mientras, hablar de los problemas de pareja o de trabajo. Y es que el póker, amigos, más que un juego para perder dinero es un acto de contricción con los allegados y no tan allegados:
- (Entrando desde la cocina) Eh, Mikey, ¡jodido cabronazo!, espero que hayas traído pasta. Me alegro que hayas podido venir a la timba con los muchachos pese a no haber hablado contigo más que una vez en el trabajo. Nos faltaba uno.
- Veo tus doce pavos y subo seis más. Por cierto, ¿os he contado que Katie y yo llevamos más de seis meses sin hacerlo? Creo que leyó en alguna revista que eso vendría bien a nuestro matrimonio.
- No voy.
- Los veo. Seguro que ha leído el mismo artículo de la Cosmopolitan que Karen, uno titulado: "Refuerza tu relación de pareja o cómo hacer que tu marido tenga las bolas como dos bombonas de butano...
(Lo sé, un pobre intento de guionizar a lo "King of Queens")
Pues bien, el póker, como las hamburguesas, se ha instalado en nuestras vidas y no planea dejarnos.
¿Quién no conoce a alguien que se ha quedado sin coche en una "timba" entre amigos? Antes la gente chateaba y jugaba al buscaminas para pasar el rato en el curro. Ahora las redes sociales y el póker online lo llenan todo. Es más, desde algunas redes sociales se puede ya jugar al póker. Un estudio realizado a través de los prestigiosos tests del facebook indica que incluir una aplicación de póker en esta conocida red social ha hecho que aumente la productividad de los organismos públicos en un 50%.
El problema de que la gente juegue al póker es que en realidad no saben jugar al póker; problema que no sería tanto si yo supiera jugar al póker y cuando digo jugar al póker me refiero saber jugar al póker lo suficiente como para poder hacer de las timbas entre amigos un medio de vida. Uno puede tirar de videoteca y jipiarse todas las películas para convertirse en un auténtico fulero, pero últimamente el estar desocupado me ocupa demasiado tiempo.
Mis amigos ahora quedan para jugar al póker. Pasamos de ir a los recreativos a salir de bares. De hacer botellón a volver a los bares. Y de los bares últimamente hemos vuelto a volver a pasar el rato jugando, pero esta vez al póker. Es como una regresión con variantes: en vez de fundirnos las quinientas pesetas de paga en unas chuches y en el Street Fighter, ahora nos gastamos quince euros en pedir la cena y echarnos las cartas. Sí, lo confieso, mis amigos quedan algunos sábados para jugar a este invento imperialista. Fijan apuestas con una cantidad mínima y se juegan los dineros con el desenfado del que tira monedas a una fuente. COÑO, SI AL MENOS JUGARAN EN SERIO. Que hasta cuando echábamos futbolines con 17 años había más tensión...
Amigos de amigos han participado en campeonatos internacionales de póker. Tengo conocidos que juegan asiduamente online. Incluso hay quién ha ganado ya alguna cantidad importante de forma semipro. Hasta hoy en día se televisan los campeonatos. Y hace unos años hacíamos bromas sobre los jubilados jugando a la petanca en los parques. Dentro de nada seguro que se pone de moda y hala, todos a ver los mundiales por la tele. Yo por mi parte, para adelantarme a esta posibilidad, ya me he apuntao con el equipo de jubilaos de mi barrio, no vaya a ser que de aquí a seis meses mis amigos cambien el póker por la petanca..."
2 comentarios:
Esto del poker... hay gente que luego imagina tonterias del tipo que si hay alguien a su derecha o izquierda le da buena o mala suerte aunque en lugar de jugar esten deseando irse a tomar unas copas...
Hay mucho colgao, sí... jejejeje.
Ahora, reincido en lo dicho: me lo pasé bastante bien por la novedad, aunque al las coronitas me salían por las orejas... jejejeje.
Publicar un comentario