martes, 30 de octubre de 2012
De vuelta
viernes, 19 de octubre de 2012
Taxi User
La principal característica del viaje a Encarnación fue el tiempo en ruta. Distancias asumibles que por la situación de las carreteras (caminos de tierra en ocasiones, tierra rojiza y dura que cuando recibe unas gotas de agua se convierte en un lodo rojizo y pastoso, sangre y saliva de la madre gea) se convierten en interminables condenas dentro de cafeteras rodantes. Para colmo, en Paraguay (y en otros tantos países), cuando uno agarra transporte público sabe cuándo sale, nunca cuando (o si acaso) llegará. Y en esas estábamos, volviendo de Encarnación a Villarrica, destino de la compi A., y luego hasta Coronel Oviedo para cambiar de colectivo (autobús) que me llevara de vuelta a Curuguaty. Bajarse del formidable esqueleto metálico mientras cambian el cartelito que anuncia del destino "Cnel. Oviedo" por "Asunción". Las terminales de bus en Paraguay pueblan sus dársenas con vendedores profesionales de cualquier cosa, incluidos los que te atrapan con su voz desde que sales en el bus hasta que te montas en otro bus de su compañía para seguir el viaje. "¿Asunción? ¿Asunción?" "Curuguaty, ¿sabes cuándo sale?". Tres posibles respuestas: ignorarte porque ese servicio lo ofrece la competencia, indicarte con el dedo o soltarte una ininteligible parrafada en guaraní y dejarte como al principio.
"Disculpe, ¿para ir a Curuguaty?" Coronel Oviedo, recordad, donde lxs niñxs y lxs perrxs sobreviven, donde los vendedores de billetes solo tienen el tiempo justo para informarte del destino del bus de su compañía y del precio del billete.Y así pasa una hora, hora y media, hora y tres cuartos... absorto en la frenética pero tranquila lucha por la supervivencia de la fauna de la terminal. Y en estas se acerca un chaval uniformado: "¿Curuguaty, señor?" "Sí, ¿viene el colectivo?" "No, pero hay un taxi que va para allá, acabo de mandar a dos personas, si está interesado..." "¿Y por cuánto me podría salir?" "¿Unos 60 o 70.000 guaraníes? El colectivo no pasa hasta las 9:30 señor"... 60.000 guaraníes a algo más de 1/5000 el cambio hace un total de 12 euros para un total de 200 kilómetros. Es eso o esperar 4 horas más después de dos días sin dormir apenas y un total de 22 horas en autobuses zombies. "Ok, me quedo con el taxi".
Así que el señor me da indicaciones, cruzo dos carreteras con tráfico demencial jugándome la vida dando muestras de lo aprendido en lo que va de estancia en Paraguay y tras mucho mirar veo el taxi... a medida que me acerco veo el asiento del copiloto ocupado y tres personas en la parte de atrás. Mi lógica cultural me dicta: "Bueno, será que alguno se baja, o si no vamos a ir muy apretaditos detrás". El taxista me da la mano, abre el maletero y yo dejo mi mochila. Mientras la suelto veo un colchón y oigo: "Entre". Instantáneamente entro... el coche arranca y entonces me doy cuenta que en el maletero, junto con un ventilador y varios macutos, viajo rumbo a no sé dónde... ¿Y si me están secuestrando? ¿Cómo puedo ser tan inconsciente? ¿Mando un mensaje a alguno de los compañeros de la mancomunidad para decirle dónde estoy por si sucede algo? En primera clase la conversación es animada, pero hay una barrera idiomática que me impide participar. Guaraní, yopará, qué-sé-yo. El cansancio, además, me sume en mis pensamientos, ahora mezcla de fascinación y éxtasis. El sol se está poniendo tras una interminable pradera donde pastan vacas.
Ese fue mi primer contacto con el taxi, pero no el único. Hace ya una semana planeaba una de las visitas obligadas: Iguazú. Conociendo el funcionamiento de estos taxis comunitarios, sumándole a ello que no hay autobuses que unan Curuguaty con Foz de Iguazú, con la ayuda del patroncito del hotel dónde tenía mi residencia en Curuguaty, volví a recurrir a los servicios de este tipo de taxis. Por 80.000 guaraníes Curuguaty - Ciudad del Este. Y a la vuelta de Iguazú, otro taxi salvador, en Cruce Carolina, donde me depositó un colectivo que hacía la ruta entre Ciudad del Este y Corpus Christi, al rescate del enésimo colectivo descompuesto, con 10 personas en un turismo (taxista, copiloto, mujer con hijo, servidor, señor taciturno en los asientos disponibles, y señor con dos hijos y señor preocupado por no perder el colectivo a Ype Jhu en Curuguaty, estos últimos hacinados en el maletero).
lunes, 8 de octubre de 2012
Niñxs y perrxs
Sé que faltan fotos para ilustrar la estampa. Estuve tentado de hacerlas, pero luego pensé que hasta los invisibles niñxs y perrxs supervivientes de la vorágine de la terminal en Coronel Oviedo merecen malvivir dignamente.
jueves, 4 de octubre de 2012
De Sanidad y Guaraní
Prácticamente no existe tradición escrita en guaraní, cuando se escribe se hace usando el alfabeto latino y cuando se indaga un poco sobre su uso, la percepción es negativa (quizá producto de los 40 años de dictadura, que es un hecho que sirve para justificar muchas de las situaciones actuales, sobre todo por parte de los extranjeros que he ido conociendo y que han pasado más tiempo en Paraguay). El guaraní se identifica con la ignorancia, el atraso, lo burdo... Fascinado por su musicalidad, por su profusión de sonidos y tratando de aprender todo lo que, con cierta sorna, intentan enseñarme aquí y allá todas las personas con las que me voy topando, me choca aún más ese poca significación, en un país que utiliza otros símbolos nacionales como la bandera o la "remera" de la selección nacional de fútbol con orgullo.
martes, 2 de octubre de 2012
El shopping como paradigma del desarrollo
Curuguaty no es Asunción. Su población se dedica, principalmente, al cultivo de soja. La soja da mucha plata, como dicen aquí. Usando un equivalente más familiar para, embebidos por la cultura audiovisual imperialista yanqui, que dirían Julio Anguita y similares, hombres sabios todos ellos por cierto, Curuguaty es a Paraguay como Texas pudo ser cuando se descubrió el petróleo: gentes con una mentalidad y una forma de vida de campesino tradicional que descubren, un buen día, que llueve oro. La diferencia es que el curuguateño no tuvo que cambiar ni sus costumbres ni su actividad productiva, sigue siendo campesino. Pero el estigma sobrevive: lo material como símbolo de desarrollo, aunque éste esté representado en cosas nimias como un carrito, el uso de la moto como símbolo y no como medio de transporte, la hebilla, la ropa... El curuguateño -y en general el paraguayo - trabaja duro, mucho más que cualquier español que conozco, y es capaz de simultanear varios trabajos, de renunciar a vacaciones, fines de semanas, horas... en pos de ese bienestar que es juntar más plata.
El fin de semana visité, en un viaje organizado por la Mancomunidad de Mbaracayú, la Reserva Natural del Bosque de Mbaracayú. Allí coincidimos los tres voluntarios expertos de FELCODE que andamos por estas tierras. El viaje estaba pensado para que hosteleros y otras personas invitadas pudieran conocer los atractivos de la zona. Entre los compañeros de estancia, estaba el hermano Thomas, un suizo que con una congregación religiosa llegó a Paraguay hace más de 20 años y aún sigue aquí. En el trayecto de la reserva a Ype Jhú, al pasar junto a asentamientos indígenas, el padre Thomas nos contó, nuevamente, un cuento sobre riquezas que esconden miserias, el mismo cuento sobre el que se ha sustentado la supuesta supremacía primero de Europa, luego de EE.UU. y así. Al ver zonas de cultivo de los indígenas preparadas, en su total extensión, para cultivar, nos dijo que habían abandonado el cultivo para el autoabastecimiento por las promesas de riqueza de brasileiros - curioso que en todas las culturas el mal siempre lo traiga el extranjero. La soja es la felicidad. La soja os hará ricos. Y los líderes compran las promesas, y dejan sus cosechas tradicionales por la soja transgénica que el brasileiro trae debajo del brazo. Y es entonces cuando, a veces, el indígena, que hasta que el brasileiro llegó, vivía abrazado a la madre tierra, decide extender sus tierras de cultivo en detrimento del bosque, hasta que vuelva el brasileiro con más promesas de plata a cambio de más soja...
Y así llegamos al shopping como paradigma de desarrollo, al dinero como sinónimo de opípara alimentación, a los bosques en peligro de extinción que necesitan refugiarse en inventos humanos como estas "reservas de la biosfera" y en esos cuentos de promesas de vidas mejores a cambio de las propias vidas. Pero cuando el shopping es la meta, a ver cómo convences tú a nadie de que consumir tanto es, está siendo, un suicidio colectivo.
viernes, 28 de septiembre de 2012
El poder de la palabra
Curuguaty tiene el encanto de las ciudades pequeñas 50.000 habitantes. Para Latinoamérica, casi un pueblito. Solo su avenida principal, 14 de Mayo, fecha de la fundación de la localidad y fecha del aniversario de mi mamá, Ña Rocío, ya que preguntan, está asfaltada. Las calles aledañas están empedradas y lejos de ese epicentro solo hay caminos de tierra, una tierra rojiza que levanta un polvo penetrante con regusto a desván. Todo Curuguaty está recubierto de una patina rojiza: sus perros vagabundos, sus personas motorizadas, sus coches de importación y las fachadas de sus negocios. Curuguaty, al margen de ideologías políticas, es colorada producto de su tierra, azul, producto de su cielo, y verde, producto de su naturaleza... Curuguaty, en el centro de su ideología, vive convulsa en los adentros, aunque a mí eso me llega muy amortiguado. Ningún paraguayo habla abiertamente de política conmigo y yo mismo, por contrato, no puedo pronunciarme políticamente. Pero es que, además, no tengo ni pajolera idea de política paraguaya. Por la razón que sea, Paraguay, para España, no es importante, así que casi nunca nos llega nada.
Tras la primera toma de contacto ayer con Curuguaty, hoy iniciamos propiamente la labor. La mañana comenzó con un curso de capacitación muy interesantes para hacer reservas turísticas. La tarde, a caballo entre la paz de la conversación con E. e I. en Curuguaty, y un viaje contrarreloj con mi "mentor" acá, el doctor S.S.I., periodista y abogado, asesor de la Mancomunidad de Mbaracayú y con el don de la palabra. De camino a Capiibary, en el departamento de San Pedro, por la carretera 10, con esa alfombra de vegetación a ambos lados de la carretera, esquivando vehículos, sorteando badenes, el doctor S.S.I, con esa voz radiofónica sudamericana, me ilustraba con ese estilo de huracán que le lleva a tener tres trabajos. Siempre respetando los límites de velocidad, basados en la capacidad de correr del vehículo - el del doctor solo alcanzó los 140 km/h -, llegamos a una sesión extraordinaria del consejo municipal, invitados para hablar de la Mancomunidad del Mbaracayú.
Empujados por las prisas al interior del consejo, se podía palpar la tensión. Invitados a tomar asiento hasta que llegara nuestro turno, asistí primero interesado a los sucesivos turnos de palabra de concejales, presidente y representante de la sociedad civil. Claro, aproximadamente el 70% de lo que se hablaba era en guaraní, con construcciones del tipo de Señor presidente, compañeros concejales (parrafada ininteligible de guaraní), por eso que (parrafada ininteligible de guaraní) oro (parrafada ininteligible de guaraní) muchas gracias. Llegó el turno de S.S.I, que supongo por deferencia a mí, empleó menos guaraní, quizá dejándolo en un 55 / 45 %. Y en esas estaba cuando, tras una larguísima alocución, combinando su radiofónica voz con sus dotes de procurador del reino - abogado -, daba gusto oírlo hablar, aunque no se le entendiese. Y así su intervención dio paso a los miembros del consejo y yo hacía rato que ya había desconectado, a pesar de que el asunto me interesaba por la naturaleza de los hechos - o por la naturaleza de los hechos que yo creía haber entendido.
Ahí andaba yo, pensando en las musarañas, cuando S. se gira y me dice que el ilustre consejo quiere oír mi historia, quiere saber el por qué de mi estancia en Paraguay. Y así fue como hablé, sin haber preparado nada y saltándome toda guisa de protocolo por desconocimiento, delante del consejo de la ciudad de Capiibary, una localidad situada a 60 kilómetros de Curuguaty, en el departamento de San Pedro, un consejo reunido de forma extraordinaria a la sazón de un Cerro protegido por su interés natural y una disputa sobre la explotación del mismo por parte de una serie de ciudadanos.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
25-S al otro lado del espejo
Recién llegado del evento del lanzamiento de un hotel en la reserva de Mbaracayu. Muchos recuerdos de Toronto y los compañeros de allí. No es en lo único que me recuerda a Toronto. La concepción reticular de la ciudad, el barrio dónde está el hotel y la oficina en Asunción, la cercanía y amabilidad de la gente...
Países, empobrecidos o enriquecidos, a veces tienen más en común de lo que creemos. La riqueza es cuestión de suerte y un país opulento puede caer con tanta saña como ascender. Fíjense España. Esa España de la que tanto presumimos, que tiene más en común con América Latina que con Europa. De dictadura a milagro económico, de pseudopotencia a estado fallido. Porque hacia eso camina España, hacia la falibilidad absoluta. Las pulgas dirigentes, del Rey al último de los consejeros de CCAA, se han dado cuenta de que el perro está flaco y se apresuran a rebañar. Ya sabemos que a perro flaco... Así que esto se colapsa.
Desde redes sociales me llegaba el enésimo ejemplo de que la policía ni protege al inocente ni sirve al ciudadano. Basta ya de ardor guerrero patriótico. Los familiares que se indignan y tratan de justificar el cuerpo, que ni lo intenten. Perros con placa que defienden a sus amos por las sobras de sus opiparos festines. Algunos, ni eso, se contentan con dar rienda suelta a sus impulsos psicopaticos. Vean las imágenes y ni se les ocurra insultar a los periodistas que las sacaron: poca violencia puede ejercerse con un micrófono o una cámara; sin embargo con porras, pistolas e impunidad ilimitada pasan cosas como las que se ven en las imágenes. El comportamiento de nuestras fuerzas policiales ayer es terrorismo. En virtud del precedente sembrado en Afganistán e Irak, la guerra contra los amos y sus perros está justificada.
Pero no soy yo el que más derecho tengo a hablar de nada. Aquí en Paraguay, siguiendo con deficiencias los hechos a graves de twitter fundamentalmente, alejado de la acción y rodeado de la flor y nata paraguaya en el complejo de la Confederacion Sudamericana de Fútbol, me hubiera gustado estar allí para demostrar mi profundo rechazo por este expolio de unos pocos que siguen la estela de lo que el neoliberalismo comenzó en muchos países de Latinoamérica en los 80. Todos esos, corbateados y sonrientes con sus perros armados y sus cerdos confeccionando noticias a medida, todos ellos enemigos del pueblo y, por tanto, pese a ostentar la vitola de salvapatrias, traidores vendepatrias que deberían ser juzgados y condenados...
martes, 25 de septiembre de 2012
De sangre joven y desmovilización social
América Latina ríe con timbre de niño. Allá dónde mires hay pequeños, en parques y calles jugando, pero también en cruces mendigándose la vida. Latinoamérica es joven. En sus venas corre la sangre de la esperanza del que aún tiene tanto por vivir, al menos si no la cercenan a temprana edad.
Paraguay también nutre su quehacer diario de esa sangre fresca. Lxs niñxs, un activo a futuro, enarbolan, inconscientes, la bandera de lo que podría ser. En el Lido bar, al abrigo del Panteón de los héroes, lxs hijxs de la miseria, lxs que dieron pausa a la niñez para centrarse en la subsistencia, revoloteaban entre las mesas, pidiendo limpiarte las botas. Infancia como mano de obra barata, ese fenómeno que nos repugna en casa, pero con el que convives fingiendo naturalidad en según qué circunstancias. Y viendo se pregunta uno si de verdad cosiendo balones con un sueldo fijo no estarían mejor... En el Lido bar, un emblema de la restauración, pensaba en esos jóvenes sin futuro y todo ese potencial aplastado en plena germinación. Y pensaba en lxs jóvenes que allá se enfundan una camiseta verde desafiando a las autoridades en solemnes actos, que es lo que tiene la juventud, que da arrojo por inconsciencia, valentía por lejanía con la muerte. Y pensaba en estos de acá, y en por qué no se rebelaban, no se oponían por la fuerza a un sistema fuertemente clasista y con rasgos propios de los sistemas de casta. Una posible explicación se haya en "En busca del hueso perdido", una obra que habla de la resignación atribuida al pueblo paraguayo, que ejemplifica el éxito en la desmovilización tras años de dictadura, que hace entendible que no haya un ruidoso frente común que intente acabar con algunas desigualdades.
lunes, 24 de septiembre de 2012
Ojos afilados y orejas abiertas
"Olvidate lo que has aprendido, hasé tabula rasa" este consejo, salido de los labios de uno de nuestros dos anfitriones, responden perfectamente a cómo uno debe enfrentarse a cualquier nuevo mundo. Aprender a olvidar y luego afilar los ojos y abrir los oídos.
Domingo en Asunción es tranquilo. En la zona donde nos alojamos apenas sí se puede ir de compras y pasear. Varios centros comerciales, casas residenciales, pequeños comercios y restaurantes decoran la zona. La vida se pasea perezosa en domingo.
Así que hoy aprovechamos para reunirnos de manera informal con los responsables de las contrapartes que nos recibieron. Dos nacionalidades distintas (uruguaya y paraguaya), dos personalidades diferentes, dos relatos complementarios de Paraguay y la cooperación. Decía Platón que el diálogo nos hacía mejores a las personas. Hoy el diálogo nos ha enriquecido notablemente, a mi compañera y a mí.
Adaptados ya más o menos a los horarios, a las 8 comenzó la jornada con un desayuno. Luego caminamos por los alrededores del hotel y a la una acudimos a la invitación de Daniel y su señora a un asado uruguayo. Comida, bebida y charla se extendieron hasta las cinco y media. Con ese aire elegante intacto de los inmigrantes italianos que arribaron a Argentina y Uruguay a principios de siglo pasado, el anfitrión fue dando su visión sociodemográfica de varios países sudamericanos, pero no sólo eso. Los temas se iban sucediendo, variando, interesando por igual. Muy ilustrativo conocer los diferentes usos regionales para consumir la yerba mate - tereré o mate en función de si se consume con agua fría o caliente -, los cortes de la hoja, los diversos recipientes y las combinaciones posibles. La erudición como cualidad, la sobremesa convertida en lección magistral distraída. La sabiduría del que se tomó su tiempo para observar detenidamente lo que vivía. Los oradores que te dejan siempre con ganas de saber más.
Luego el conocimiento del paraguayo que te habla del día a día, con humor, con la carcajada en la recámara, nuevamente rodeados de comida y bebida. El aderezo puesto con la anécdota, con la pregunta, con el comentario... Casi siempre acabando con sonrisa o franca carcajada, contagiosa y reparadora. Y entre "joda" y "joda", más conocimiento, más sabiduría, más conciencia de que lo que vale allá posiblemente no valga acá, y venga a afilar los ojos, y venga a orientar las orejas, porque sólo así, a través de los ojos de sus protagonistas, uno puede hacerse una representación mínima de cómo es la vida en un lugar.
Paraguay como aula de educación continua
sábado, 22 de septiembre de 2012
Cono Sur
Ayer viernes a las 7:30 p.m estaba haciéndome a la idea de que al día siguiente cruzaria el océano Atlántico, mientras localizaba cosas que metería en la maleta, mientras pensaba como escribir un post sobre la hazaña de una amiga que todavía hace quitarme el sombrero cuando lo pienso, a modo de homenaje, mientras me atrevía a anticipar cómo sería aquello...
"Fulanito de tal," - teléfono - "¿Dónde estás?"
"En casa"
"¿No habíamos quedado hoy en...?"
"No, mañana"
"No, hoy"
No, hoy, por ayer... Récord mundial en preparación de maleta y hora y media después me encontraba con la diezmada expedición, al 50 %, de los voluntarios expertos que viajarían a Paraguay. Una baja por enfermedad, otra por opción de vida. Así que en buena compañía, mi "sidekick" y yo, aún con la mente allá, nos metimos en un viaje a acá que escribetodojuntoapelotonadoayerhoy y no siempre porque no hay más allá.
El caso es que 22+6 horas después aquí andamos, usando por primera vez la aplicación de blogger para móvil - el portátil se quedó en el primer tramo Plasencia/Navalmoral producto de las prisas -, sobre una mullida cama en la Posada del Cielo, Asunción, Paraguay, en el primer día de un total de 30 que durarán esta experiencia profesional y vital, la segunda en Latinoamérica y primera en el cono sur.
Primeras impresiones del país: gente muy amable, cercana y afable. Ciudad ancha y achapadita, apenas levantando varios pisos del suelo. Comidas, acento, coste de la vida, costumbres, moneda... Con tintes oníricos, debido, quizá, al jet lag y la fatiga acumulada.
jueves, 20 de septiembre de 2012
De huelgas de hambre e instinto de supervivencia
viernes, 22 de junio de 2012
Sesión Wes Anderson 1
domingo, 10 de junio de 2012
Es el fin del mundo... y me siento bien
martes, 5 de junio de 2012
Publicidad, paisajes urbanos, capitalismo y Tío Pepe
"Su padre había estado una vez de viaje en Madrid y le había llevado una postal de recuerdo. Era una postal de la puerta del Sol. Sin saber por qué, ya desde muy pequeñita, aquella niña se quedó prendada de España, de Madrid, gracias a la postal. Para ella la postal representaba Madrid y Madrid era un espacio diáfano enorme con un edificio altísimo coronado por una leyenda que decía "Tío Pepe". Aquella niña no sabía español, no entendía qué significaban aquellas dos enigmáticas palabras, pero en algún lugar de su subconsciente, la marca comercial se había ligado indisolublemente a la ciudad, al país. Tío Pepe significaba Madrid y España, pero también sol y alegría y las anécdotas de su padre de aquel viaje y el sueño de aprender español y de vivir un día en aquella ciudad. Pasó el tiempo, la niña creció, estudió entre otras cosas Español y un buen día consiguió una beca de estudio. Destino: Madrid. Cuando pisó por primera vez la Puerta del Sol y vió el cartel de Tío Pepe, la niña, ya joven, lloró. Desde entonces, cada vez que pensaba en el cartel, los ojos se le humedecían de nostalgia y alegría."
lunes, 4 de junio de 2012
Pinball
Otra vez el "no lo digo, lo hago" funciona. ¿Qué os parece? ¿Y si fuérais uno de vosotros alguno de los conductores retratados?
sábado, 2 de junio de 2012
La culpa de todo la tiene Yoko Ono
martes, 15 de mayo de 2012
Pachamama
Pachamama
como diosa nacida de mar de espuma.
Te sacudes las lianas de tu pelo
mientras ríes, con coqueta relevancia.
Eres tierra que consume mis incendios
y humedece, con sosiego, mis alientos.
Fuerte y libre, pura selva,
alimentas con tus senos mil vástagos,
derramados de la fértil mente otrora yerma.
Tu dulce piel huele a milpa recién llovida,
llama a mis manos que estimulen su conciencia
como el arado excita la árida tierra.
Eres e invitas a amar tus dones
en un proceso natural e irreversible.
Déjame llover y briznar, secar y azotar
tus conspicuos lodos
y cubrir en estaciones tus caprichos.
Déjame hollar como labriego
en tus tiernos muslos de partera.
Esclavo de los bosques
que cubren tus silencios
concibes, primorosa, desnudas coincidencias.
Suplicas que suplique en queda concordancia.
Me miras con intensos otoños encerrados,
y mieles y castaños y vinos macerando,
almíbar, amatistas, pelajes de oso pardo,
salvaje y prohibida, acotas tu silueta,
desatas mil tormentas y esquivas los envites,
de este mortal juguete que sueña con domarte.
Tú, mi indomable reina de las tribus salvajes,
que aman en su lengua la tierra que derramas
allá por donde expandes tu fértil férrea carne,
semillas y cosechas sucederán tu sangre.
Voluptuoso sueño, enjambre placentero,
ardiente madre tierra, sepúltame en tu seno.
(José A. Huertas)
lunes, 23 de abril de 2012
Nicaragüa, año 1
Aquella visita fue una de las cosas más duras por las que tuvimos que pasar. Algunxs acabamos arrasadxs en lágrimas. Otrxs trataban de consolar a los que nos habíamos derrumbado... nativxs de una sociedad dominada por el hedonismo en su versión más ególatra y desenfrenada, comprobar que la única felicidad a lo que aspiran algunxs pasa por sobrevivir de lo que el resto desechamos sin freno, choca. Tratar de ser coherente con un mundo que se sostiene en injusticias e incoherencias es una tarea agotadora. Desde aquel momento, las cañas, tapas y demás pequeños placeres que damos por descontado en nuestras vidas siempre tendrán un ligero regusto a detritus y podredumbre, la misma que quedó adherida en esos trozos de alma que dejamos caer en aquel dantesco penar de almas cotidiano a la orilla del lago Xolotlán, en el distrito II de Managua, en el vertedero de La Chureca.
miércoles, 11 de abril de 2012
Above, artista urbano
BLOOD DIAMOND from ABOVE on Vimeo.
Es una obra del artista urbano Above que en las inmediaciones de una de los más grandes tratantes de diamantes de Johanesburgo. La pintada dice: "Los diamantes son el mejor amigo de una mujer y el peor enemigo de un hombre". El autor tuvo el expreso consentimiento de los dueños de la compañía que pensaron que el mensaje terminaría en la primera parte.
Otra de sus obras, vinculadas al movimiento Ocuppy Wall St.
GIVE A WALL STREET BANKER... from ABOVE on Vimeo.
En medio de la controversia que rodea a los artistas callejeros y su apreciación reciente por los especuladores del arte tradicional (Exit through the gift shop, el falso documental de Banksy, trata algo al respecto), la idea de usar el espacio público como soporte para un arte reivindicativo me fascina. Curiosamente la publicidad, uno de los agentes más importantes del sistema capitalista, hace tiempo que también hace lo mismo con acciones de street marketing copiando a veces incluso estilos e ideas a estos artistas callejeros. ¿Qué os parecen estos tipos de arte y publicidad?
lunes, 9 de abril de 2012
Flaco favor...
El 23 de Marzo el titular sobresalía en casi todas las portadas: "La Calaf señala con el dedo a la Carbonero". Cuando el dedo apunta a la luna, ya sabemos como titulan las cabeceras de este país... Polémica servida en bandeja de plata. Nótese la ironía de fomentar, precisamente, lo que la Calaf denunciaba con el ejemplo. Y sin embargo, se mueve.

Partamos del hecho de que no estoy en la mejor posición para emitir ningún parecer. Periodista, desempleado, hombre, súmesenle todas las etiquetas que le vengan a la mente por asociación... Está mal que yo lo diga, como está mal que un heterosexual blanco de clase media emplee los términos "maricón", "negro" y algún otro bajo ningún concepto. Pero no lo hice yo, lo hizo la Calaf, y le doy la razón, pero no en lo anecdótico, particular, "nombrepropiorizado y apellidarizado". No, no hagan como los ilustres periodistas que pasaron a subrayar en negrita y mayúsculas una reflexión de la Calaf que está ahí, latente, en el aire, como un pedo que todos huelen y nadie se atreve a denunciar. Vayan más allá, al concepto, al símbolo de lo que la Carbonero representa.
Rosa María Calaf se ha ganado a pulso un púlpito lo suficientemente alto como para que sus opiniones se eleven ligeramente sobre el común de la plebe. Lo siento, pero no me creo esa falacia de que todas las opiniones son válidas. No lo son. Para poder opinar debería ser imprescindible saber sobre la materia que se opina, así que partiendo de esa premisa, en mi humilde opinión la veterana periodista tiene toda la legitimidad del mundo para emitir cualquier parecer sobre periodismo, televisión y la imagen de la mujer en los medios. En un mundo sometido a los principios del buen rollo de cara y la puñalada trapera por la espalda, lo que hiere es el ejemplo con nombres y apellidos. Pero a ese ejemplo se le podrían matizar muchas cosas, como se hizo desde esta otra tribuna, nada sospechosa de fomentar actitudes machistas.

En primer lugar, no es lo mismo presentar informativos que hacer periodismo. En segundo lugar, habría que distinguir entre "periodismo deportivo" y lo que nos ofrecen los "espacios deportivos" de los principales telediarios, más cercanos al morboso entretenimiento de fomentar rumores que al dar información. En tercer lugar, demos por bueno que Sara Carbonero se ha aprovechado de su físico y a partir de ahora tendrá que valerse de su profesionalidad para mantenerse o acabar dando la razón a los opinadores amateurs que creen que una vez marchita la belleza, finita la pacchia.
Pero Sara Carboneros y similares aparte, he de dar toda la razón a Rosa Calaf cuando en el trasfondo de su pasional alocución denunciaba la frivolidad que asola el periodismo de un tiempo a esta parte, un discurso que me recordó, inmediatamente, a este otro post del estupendo blog Mi mesa cojea titulado En directo, un buen par de tetas (si algo caracteriza a su autor es la ausencia total de lo que viene en llamarse "corrección política"). Y es que convendría buscar un término para ese otro "periodismo" que da mala prensa al periodismo para, una vez encontrado, pasar a denunciar a ese "periodismo" que denigra al periodismo desde el propio periodismo...

Para terminar, un apunte. En un escenario compuesto por 20 alumnas y una profesora, unos días antes de que saltara lo de Rosa Calaf, se me cuestionó a traición sobre Sara Carbonero en el aula. Salí como pude, intentando no pisar ningún detonador en un terreno minado. Porque siempre me ha sorprendido que mientras que a la hora de denunciar que una mujer no accede a un puesto de trabajo en igualdad de condiciones por el mero hecho de ser mujer se esgrima el argumento del machismo con vehemencia, sin embargo, cuando una mujer accede a un puesto de trabajo no ya por ser mujer si no encima por reproducir una imagen machista y estereotipada de lo que debe ser una mujer, ahí no cabe ningún tipo de protesta.Se me ocurre que quizá fuera eso lo que Rosa María Calaf intentaba denunciar con el ejemplo.
miércoles, 21 de marzo de 2012
Poesía
Cómplice poesía
Poesía, cómplice, atemperas mi espera.
Introduces mi sueño en cadencia infinita.
Ejercitas el verbo, lo maleas e invitas,
con maestría e ingenio, a alumbrar la certeza.
Desempolvas el mito, lo corriges y aumentas.
Recuperas el rito, le devuelves la vida.
Dulcificas la muerte, desinfectas heridas,
y, en honrosa tarea, del amor te lamentas.
Y es que, a veces, poesía,
sin que tú te des cuenta
ni que yo te lo pida
deconstruyes conciencia
con rimas afligidas
de oscilante cadencia.
(José A. Huertas)
con motivo del Día Mundial de la Poesía, 21 de marzo de 2012